Boletín Salesiano - Salesianos Venezuela

Un saludo cariñoso a Peter, Salesiano Laico,
quien hoy celebra sus 50 años de profesión
religiosa; a su familia venida de Holanda; al
Hno. Gerard, Procurador Salesiano de Holanda
(De la Homilía del P. Enrique en la Casa Don Bosco,
Enrique Parravano, sdb
economo@donbosco.
org.ve
24 de mayo de 2007)
Hoy es la fiesta de María
Auxiliadora, una fiesta muy
grande para toda la Familia
Salesiana, para todos los que estamos
aquí: los chamos de la Casa
Don Bosco y los del centro de Capacitación.
Don Bosco. Decía que cada
joven que llega a una casa salesiana
es traído por María Auxiliadora. Así
lo creemos y por esto es una fiesta
grande.
María Auxiliadora es la madre
del Señor Jesús y la madre de todos
nosotros. Hemos escuchado en
el evangelio que Jesús asistía a un
matrimonio en Caná de Galilea, con
sus discípulos y estaba también su
mamá, María. Ella se da cuenta que
se les acaba el vino, y que la familia
estaba en un mal rato para atender a
los invitados. Se acerca a su hijo y le
pide que ayude a los novios. A pesar
que no había llegado la hora del
Señor, María le arranca
el primer milagro: el
milagro del compartir,
de la alegría, de la fiesta.
María es la madre que
está atenta a las penurias
de los demás, y con su
intercesión socorre a
los necesitados. También
nosotros debemos
ser auxiliadores de los
demás.
Celebramos la fiesta
de los 50 años de un
gran salesiano. Peter, te
quiero repetir hoy delan-
“Gracias, Peter. En nombre de Don Bosco, te doy las gracias”
50 AÑOS DE PROFESIÓN RELIGIOSA DE PETER
Peter con sus familiares
y amigos
te de todos, lo que el Rector Mayor
de los salesianos, el Padre Pascual,
te dijo hace quince días, cuando
subió a tu cuarto a saludarte: “Gracias,
Peter. En nombre de Don Bosco,
te doy las gracias”
Peter llegó a Venezuela en octubre
de 1957, dos meses después
de haber concluido su noviciado en
Holanda. Pasó dos años en Bolea,
Caracas, en la entonces escuela agrícola.
Desde el 1959 llegó a esta casa
de Naguanagua (Valencia), donde ha
vivido 48 años. Quienes lo conocimos
antes del accidente que le causó
esta larga enfermedad, apreciamos
en él su dinamismo, su alegría, su
servicialidad. Lo recordamos en el
vivero, cultivando plantas y jardines,
dando clases, jugando en el patio. Un
salesiano laico de gran corazón.
En el año 1983 un desafortunado
incidente le quitó la salud, pero no
la alegría y la voluntad. Luego de
un año de recuperación en su patria,
Holanda, Peter quiso regresar a
la Casa Don Bosco, a Naguanagua.
Probablemente en Holanda habría
tenido mayores comodidades, rodeado
del cariño de sus familiares y
de los salesianos de allá. Pero Peter
Sus familiares y jóvenes en el Santuario de la Casa D Bosco
se quiso venir a su inspectoría, a
su casa. Desde entonces ha estado
siempre aquí brindándonos su testimonio
de dolor y sufrimiento y, sobre
todo, su fidelidad. Gracias Peter.
Quiero terminar haciendo referencia
a una coincidencia que ilumina el
misterio del sufrimiento de Peter. El
Santuario en el que nos encontramos
está dedicado a Nuestra Señora de
Los Dolores. Creo que debe ser uno
de los pocos santuarios salesianos
dedicados a esta advocación.
El Sr. José Berrizbeitia, quien
donó estos terrenos para la construcción
de la escuela agronómica, quiso
que la iglesia estuviera dedicada a
esta patrona, en honor de su esposa.
Pues bien la Madre Dolorosa, que
estaba al pie de la cruz, participando
del sufrimiento de Jesús en la cruz,
de su pasión, ha acompañado el dolor
de Peter. A ella, igual que a Peter,
una espada la atravesó el corazón.
Desde tu silla de ruedas, desde tu
silencio, desde el sufrimiento, nos
sigues dando el mejor ejemplo: tu
voluntad de seguir adelante, tu fidelidad
al Señor y al carisma salesiano.
Gracias, Peter. En nombre de Don
Bosco, te doy las gracias”.
Noviembre - Diciembre
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