El Progreso del Peregrino - John Bunyan.pdf - cristo mi pastor

Recommendations

Info

sorprendente. CRIST. — ¿Qué puede haber tan digno que merezca detenernos y desviarnos de nuestro camino? DEMÁS. — Aquí hay una mina de plata, donde se puede cavar y sacar un tesoro; si queréis venir, con un poco de trabajo podréis proveeros abundantemente. ESPER. — Vamos a verla. CRIST. — Yo no. He oído hablar de este lugar antes de ahora, y de muchos que han perecido en él; además, ese tesoro es un lazo para los que lo buscan, porque les estorba en su peregrinación. Entonces gritó Cristiano a Demás, diciendo: — ¿No es verdad que el lugar es peligroso? ¿No ha estorbado a muchos en su peregrinación? DEMÁS. — Es peligroso solamente para aquellos que se descuidan—; pero esto lo dijo sonrojándose.
CRIST. — Esperanza, no demos un solo paso en esa dirección; sigamos nuestro propio camino. ESPER. — De seguro que cuando llegue aquí ese señor Interés-privado, si se le hace la misma invitación, se desviará para verlo. CRIST. — Sin duda, porque sus principios le conducen por ahí, y es casi seguro que ahí morirá. DEMÁS. — ¿Pero no queréis venir para verlo? CRIST. (Negándose resueltamente). — Demás, tú eres enemigo de los caminos rectos del Señor, y ya has sido condenado, por haberte desviado tú mismo, por uno de los jueces de S. M. ¿Por qué procuras envolvernos en semejante condenación? Además, si nos desviamos en lo más mínimo, de seguro nuestro Señor el Rey será sabedor de ello y nos avergonzará allí donde menos queremos ser avergonzados; es decir: delante de él. DEMÁS. — Yo también soy uno como vosotros, y si me esperáis un poco os acompañaré. CRIST. — ¿Cómo te llamas? ¿No es tu nombre el que te he dado? DEMÁS. — Sí; mi nombre es Demás, y soy hijo de Abraham. CRIST. — Ya te conozco; tuviste por bisabuelo a Giezi y por padre a Judas, y has seguido sus huellas. Es una trampa infernal la que nos tiendes; tu padre se ahorcó por traidor, y no mereces mejor tratamiento. Te aseguro que cuando lleguemos a la presencia del Rey le informaremos de esta tu conducta. — Y con esto prosiguieron su camino. En aquel momento llegaron Interés-privado y sus compañeros, y a la primera indicación se acercaron a Demás, No puedo, con seguridad, decir si cayeron en el hoyo por haberse aproximado mucho a su borde, o si bajaron a él para cavar, o si se ahogaron en el fondo por las exhalaciones que de él suelen desprenderse; pero noté que no volvieron a aparecer en todo el camino. Entonces dijo Cristiano: "El Señor Interés-privado y Demás se entienden mutuamente; llama el uno y responde el otro; su codicia los tiene cegados. ¡Infelices! Así pasa a los que sólo piensan en este mundo, creyendo que no hay uno más allá." Vi después que cuando llegaron los peregrinos al otro lado de la llanura se encontraron con un antiguo monumento, cuya vista los dejó bastante preocupados por lo extraño de su figura; pues parecía una mujer que hubiese sido transformada en figura de una columna. Aquí se detuvieron admirados, y por algún tiempo no se lo podían explicar. Por fin, descubrió Esperanza un letrero sobre la cabeza de la figura; pero no siendo hombre de letras, llamó la atención de Cristiano para ver si lo descifraba. Cristiano, después de un poco de examen, halló que decía: “Acuérdate de la mujer de Lot.” Ambos concluyeron que debía ser la columna de sal en que fue transformada la mujer de Lot por haber mirado hacia atrás con corazón codicioso, cuando huía de Sodoma. Esta vista repentina sorprendente les dio ocasión para el siguiente diálogo: CRIST. — ¡Ah, hermano mío! Muy oportuna es esta vista, sobre todo después de la invitación que nos hizo Demás para pasar al collado de Lucro. Si hubiéramos pasado como él quería, y como también tú, hermano, estabas dispuesto a hacer, por lo que vi, hubiéramos sido hechos también un espectáculo para los que vengan detrás. ESPER. — Mucho me pesa el haber sido tan necio, y extraño no estar ya como la
Page 1 and 2:
JUAN BUNYAN EL PROGRESO DEL PEREGRI
Page 3 and 4:
cayó en muchos peligros y errores;
Page 5 and 6:
A varios lo mostré, con el intento
Page 7 and 8:
Le turban, y a nosotros las metáfo
Page 9 and 10:
Hallo que hombres de talla cual los
Page 11 and 12:
arrancados a la viviente realidad.
Page 13 and 14:
distancia que los separaba, no para
Page 15 and 16:
he venido adonde me ves. AUXILIO.
Page 17 and 18:
SAB. — Lo comprendo, sí; pero,
Page 19 and 20: aborrece a su padre y a su madre, a
Page 21 and 22: Saliendo pues del pantano por el la
Page 23 and 24: que trajo el agua y roció la sala,
Page 25 and 26: tierra; sus manos cruzadas, al mism
Page 27 and 28: que lo vi llegar a una montaña, y
Page 29 and 30: Cristiano iba delante de ellos habl
Page 31 and 32: CAPITULO VIII Cristiano pasa en sal
Page 33 and 34: CRIST. — Muy poco llevaba andado,
Page 35 and 36: que oí, pude comprender que había
Page 37 and 38: Llegados a la cuesta, dijo: CRIST.
Page 39 and 40: está para librar a los que le sirv
Page 41 and 42: ejercitándose en la práctica de l
Page 43 and 44: un foso profundísimo, que es adond
Page 45 and 46: ¡Oh, mundo de sorpresas! (Bien lo
Page 47 and 48: FIEL. — Ya sabes que hablo de pla
Page 49 and 50: FIEL. — ¿Qué me dijo? Ponía ob
Page 51 and 52: LOC. — Con mucho gusto les acompa
Page 53 and 54: llama a la primera señal de sensib
Page 55 and 56: acompañado de acción u obra: "el
Page 57 and 58: santos. ¡Qué jactancia tenía Loc
Page 59 and 60: diversiones, arlequines, bufones, b
Page 61 and 62: celestial. No hemos dado ocasión a
Page 63 and 64: desprecio de sus ilustres amigos el
Page 65 and 66: Cristiano encuentra un excelente co
Page 67 and 68: hacen a su modo. AMOR-AL-DINERO.
Page 69: preguntas como ésta; porque si es
Page 73 and 74: Además, en las orillas del río cr
Page 75 and 76: les iba. Triste era su situación,
Page 77 and 78: Ya era cerca de media noche del sá
Page 79 and 80: que veis son los mismos, y siguen h
Page 81 and 82: camino de ella, ni eso debe importa
Page 83 and 84: aquel miserable; pero has de hacer
Page 85 and 86: defender más a su Maestro que todo
Page 87 and 88: salí en su busca, y hace veinte a
Page 89 and 90: otra manera era segura mi condenaci
Page 91 and 92: justicia de este Cristo, ni todo el
Page 93 and 94: Hablan de nuevo los peregrinos con
Page 95 and 96: pensamientos sobre Dios concuerdan
Page 97 and 98: CRIST. — Mi respuesta es que, a m
Page 99 and 100: hubiera cambiado su corazón, hubie
Page 101 and 102: —Pero, ¿no hay otro camino?—pr
Page 103 and 104: Jerusalén celestial, la compañía
Page 105: camino para el infierno desde la mi
show all

El Progreso del Peregrino - John Bunyan.pdf - cristo mi pastor

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

Delete template?

Save as template?