Descargar artículo completo - La Revolución Neogranadina

Daniel Gutiérrez Ardila
“reducción y pacificación” de los guajiros y, efectivamente, los documentos
consultados permiten corroborar una hábil gestión de las crisis. 22 Cuando el 15 de
marzo de 1795 dos parcialidades de indios irrumpieron en la ciudad de Riohacha
para combatirse ferozmente a machete, Medina Galindo logró contener la batalla
y obtener el retorno de los naturales a sus rancherías. 23 Algunos meses más tarde, el
coronel consiguió hacer las paces con los indios parajuanos que habían asaltado la
villa de Sinamaica y cortado el camino entre Riohacha y Maracaibo. Tras disuadir
al gobernador de esta última provincia de efectuar una guerra ofensiva, Medina
Galindo pactó con el capitán Yaurepara el pago recíproco de los agravios, según las
leyes y costumbres de los indios. En consecuencia, éstos recibieron cuanto solicitaron
(incluyendo unas águilas labradas en oro) y entregaron 30 mulas, 10 caballos y 15
vacas. 24 Finalmente, a comienzos de 1801, cuando se concentraron en Riohacha
más de 500 guajiros, Medina Galindo evitó todo incidente desagradable, gracias a
su diligencia y vigilancia. 25 El mayor efecto producido por las “máximas políticas”
del coronel, fue la reapertura del tráfico con Mompós, Ocaña y Chiriguaná por el
Valledupar y ello por lo menos desde mediados de 1796. 26
La suspensión del gobernador
En febrero de 1804 la goleta guardacostas El Volador apresó un pailebote en el
Caribe neogranadino. Según se supo, la embarcación, bautizada con el nombre
de San Francisco Javier, había sido rematada en Santa Marta por un testaferro
de comerciantes franceses (¡el Dr. Antonio José de Ayos!) y se dedicaba al tráfico
clandestino en las costas del virreinato. El buque había atracado en Riohacha a
finales del año anterior y desde allí se había dirigido a Curazao donde fue cargado
con efectos destinados al ilícito comercio. Al examinar el caso, el auditor de marina
de Cartagena quedó convencido de la complicidad del coronel Medina Galindo en
aquellas actividades clandestinas y remitió el expediente a la Audiencia de Santafé.
Se originó así una dilatada causa en cuya instrucción aparecieron múltiples
indicios de que el gobernador de Riohacha favorecía y se lucraba del contrabando
efectuado por infinidad de extranjeros. Al parecer, el matute se hacía con tal
descaro que ingleses, franceses y judíos solían poner “almacenes públicos” en la
propia ciudad de Riohacha, invitándose a comer todos los domingos en la mesa
del gobernador. En consecuencia y mientras se sustanciaba el proceso, el virrey
Amar decretó la suspensión de Medina Galindo de su empleo. La medida contó
con la aprobación del Consejo de Indias que expidió una real orden al respecto el
25 de agosto de 1806. 27
22 Ver también en este sentido el expediente levantado por Medina Galindo en 1805,
AGN, Residencias Magdalena, t. 31, ff. 128.
23 Relación de méritos citada de Medina Galindo del 14 de julo de 1798; Certificación
del Cabildo de Riohacha (14 de abril de 1795), AGN, Empleados Públicos de Panamá, t.
1, f. 287.
24 Oficios de Medina Galindo al virrey (Riohacha, 15 de julio y 30 de agosto de 1798)
y del gobernador de Maracaibo al de Riohacha (13 de ¿agosto? de 1798), AGN, Milicias y
Marina, t. 117, f. 889; AGN, Consulados, t. 3, ff. 583-590.
25 Oficio de Medina Galindo al virrey (Riohacha, 14 de abril de 1801), AGN, Milicias y
Marina, t. 119, f. 150.
26 Certificación del cabildo de Riohacha (9 de junio de 1796), AGN, Empleados Públicos
de Panamá, t. 1, f. 288 v.
27 AGN, Residencias Magdalena, t. 17, ff. 542-606, t. 31, ff. 127-201 y t. 60, ff. 507-574;
31