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Daniel Gutiérrez Ardila
diputación consular) más que de las autoridades de la España libre. Así mismo,
el ayuntamiento se declaró en posesión de las facultades que correspondían a
Oribe, separándolo de la comandancia de la plaza y de la subinspección general
de milicias y del real cuerpo de artillería. En consecuencia, se le prohibió aumentar
o disminuir la guarnición, alistar vecinos o entregar el mando militar a cualquier
persona sin previa autorización. 39
A comienzos de diciembre de 1810, el cabildo de Riohacha se hizo, pues, con
el mando de la provincia pretextando fidelidad al monarca cautivo y a la Regencia
y sacando claramente provecho de la turbulenta situación política del Nuevo Reino.
Hasta el 6 de junio de 1811 los capitulares ejercieron sin sobresaltos el concentrado
poder que habían acumulado. En dicha fecha, recibieron una carta del catalán José
Antonio Bonafé en la que se anunciaba que en la ciudad de Santafé el coronel José
de Medina Galindo había manifestado a diferentes personas una representación
suscrita por varios vecinos de Riohacha, instándolo a que asumiese el mando de la
provincia. Al parecer la recolección de las firmas había sido realizada entre gentes
de clase inferior por D. Antonio de Torres, un yerno de Medina Galindo que residía
entonces en la ciudad de Valledupar. Con estupor, los miembros del ayuntamiento
se enteraron, además, de que el antiguo gobernador había emprendido ya el viaje
y sobrepasado el puerto fluvial de Honda en compañía de su hijo Manuel José
y de un tinterillo caviloso. En consecuencia y con la esperanza de que Medina
Galindo fuese detenido en Valledupar y expulsado de la provincia de Santa Marta,
decidieron pedir auxilio, en nombre del rey, a dicho gobernador. 40
Éste, al enterarse de lo sucedido, ofició al coronel de milicias de Valledupar,
ordenándole remitir bajo escolta a Medina Galindo. 41 No obstante, era imposible
ejecutar el encargo por cuanto desde el mes de febrero anterior, cuando se había
intentado en vano erigir junta de gobierno independiente en la ciudad, no sólo
se había suprimido mediante un tumulto el empleo de teniente de gobernador,
sino que se había forzado el destierro del jefe de las milicias urbanas. 42 Así, pues,
el cabildo de Valledupar, fiel en principio a la Regencia se administraba también
con casi absoluta autonomía, sin que para ello hubiera tenido que abrazar la
revolución neogranadina.
El día 13 de julio de 1811, el cabildo de Valledupar hizo comparecer en su
seno a Medina Galindo, alarmado por la llegada de un pliego que la secretaría
del recién creado Estado de Cundinamarca dirigió a éste bajo la denominación
de “gobernador del Riohacha”. El oficio contenía sendos ejemplares de las actas
del Colegio Electoral y Constituyente y de la Constitución promulgada por éste
el 4 de abril. 43 Era, pues, una clara promoción de las instituciones adoptadas por
la capital del Nuevo Reino y, en ese sentido, hacía parte de las negociaciones
39 Acta del cabildo de Riohacha (3 de diciembre de 1810) y oficio que remitió a éste D.
Fernando de Oribe (23 de enero de 1811), Id., ff. 184-194.
40 Acta del cabildo de Riohacha (6 de junio de 1811) y carta de Pedro Pérez Prieto al
gobernador de Santa Marta (Riohacha, junio 7 de 1811), Id., f. 561-562.
41 Oficio de Tomás de Acosta, gobernador de Santa Marta al coronel Juan Salvador
Anselmo Daza (11 de junio de 1811), Id., f. 566.
42 Oficio del Coronel de milicias de Valledupar al gobernador de Santa Marta (Hacienda
de Corral de piedra, jurisdicción de Valledupar, 17 de junio de 1811), Id., ff. 567-569.
43 Acta del cabildo de Valledupar (13 de julio de 1811), Id., f. 581.
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