08.05.2013 Views

Los pies en distintas culturas y cosmovisiones: erotismo

Los pies en distintas culturas y cosmovisiones: erotismo

Los pies en distintas culturas y cosmovisiones: erotismo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

lo tanto, todos las partes del cuerpo pued<strong>en</strong> ser<br />

objeto para despertar la pulsión sexual y significar<br />

algo que está más allá de su pura función fisiológica,<br />

y convertirse <strong>en</strong> objeto erótico. Según esto,<br />

si todo el cuerpo es eróg<strong>en</strong>o y como tal se puede<br />

elegir una parte del cuerpo que apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

no t<strong>en</strong>ga relación con la sexualidad, se pued<strong>en</strong><br />

convertir los <strong>pies</strong>, órganos corporales preparados<br />

para la función de andar, y significarlos como<br />

eróticos. Según Freud el <strong>erotismo</strong> no es algo<br />

inmutable, sino algo fabricado como f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />

social, cultural e histórico.<br />

<strong>Los</strong> <strong>pies</strong> despiertan el <strong>erotismo</strong><br />

En China los <strong>pies</strong> de Loto Dorado t<strong>en</strong>ían un fuerte<br />

compon<strong>en</strong>te erótico 4 , mayor que cualquier otra<br />

parte del cuerpo. A partir de éstos <strong>pies</strong> se desarrollaron<br />

conductas fetichistas, pero <strong>en</strong> este artículo<br />

hablamos sólo de <strong>erotismo</strong>. También <strong>en</strong> occid<strong>en</strong>te<br />

los <strong>pies</strong> han sido, y son, un elem<strong>en</strong>to erótico como<br />

queda reflejado <strong>en</strong> la tradición histórica, literaria<br />

e iconográfica. Algunos ejemplos:<br />

En el antiguo Egipto las aristócratas hacían un<br />

largo ritual de belleza. Exfoliaban su piel con pasta<br />

de c<strong>en</strong>izas y limo del Nilo, seguido de masaje<br />

con aceites perfumados. Se maquillaban el cuerpo<br />

con una pintura de color ocre dorado, resaltando<br />

especialm<strong>en</strong>te tres zonas: los ojos que se perfilan<br />

con “kohol” negro; los labios que se pintaban de<br />

rojo; los <strong>pies</strong> y las uñas de los <strong>pies</strong> que se teñían<br />

con alheña 5 .<br />

Baltasar de Castiglione (1478-1529), fue escritor<br />

y embajador <strong>en</strong> Roma. Su obra más conocida es<br />

“El cortesano” donde describe el ideal de vida<br />

de un caballero <strong>en</strong> el R<strong>en</strong>acimi<strong>en</strong>to. Subraya<br />

el gozo que se produce al contemplar el pie de<br />

alguna dama. “¿No habéis vosotros mirado cuando<br />

acaso acontece que y<strong>en</strong>do una dama por la calle, o<br />

estando <strong>en</strong> otro lugar, se le descubre un poco el pie<br />

o el chapín descuidadam<strong>en</strong>te, si <strong>en</strong>tonces se ve bi<strong>en</strong><br />

aderezado lo que muestra, cuán bi<strong>en</strong> parece? De mi<br />

os digo que huelgo mucho <strong>en</strong> vello y creo que vosotros<br />

también” 6 .<br />

Cervantes <strong>en</strong> El Quijote y <strong>en</strong> el capítulo XXVIII,<br />

relata la agradable av<strong>en</strong>tura que al cura y barbero<br />

les sucedió <strong>en</strong> la sierra, y es el <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro<br />

con la hermosa Dorotea (Figura 1). Tardaron<br />

<strong>en</strong> descubrir que era mujer pues iba disfrazada<br />

de labrador; sin embargo sus bellos <strong>pies</strong>, que<br />

no pudieron pasar desapercibidos, desvelan su<br />

verdadera id<strong>en</strong>tidad. “Ni él estaba a otra cosa<br />

at<strong>en</strong>to que a lavarse los <strong>pies</strong>, que eran tales, que<br />

no parecían sino dos pedazos de blanco cristal...<br />

sorpr<strong>en</strong>dióles la blancura y belleza de los <strong>pies</strong>, pareciéndoles<br />

que no estaban hechos a pisar terrones, ni<br />

andar tras el arado y los bueyes”. Y más adelante<br />

dice: “Acabóse de lavar los hermosos <strong>pies</strong>, y luego,<br />

con un paño de tocar, se los limpió”. Continúa <strong>en</strong> el<br />

mismo capítulo “se levantó <strong>en</strong> pie y, sin aguardar<br />

a calzarse, ni a recoger los cabellos, asió con mucha<br />

presteza un bulto, como de ropa, que junto a sí t<strong>en</strong>ía,<br />

y quiso ponerse <strong>en</strong> huida, ll<strong>en</strong>a de turbación y<br />

sobresalto; mas no hubo dado seis pasos, cuando, no<br />

pudi<strong>en</strong>do sufrir los delicados <strong>pies</strong> la aspereza de las<br />

piedras, dio consigo <strong>en</strong> el suelo”. El Cura la pide<br />

que se det<strong>en</strong>ga dando razones: “...no os pongáis<br />

<strong>en</strong> tan impertin<strong>en</strong>te huida, porque ni vuestros <strong>pies</strong><br />

lo podrán sufrir, ni nosotros cons<strong>en</strong>tir” 7 .<br />

El tratado “Teoría de la figura humana” aparece publicado<br />

<strong>en</strong> París <strong>en</strong> 1773, se atribuye a Rub<strong>en</strong>s. En el<br />

capítulo II se describe el ideal de cuerpo de mujer:<br />

“Redondez moderada, carne sólida, firme y blanca, tez de<br />

un rojo pálido, como el color que participa de la leche y<br />

de la sangre. Las nalgas redondas, carnosas, de un blanco<br />

de nieve, respingonas y <strong>en</strong> absoluto colgantes. El muslo<br />

orondo, la rodilla carnosa y redonda. <strong>Los</strong> <strong>pies</strong> pequeños y<br />

de dedos delicados” 8 .<br />

En 1711, el obispo de Cartag<strong>en</strong>a, inquisidor<br />

Luís Belluga, escribe “Carta pastoral del Obispo<br />

de Cartag<strong>en</strong>a”, con una serie de prohibiciones<br />

para custodiar la moralidad de las mujeres,<br />

haci<strong>en</strong>do hincapié <strong>en</strong> ocultar escote y <strong>pies</strong>.<br />

“Supresión de los escotados y petos colocados bajo<br />

el pecho. Abolición de los vestidos cortos que mostras<strong>en</strong><br />

los <strong>pies</strong> así como los calzados ornam<strong>en</strong>tados.<br />

Prohibición a los sastres, bajo p<strong>en</strong>a de excomunión<br />

mayor y del pago de mil maravedíes, de cortar o<br />

hacer vestidos escotados o cortos por delante que<br />

Figura 1. Dorotea lavándose los <strong>pies</strong><br />

F. Hayman. Londres. 1755<br />

El Peu 2008;28(4):192-195<br />

193<br />

COMUNICACIÓN BREVE

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!