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Daniel Gutiérrez Ardila
sobre el cabildo, las milicias y los indios de Riohacha. Gracias a su doble condición
de gobernador y de militar de alta graduación, Medina Galindo había conseguido
durante su dilatada permanencia en la provincia consolidar un sólido liderazgo que
había de permitirle en 1811 retomar el mando de la gobernación al amparo de la
revolución del Nuevo Reino de Granada. Por lo pronto, debía pasar a Pamplona,
adonde fue confinado por el virrey Amar en espera de que fueran falladas las
causas que se seguían en su contra por contrabando y conspiración. 31 Habiendo
conseguido que se le conmutase la pena en la ciudad de Valledupar, el coronel
Medina Galindo emprendió su viaje hacia dicho destino el 29 de octubre de
1805. 32 Finalmente, pasó sin licencia a Santafé con el fin de organizar su defensa.
Allí se encontraba tres años después y en su condición de coronel de infantería de
los reales ejércitos participó en la junta de autoridades que reconoció a Fernando
VII como rey de España e Indias y a la Junta Suprema de Sevilla como soberano
interino de la monarquía. 33 Medina Galindo se hallaba aún en Santafé el 20 de
julio de 1810 cuando fueron depuestas las autoridades virreinales. 34 El hecho no
dejaría de suscitar suspicacias entre sus enemigos, que lo acusarían de ser cómplice
y agente de los revolucionarios del Estado de Cundinamarca.
¿Una revolución a la sombra de la monarquía?
Para repeler la amenaza representada por la instalación de la Junta Suprema
de Quito (10 de agosto de 1809), el virrey de Santafé despachó 300 fusileros del
Batallón Auxiliar hacia la gobernación de Popayán. 35 La partida de los soldados
dejó bastante desguarnecida la ciudad y acrecentó los riesgos de novedades en
momentos en que el cabildo solicitaba con insistencia la creación de una junta de
gobierno. 36 Por ello, el virrey Amar y Borbón llamó en su auxilio al coronel Juan
Sámano, quien el 11 de septiembre de 1809 abandonó la provincia de Riohacha,
donde se desempeñaba como gobernador interino.
Fue así como, en consonancia con las leyes (real cédula del 13 de julio de 1796),
el mando de la provincia más septentrional del Nuevo Reino quedó dividido entre
dos autoridades: una política y otra militar. La primera fue confiada al alcalde
de primer voto de la ciudad, Pedro Pérez Prieto; la segunda al oficial de mayor
graduación de la plaza que era en ese entonces el teniente coronel D. Fernando
de Oribe. Al producirse la instalación de la Junta Suprema de Santafé el 20 de
julio de 1810, la gobernación de Riohacha seguía siendo administrada del mismo
modo. 37 De hecho, tal situación se prolongó hasta el 6 de agosto del año siguiente
31 Carta de Francisco de la Guerra a su compadre Manuel Martínez Mansilla (Maracaibo
20 de diciembre de 1806), AGN, Milicias y Marina, t. 138, f. 360.
32 AGN, Residencias Magdalena, t. 60, ff. 504 y 505 v.
33 Acta impresa de la junta de autoridades (5 de septiembre de 1808), Archivo Histórico
de Antioquia, Libros capitulares, t. 649, doc. 10340.
34 Oficio de Pedro Pérez Prieto al gobernador de Santa Marta (Riohacha, junio 7 de
1811), AGN, Sección Archivo Anexo, Fondo Gobierno, t. 19, f. 562.
35 José Manuel Restrepo, Historia de la revolución de la República de Colombia en la
América meridional, t. 1, Imprenta de José Jacquin, Besanzón, 1858, p. 57.
36 Oficio del virrey Amar al Primer secretario de Estado y del Despacho (Santafé, 19 de
noviembre de 1809), AGI, Santa Fe, 629.
37 Oficio de Pedro Pérez Prieto al virrey Benito Pérez (Riohacha, 30 de marzo de 1811),
AGN, Sección Archivo Anexo, Fondo Gobierno, t. 19, ff. 328-333.
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