Boletín Salesiano - Salesianos Venezuela
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la paz, de la reconciliación, de la conversión<br />
y danos la alegría de la recuperada<br />
libertad”.<br />
María Auxiliadora. Don Bosco<br />
afi rmaba que “todo lo había hecho María<br />
Auxiliadora”. Aceptó el atrevimiento al<br />
decir que María Auxiliadora lo hizo a él,<br />
su hijo predilecto, lo cubrió con su ternura<br />
de madre y lo envió a ser testigo de<br />
su Hijo Jesús, al estilo del buen pastor,<br />
con el corazón en brasa viva, con un celo<br />
todo especial por la Iglesia, por la Congregación<br />
Salesiana, por <strong>Venezuela</strong>.<br />
Pareciera que la vida del cardenal<br />
Rosalio Castillo, desde mucho antes de<br />
su nacimiento, estuviera marcada por<br />
la presencia de María Auxiliadora. Era<br />
como un “adn” todo especial: todas sus<br />
expresiones, sus palabras, destilaban<br />
dulzura para con María Auxiliadora, y<br />
también compromiso y entrega.<br />
El amigo. He tenido la dicha de disfrutar<br />
de sus atenciones, su gentileza y<br />
sentir en sus palabras calidez para con<br />
todos, cercanía para el débil, fortaleza<br />
para el cansado, esperanza y consuelo<br />
para el triste. Creo que como un torrente<br />
la amistad ha descendido hacia el cardenal<br />
Castillo. Multitud de amigos le han<br />
brindado su cariño, lealtad, amistad. En<br />
él se cumple la expresión de Don Bosco<br />
“siempre se sintió muy amado, muy querido”.<br />
Fue distinguido, de una manera especial,<br />
por la amistad entrañable de los<br />
Papas Juan Pablo II, Paulo VI y Benedicto<br />
XVI. También la amistad brotó de<br />
su corazón como lluvia que todo lo baña,<br />
refresca y da vigor. Salvando las distancias,<br />
puedo afi rmar en nombre de mul-<br />
¿Sabes cómo ayudar<br />
a un joven?<br />
titud: “sé en quien me<br />
he confi ado”, en quien<br />
puse mis esperanzas<br />
y jamás quedé defraudado.<br />
Esa amistad que<br />
no se fi ja en el título,<br />
el cargo, las riquezas,<br />
sino en la persona.<br />
Hombre de oración.<br />
La serenidad de<br />
su vida, trasparentaba<br />
la cercanía y la confi<br />
anza en Dios. Contemplativo<br />
en la acción<br />
en una síntesis vital que<br />
hacía natural las cosas<br />
extraordinarias, y se abajaba a las situaciones<br />
más sencillas. Una asimilación<br />
profunda a Cristo, que le impulsaba a<br />
entregar su vida sin reservas, totalmente<br />
por el Evangelio, por la Iglesia, por los<br />
jóvenes.<br />
El Cardenal Castillo todo lo hacia con<br />
una alegría perenne, una sonrisa dilatada<br />
y franca que unía corazones, sentimientos,<br />
en permanente meditación y contemplación<br />
de Cristo<br />
La Congregación Salesiana se enjuga<br />
las lágrimas por el hermano que emprendió<br />
su retorno a la casa del Padre, y<br />
celebra, en acción de gracias el don de la<br />
vida del salesiano Cardenal Rosalio Castillo,<br />
en unión a esa multitud de jóvenes,<br />
exalumnos y amigos que lo tuvieron<br />
como su maestro, amigo y pastor.<br />
La Iglesia proclama las glorias del<br />
siervo bueno y fi el que, en comunión con<br />
el Papa, dio testimonio del Evangelio y<br />
confi rmó a los hermanos en la fe. Como<br />
buen pastor, ya desfruta del premio eter-<br />
no, e intercede por todos ante el Buen<br />
Pastor, Jesucristo.<br />
<strong>Venezuela</strong> acoge la herencia de quien<br />
veló y cuidó de ella, la protegió y defendió.<br />
La verdad de sus consejos, la<br />
libertad por la que luchó con denuedo,<br />
la justicia por la que entregó su vida, y la<br />
fe con la que iluminó su historia, tejen la<br />
hermosa corona que no se marchita.<br />
En el templo Nacional a Don Bosco<br />
en Altamira, recibió el reconocimiento,<br />
la devoción y cariño de la Iglesia, del<br />
Papa, en la persona de su Legado; de<br />
sus pastores, los Obispos; de los fi eles<br />
y hermanos en la Congregación. Muchos<br />
le proclamaron “valiente”, todos le agradecieron<br />
su amor, su fe, el testimonio de<br />
su vida. Y en Güiripa, su pueblo natal,<br />
familiares y conciudadanos, le vitorearon<br />
como paladín de la familia, de los derechos<br />
de los humanos, y como ilustre hijo<br />
de esa comunidad. Ahora, sus restos<br />
descansan en la capilla san José de la<br />
iglesia dedicada a María Auxiliadora.<br />
Únete a la Familia Salesiana y siente la alegría de regalarle vida<br />
a la juventud venezolana<br />
( De izq a dcha)<br />
Mons Divasson y<br />
Delgado,El Card<br />
Castillo, el P<br />
Bruno y el Card<br />
Velasco<br />
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