Roberto Arlt TRATADO DE LA DELINCUENCIA - El Ortiba
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La plataforma consiste en decir que es un escándalo que el generalito X, que se pasó la vida<br />
haciendo macanas, emborrachándose y ganando una batalla de casualidad, esté sin estatua, o<br />
que el poetón XX, que escribió unos versos abominables, carezca de un busto en cualquier<br />
plazoleta, donde van los atorrantes a exterminar sus familiares e incómodos parásitos.<br />
Y los zonzos comienzan a indignarse. ¿Que el generalito X esté sin estatua? ¡Es un horror! ¿Que<br />
el poetón XX carezca de un busto para apeadero de los pájaros y recreo de los cocheros? ¡Es<br />
un crimen! Y entonces comienza a hacérsele el tren al héroe. Los diarios hablan pestes del<br />
gobierno, que se ha olvidado del héroe. Una poetisa, más bruta que un diamante sin facetar,<br />
escribe un artículo sobre el héroe; y un poetiso, para no ser menos, le hace eco. Y el generalito<br />
analfabeto, que pasó la vida chicando coca, y que ni supo firmar, se convierte, de un día para<br />
otro, en uno de esos héroes sentimentales que hacen lloriquear a las planchadoras y lavanderas.<br />
<strong>El</strong> cónclave de pillos continúa trabajando.<br />
Hace una lista de las comisiones y de los miembros de las comisiones. Comisión pro las botas<br />
del generalito. Comisión pro el cinturón del generalito. Comisión pro los bigotes del generalito.<br />
Subcomisión patrocinadora del caballo del generalito. Y así hasta cansarse.<br />
Luego las comisiones de damas salen a buscar plata. A todo aquel que contribuye con cinco<br />
centavos, se le hace figurar en una lista que los diarios, para llenar espacio, no tienen inconveniente<br />
en incluir en alguna página. Y así sigue la farsa. Los zonzos aflojan los pesitos, y dicen:<br />
Pero, ¿cómo? ¿Usted no ha contribuido para adquirirle una bigotera de bronce al generalito X?<br />
Pero, ¿cómo? ¿Usted no sabe que hirió a tres indios en la campaña del; siglo tercero? O si no:<br />
¿Es posible que usted se niegue a formar para fundir la estatua del poetón XX? Pero, ¡usted es<br />
un hereje! ¡Usted es un tacaño!<br />
Y si usted…<br />
Y si usted llega a decir que no cree en esas farsas, y que se le da un ardite que el presidente<br />
honorario del tal cónclave sea el mismito Excelentísimo Presidente de la Nación, como lo ponen<br />
con todas estas palabras los embaucadores, la gente se indigna. Dicen que usted es un<br />
cínico, un individuo sin sentimientos patrióticos, un enemigo del país…<br />
Ahora bien; los patriótico sería suprimir definitivamente estas sociedades que se organizan<br />
para explotar la estupidez y la ingenuidad ciudadana. Si el país necesita de estatuas para sus<br />
generalitos y poetones, que las pague el gobierno.<br />
Es idiota que los particulares traten de enmendarle la plana al Estado. Los muertos no necesitan<br />
estatuas absolutamente para nada, y menos en esta ciudad, donde ya abundan para vergüenza<br />
de la estética edilicia, bodrios escultóricos que parecen centros de mesas cursis, comprados<br />
en algún bazar suburbano.