venid a mi
venid a mi
venid a mi
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Servicio Caritativo/Relaciones Sociales Lección 10<br />
Nuestra vida se vuelve más plena y más bella cuando, entre las<br />
experiencias del diario vivir, establecemos cálidas y gratas<br />
relaciones a<strong>mi</strong>stosas con los hijos de Dios que son diferentes de<br />
nosotras. Al prestarles servicio y departir con ellas, cambiaremos y<br />
progresaremos; conoceremos más del amor de nuestro Salvador y<br />
de nuestros semejantes.<br />
Podemos esforzarnos por fortalecer nuestras relaciones personales<br />
con los que sean diferentes de nosotras<br />
Para muchas de nosotras, el primer paso que tenemos que dar<br />
para establecer relaciones a<strong>mi</strong>stosas con los que sean diferentes de<br />
nosotras es vencer el <strong>mi</strong>edo. Muchas veces tenemos <strong>mi</strong>edo de<br />
tratar con personas ciegas o sordas, así como con personas de otro<br />
medio cultural y con aquellas cuyos intereses y valores son<br />
distintos de los nuestros. Sentimos temor de decir o hacer algo que<br />
se tome como un agravio. El temor en ese caso es temor a lo<br />
desconocido. El relacionarnos o tratarnos directamente con<br />
nuestros hermanos y hermanas que son diferentes de nosotros es<br />
por lo general la manera más fácil de vencer nuestros temores.<br />
Para comenzar, podemos preguntar sencillamente a una persona<br />
<strong>mi</strong>nusválida qué le sirve de ayuda y qué le estorba o incomoda.<br />
Podemos seguir el ejemplo de una hermana ciega que tiene un<br />
título universitario avanzado y que enseña a personas<br />
<strong>mi</strong>nusválidas. Cuando se le preguntó qué era lo más importante<br />
recordar al ayudar a un impedido, ella contestó: "Tratar a la<br />
persona <strong>mi</strong>nusválida como a una persona normal, única, con todas<br />
sus aptitudes, sus cualidades y hasta con sus defectos. Porque,<br />
¿quién de nosotros no tiene algún impedimento de un tipo o de<br />
otro? Lo que ocurre es que algunos son más evidentes que otros".<br />
El eider James E. Faust dijo: "¿Por qué no <strong>mi</strong>rar más allá del<br />
bastón, de la silla de ruedas, de los aparatos ortopédicos y de las<br />
muletas, y ver el corazón de quienes los usan? Ellos son seres<br />
humanos y sólo quieren que se les trate como al resto de la gente;<br />
si bien su apariencia puede ser diferente, que se muevan con<br />
dificultad o hablen con vacilación, aun así tienen los <strong>mi</strong>smos<br />
senti<strong>mi</strong>entos que los demás: ríen, lloran, conocen el desaliento y la<br />
esperanza, y no desean que se les esquive. Quieren ser amados<br />
por lo que son en su interior sin ningún prejuicio por su invalidez.<br />
¿Por qué no puede haber más tolerancia por las diferencias en la<br />
capacidad física y mental?" ("Las obras de Dios", Liahona, enero de<br />
1985, pág. 47.)<br />
En muchas formas bondadosas y llenas de consideración, podemos<br />
aligerar la carga de las personas que no han sido tan afortunadas<br />
como nosotras; por ejemplo, a las que hayan perdido la vista,<br />
bibliotecasud.blogspot.com<br />
241