Lectura Científica Nivel Primaria

Martín Bonfi l Olivera
Cortesía de la Revista “Chispa”
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, México, UNAM.
El niño que no le gustaban
los deportes
Laureano era un niño gordito. Siempre
que lo invitaban a jugar futbol, basquet o
beisbol, él respondía: “no, gracias, mejor
me voy a mi casa a leer”.
Y es que a Laureano le encantaban los
libros. Era muy estudioso. Sacaba 10 en
matemáticas, y le gustaba mucho la clase
de ciencias naturales. De grande quería ser
científi co, y sus papás le habían comprado
una enciclopedia donde se enteraba de
muchas cosas.
En realidad no es que no le gustaran los
deportes. Lo que pasa es que una vez
había intentado jugar, pero sus amigos
se habían reído de él. “¡Vete a leer, tú no
sirves para los deportes, sólo te gusta la
ciencia!”, le habían dicho. Así que decidió
dedicarse a estudiar, aunque a veces se
sintiera un poco solo. Porque también le
hubiera gustado ser un buen deportista.
Un día se encontró con un libro que
hablaba de cómo hay doctores especiales
para deportistas. A veces, por ejemplo, un
futbolista se lastima una pierna, y tienen
que operarlo para que quede bien.
Descubrió que para eso se necesita saber
cómo funcionan las piernas: cómo crecen,
cómo se sueldan los huesos cuando se
rompen, cómo pueden lastimarse por los
esfuerzos o los golpes. ¡Resulta que hay
mucha ciencia detrás de la medicina
deportiva! Leyendo, Laureano entendió
cómo funciona el cuerpo humano cuando
hace deporte.
También halló que hay científi cos que
diseñan zapatos especiales, para correr
más rápido o saltar más alto. Y bates para
los beisbolistas y raquetas para los tenistas,
que pesan menos y golpean más fuerte la
pelota. También hay medicinas y alimentos
especiales que ayudan a los deportistas,
y aparatos que miden su respiración, su
fuerza o los latidos de su corazón, y los
ayudan a entrenar y conservar su salud.
Laureano le contó a sus amigos, a los que
no les interesaba la ciencia, lo que había
encontrado. Y ellos comenzaron a invitarlo
a jugar con ellos, y a enseñarle cómo
jugar mejor. Ahora Laureano, además
de los libros y la ciencia, tenía un nuevo
pasatiempo: ¡los deportes!
Pero la historia no acaba aquí. Resulta
que un día conoció a Lilí, una niña muy
deportista a la que no le gustaban las
ciencias, y... ¿qué crees que pasó?
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Nivel Primaria
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