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Daniel Gutiérrez Ardila
Pérez Prieto como alcalde de primera nominación. La parte más interesante de
su argumentación fue, no obstante, la libertad que atribuía al pueblo de Riohacha
de “adoptar el sistema de gobierno que le estuviere mejor, bajo el reconocimiento
del Supremo Consejo de Regencia”. Por ello, en su opinión, la representación
suscrita por más de cien vecinos de aquella ciudad instándolo a que asumiera el
mando de la provincia, constituía un imperativo tan fuerte y tan irresistible como
el cumplimiento de los encargos del soberano. 51
Con la intención de que se alzasen las disposiciones que le impedían continuar
su marcha, Medina Galindo ofició en términos muy semejantes al gobernador de
Santa Marta:
“[…] el pueblo de Riohacha, cierto de que en mí tenía un padre, como lo confiesa
en sus escritos, me reclama y reconoce por su legítimo y propietario gobernador,
depositando en mí toda su confianza, su bienestar y la tranquilidad de aquel
vecindario; grande satisfacción a la verdad para un gobernador verse aclamado
por su pueblo en la época presente, siendo esto lo mismo que decir ‘tú eres nuestro
gobernador por el rey, a ti te obedecemos y reclamamos por pública aclamación
porque no eres un mandador déspota y absoluto’”. 52
Evidentemente, dicha teoría distaba mucho de ser canónica. Según afirmó
posteriormente el alcalde de primera nominación de Riohacha, su origen no
podía ser otro que la “levantada ciudad de Santafé de Bogotá, de donde [Medina
Galindo] venía despachado y con instrucciones”. En opinión de Pérez Prieto
los pareceres del coronel eran no sólo erróneos, sino también escandalosos y
delincuentes, por cuanto,
“el pueblo después de haber abdicado la soberanía y transmitídola en el Monarca
o en su legítimo representante, como lo ha verificado el de las Españas en las
circunstancias actuales en el Congreso nacional, ha perdido aquel derecho que se
ha refundido esencialmente en el Soberano, a quien sola y exclusivamente incumbe
dicha facultad y no a la masa nacional, aun bajo el especioso y simulado aditamento
del reconocimiento de otra autoridad, con que ha pretendido el coronel Medina
dulcificar la ponzoña de su doctrina, porque entonces obraría el Soberano con
dependencia del pueblo y partiría con éste su potestad”. 53
Sin esperar la respuesta del gobernador de Santa Marta, Medina Galindo
abandonó la ciudad de Valledupar el 30 de julio de 1811 con el concurso de “algún
número de gente española y de la nación guajira”. 54 Siete días más tarde a las 9
de la mañana se presentó por fin en la ciudad de Riohacha, escoltado por una
numerosa concurrencia armada de “fusiles, sables y puñales”. 55 Así respaldado,
ordenó la reunión de un cabildo abierto que sirvió para legitimar su toma del
poder y para nombrar como regidor decano a D. Antonio de Torres, su yerno.
51 Oficio exhortatorio del cabildo de Riohacha al de Valledupar (17 de julio de 1811);
Acta del Cabildo de Valledupar (22 de julio), AGN, Sección Archivo Anexo, Fondo
Gobierno, t. 19, ff. 573 y 584v.
52 Oficio de Medina Galindo al gobernador de Santa Marta (Valledupar, 23 de julio de
1811), Id., f. 598 v.
53 Representación de Pedro Pérez Prieto a las autoridades de la España libre (Puerto
Rico, noviembre 13 de 1811), AGN, Sección Archivo Anexo, Fondo Historia, t. 13, f. 201v.
54 Acta del Cabildo de Riohacha (31 de julio de 1811), AGN, Sección Archivo Anexo,
Fondo Gobierno, t. 19, f. 601.
55 El Cabildo de Riohacha al virrey Benito Pérez (agosto 21 de 1811), AGN, Sección
Archivo Anexo, Fondo Historia, t. 13, ff. 1-4.
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