La carta - Esquila Misional
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En un mundo de brechas<br />
lingüística y los gestos de la misericordia entrañable,<br />
sobre todo con el auxilio de la Gracia sobrenatural inmerecida,<br />
pero siempre bienvenida; con ayuda de lo<br />
anterior podemos despedirnos de las rencillas, de las<br />
polémicas, de las malas interpretaciones y los enfrentamientos,<br />
convencidos de que poco sirve entretenerse<br />
en reavivar las diferencias entre grupos, movimientos,<br />
corrientes o tendencias, y sí, de mucho, caminar juntos<br />
en una misma dirección: orando, trabajando, compartiendo,<br />
contando al mundo la Buena Noticia, siendo<br />
una Iglesia valiente y amorosa.<br />
Y cada uno lo hará con su lenguaje y acentos,<br />
y todos serán buenos si aportan algo de verdad y luz<br />
a una sociedad necesitada de mensajes como el de<br />
Jesucristo. De poco sirve también lo que no construye:<br />
los prejuicios, la crítica permanente, el desgaste sistemático,<br />
la agresividad descalificadora, la exclusión<br />
de los que piensan de otro modo o la catalogación en<br />
buenos y malos, ¡nosotros siempre sabemos cuál es<br />
nuestro lado!<br />
Dejemos atrás etapas trasnochadas y heridas a<br />
medio curar, mientras intentamos dejar que Dios sea<br />
6 <strong>Esquila</strong> <strong>Misional</strong><br />
El Hermano Fernando Acedo (qepd) en la misión de Etiopía<br />
Dios, dejemos que los demás sean lo que son, con<br />
espacio para entender de otro modo la forma de vivir<br />
hoy como cristiano, reflejemos que somos conscientes<br />
de que Jesús nos dijo que no tuviéramos miedo,<br />
pero no que nos tornáramos feroces e implacables<br />
defensores irracionales de nuestros principios y criterios.<br />
En efecto, puede ocurrirnos que, deseando<br />
tender puentes entre distintas confesiones, religiones,<br />
etcétera, olvidemos la comprensión, el respeto,<br />
la cercanía entre los de nuestra propia casa. Así que<br />
nunca es demasiado tarde para aquilatar el blanco y<br />
el negro, de tal manera que podamos llegar a tonos<br />
más evangélicos.<br />
Por un lado, en nosotros está aportar nuestra pequeña<br />
parcela de luz y verdad al permitir que todos,<br />
juntos y distintos, caminemos en la misma dirección:<br />
todos somos uno en un futuro común. En el momento<br />
social en que vivimos queremos incluir y no excluir, poner<br />
al lado y no enfrente; y en este sentido es de gran<br />
necesidad en nuestros días y en esta tierra, la ayuda<br />
a la «perenne dama de los ojos vendados y la balanza<br />
equilibrada» (la justicia).<br />
MUNDO NEGRO