Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
multiplicado por mis ya novecientas noches de espantoso cautiverio,<br />
y me siento vieja, sucia, deforme, arrugada... ¿Quién va a amar a<br />
una criatura así? ¿Quién va a amar a este monstruo? De pronto,<br />
como sacudida por la locura precoz, busco desesperada en qué lugar<br />
de mi cuerpo se aloja mi antiguo amante: me froto las encías hasta<br />
hacerlas sangrar, me baño con agua hirviendo por si resulta que le<br />
llevo pegado a la piel, introduzco los dedos en mi sexo intentando<br />
alcanzar el fondo del útero, me enjabono los ojos para llorar aún<br />
más. Quizá es en mis ojos donde tengo clavados sus besos. Pero<br />
agotada después de tanta búsqueda inútil, sólo deseo encontrar un<br />
lugar donde dejarme morir, irme con la serenidad con que se<br />
marchan los elefantes al cementerio. Una vez allí no comería ni<br />
bebería. Qué es morir de amor sino de hambre y de sed. Moriría al<br />
fin, y la última imagen, el espejismo estentóreo de la inanición y la<br />
deshidratación, sería su sexo mutilado dentro de mi boca, casi<br />
penetrándome la garganta, derramando su líquido tibio. Todo empezó<br />
con una terrible misa de difuntos. Ojos vendados antes de pisar el<br />
altar, muchas sábanas blancas. La belleza se volvió maldita y ahora<br />
es imposible escuchar aquella misa sin el corazón destrozado. Antes<br />
de haberla hecho sonar teníamos que habernos dado cuenta que era<br />
música de muertos. Y aún me pides que no muera. ¡Que no muera de<br />
amor! Moriré cuantas veces sea necesario, hasta que no quede un<br />
solo hombre en el mundo por el que no me hayan enterrado, hasta<br />
que no haya vendido todo el dolor, este dolor infinito. ¡Que no muera!<br />
¿No lo ves? ¿No ves que tengo que morir?<br />
EL HOMBRE.- (Cae de rodillas aferrándose a los pies de la puta con<br />
un beso.)