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Daniel Gutiérrez Ardila
crimen de la Audiencia de Santafé, el nombramiento del diputado de Riohacha
a las Cortes de la nación era “enteramente nulo” por no haberse respetado el
reglamento fijado para tal efecto. Sin embargo, no siendo dable detener los excesos
de Medina Galindo por lo apurado de las circunstancias, resultaba preciso, en su
opinión, “ceder al insulto”, contentándose el virrey con dar cuenta de lo sucedido
a las autoridades interinas de la monarquía. 61 Si la junta de autoridades adoptó el
punto de vista del fiscal, acordó también prevenir a Medina Galindo que cortase
comunicaciones con el Estado de Cundinamarca y estrechase sus relaciones con
la gobernación de Santa Marta. Finalmente, la junta convino en encomendar la
vigilancia de la conducta del gobernador de Riohacha a los militares Fernando de
Oribe y Juan Salvador Daza, autorizándolos para que, llegado el caso, tomasen las
providencias necesarias para mantener la provincia “adicta a la buena causa”. 62
Como se sabe, los temores del virrey y de los oidores resultaron infundados.
La Regencia ratificó lo actuado por Medina Galindo, nombrándolo brigadier de
infantería de los reales ejércitos 63 y la gobernación de Riohacha se mantuvo bajo
el mando de éste en la más perfecta sumisión a las autoridades españolas. Incluso
cuando a comienzos de 1813 la fidelísima ciudad de Santa Marta cayó en poder de
los insurgentes de Cartagena, y Valledupar adhirió al movimiento revolucionario,
la provincia permaneció tozudamente de lado de la Regencia, acogiendo en su
seno a los pueblos que, como San Juan del Cesar, Fonseca y Barrancas se negaron a
adoptar el “sistema independiente”. En aquella coyuntura, el cabildo de Riohacha
solicitó en vano armamento al virrey y a las autoridades de Maracaibo, Cuba y
Jamaica; y consiguió por sus propios medios apoderarse de la ciudad de Valledupar,
gracias a una expedición despachada al mando de D. Andrés de Medina, un nieto
del cacique guajiro. 64
Epílogo
En septiembre de 1813, el ayuntamiento de Riohacha recibió una real orden
expedida el 7 de mayo anterior en virtud de la cual la gobernación del mismo
nombre quedaba segregada de la Capitanía General del Nuevo Reino de Granada
y unida a la que se había creado en Maracaibo. Considerando que de la ejecución
de la medida debían seguirse gravísimos perjuicios, Medina Galindo encabezó
con su firma la representación por medio de la cual las autoridades de la ciudad
solicitaron su derogación. Según se dijo entonces, a pesar de que tan sólo 40
leguas de camino terrestre separaban a Riohacha de Maracaibo, la frontera entre
ambas jurisdicciónes, comprendida entre el río Calancala y las inmediaciones de
la fundación de Sinamaica, estaba ocupada desde 1769 por “infinitas poblaciones
de indios bárbaros” que hacían muy difícil y costoso el tránsito. Cuando, por
asuntos del real servicio, se despachaba estafeta terrestre a Maracaibo, era preciso
acompañarla de una escolta de ochenta a cien hombres, sin que por ello se dejase
noviembre de 1811), Id., f. 39.
61 Vista fiscal (La Habana, 20 de noviembre), Id., f. 39v.
62 Acta de la junta de autoridades del 21 de septiembre de 1811, Id., ff. 43-45.
63 No se ha hallado el ascenso, pero figura ya Medina Galindo con el título de brigadier
a finales de 1812, Cf. el nombramiento de Antonio de Torres como comandante del cuerpo
de leales patriotas de Riohacha (6 de diciembre de 1812), AGN, Secretaría de Guerra y
Marina, t. 37, f. 32.
64 Representación del cabildo de Riohacha (6 de mayo de 1813), AGI, Santa Fe, 1183.
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