Libro Muerte al amanecer def.pmd - Salta

More documents

Recommendations

Info

serva intacto el color y el sabor de su fisonomía interiorana. Un pueblo sencillo y acogedor, apacible y humilde, alegre y cordial, que entrega con llaneza su amistoso convivir. Tiene una arbolada plaza, en donde un Bolívar llanero recuerda desde el bronce sus lejanas correrías por esos predios. Su pequeña iglesia, frontera a la plaza, que recoge dominguera la fe del pueblo para elevarla en devocionada oblación a Cristo Nuestro Señor. Sus calles de silencio que se estiran al sol, por donde camina la soledad en busca de la sabana o del río. Por donde transita uno que otro vehículo, una que otra cabalgadura, pasa alguna gente y cruza por los aledaños alguna res en busca de la querencia. Un pueblo que conserva sus desvaídas casas, que inmutables ha visto pasar el tiempo rinconero y solitario. Casas que todavía exhiben el bahareque o los adobones crudos, sus ventanas adornadas de barrotes y los aleros de tejas recortando sus encajes de sombra en los calenturientos mediodías. Con sus frondosos árboles que sombrean umbrosos corrales, en donde la vida se reúne bajo cualquier corpulenta mata de mango, y al vaivén de un chinchorro se adormece soñolienta la resolana de la tarde. Pueblo de gente amiga aposentada en esas casas, que abre sus puertas en cordial entrega cuando se rompe la reserva ante el forastero. Guardatinajas ha sido un pueblo de vida esforzada y sufrida, que ha logrado pervivir en el tiempo apegado a [136]
sus sabanas de querencia y a su río que salpica de vida sus riberas. Ahora el esfuerzo creador de sus hombres hacen que el río y la sabana, las siembras y los rebaños, pueblen de nuevas esperanzas esas tierras, que bullen de promesas. Con toda razón y justicia, Guardatinajas aspira y espera un futuro provisor. Lucas Guillermo Castillo Lara (1996) [137]
Page 1 and 2:
FUNDACIÓN CULTURAL BARINAS
Page 3 and 4:
Muerte al amanecer
Page 5 and 6:
JOSÉ LEÓN TAPIA Muerte al amanece
Page 7 and 8:
Presentación Esta primera edición
Page 9 and 10:
Prólogo Asumir el desafío de un p
Page 11 and 12:
Entre esos animales que llegaron co
Page 13 and 14:
¡Qué largo viaje! Poblado de luch
Page 15 and 16:
La felicidad de la escritura Borges
Page 17 and 18:
Desde el primer momento le aclaré
Page 19 and 20:
Capítulo I El calabozo de Salta, e
Page 21 and 22:
Pero de repente, revivió la mañan
Page 23 and 24:
carero, de milagro no morí porque
Page 25 and 26:
el viento de las patas de los cabal
Page 27 and 28:
Capítulo II Sin poder evitarlo le
Page 29 and 30:
car en sus playas los miles de sold
Page 31 and 32:
Parecían cadáveres salidos de sus
Page 33 and 34:
Era baqueano en esas soledades de t
Page 35 and 36:
Capítulo III Parecía que al cesar
Page 37 and 38:
amarillo. Parecían una bandada de
Page 39 and 40:
Me curaba a diario y eso debe haber
Page 41 and 42:
Capítulo IV «Después, comenzaron
Page 43 and 44:
Con su aguda voz, aquel hombre delg
Page 45 and 46:
Por eso cuidábamos tanto los cabal
Page 47 and 48:
Después, en el Sur, supimos que al
Page 49 and 50:
Nuestro escuadrón lo miraba embele
Page 51 and 52:
Capítulo V Todo un acontecer de fa
Page 53 and 54:
so con la información del triunfo
Page 55 and 56:
me hubiera pasado el afecto que a B
Page 57 and 58:
Sabía que no la vería más y lo i
Page 59 and 60:
Ay Cumaná quién te viera en otro
Page 61 and 62:
Capítulo VI Se hizo un vacío en l
Page 63 and 64:
De caballo, soga y lazo relancino s
Page 65 and 66:
Tampoco estábamos de acuerdo con l
Page 67 and 68:
Capítulo VII Cuando el coronel Bur
Page 69 and 70:
Acabaré recordándole sus deberes
Page 71 and 72:
Cada uno de ellos, con la misión d
Page 73 and 74:
Guardamos silencio, en la emboscada
Page 75 and 76:
Ellos prosiguieron saqueando pueblo
Page 77 and 78:
Capítulo VIII «Éramos ciento set
Page 79 and 80:
Sabana que estábamos esperando con
Page 81 and 82:
Capítulo IX «Tal como lo habíamo
Page 83 and 84:
dado Arenales a ponerse a su orden,
Page 85 and 86: Como hicieron en mi presencia, en l
Page 87 and 88: Capítulo X Chuquisaca, Diciembre 1
Page 89 and 90: Chuquisaca, 22 de Enero de 1827. Qu
Page 91 and 92: Capítulo XI «Con el general Álva
Page 93 and 94: Por eso, pienso ahora, en su hermos
Page 95 and 96: Capítulo XII «Al llegar a Salta,
Page 97 and 98: Y con el coronel La Madrid y sus gr
Page 99 and 100: les al estallarle la rabia, voz gru
Page 101 and 102: La gente mía es la llanerada de to
Page 103 and 104: Capítulo XIII «Continuamos con Qu
Page 105 and 106: «Nos escuchaba benevolente, siendo
Page 107 and 108: Bolívar y Sucre, que luchó a nues
Page 109 and 110: Capítulo XIV «Mientras tanto, mis
Page 111 and 112: «Sin embargo, como nosotros éramo
Page 113 and 114: Haciéndose, con su fama, un verdad
Page 115 and 116: «En las noches cuando llegábamos
Page 117 and 118: Cantaban, cada uno su balada, porqu
Page 119 and 120: Capítulo XV «Hasta que supe por b
Page 121 and 122: Hablaban a escondidas, se citaban e
Page 123 and 124: Al día siguiente, al pintarse el a
Page 125 and 126: Capítulo XVI La familia de Luisa I
Page 127 and 128: Y levantó el cáliz sin soltarlo,
Page 129 and 130: Epílogo Después de la muerte de D
Page 131 and 132: la barbarie provinciana que debía
Page 133 and 134: Permanecieron entre La Rioja, Catam
Page 135: Guardatinajas Intacta fisonomía de
Page 139 and 140: Nota bibliográfica Por allá en 19
Page 141 and 142: Posteriormente, por Internet locali
Page 143 and 144: Reconocimiento Quiero agregar y dej
Page 145 and 146: Índice general Presentación......
show all

Libro Muerte al amanecer def.pmd - Salta

Create successful ePaper yourself

Delete template?

Save as template?