11.05.2013 Views

El ensayo literario en Hispanoamérica. Su expresión en Venezuela

El ensayo literario en Hispanoamérica. Su expresión en Venezuela

El ensayo literario en Hispanoamérica. Su expresión en Venezuela

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

if.<br />

EL ENSAYO LITERARIO EN HISPANOAMÉRICA.<br />

SU EXPRESIÓN EN VENEZUELA<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Cesia Ziona Hirshbein<br />

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA<br />

Este papel de trabajo va <strong>en</strong>caminado al desarrollo de la tesis sobre la importancia<br />

del <strong><strong>en</strong>sayo</strong> <strong>en</strong> Latinoamérica desde los mom<strong>en</strong>tos mismos de la fundación de<br />

una <strong>expresión</strong> literaria que se manifiesta después de la colonia. Int<strong>en</strong>ta igualm<strong>en</strong>te<br />

servir de aporte al estudio g<strong>en</strong>érico (asunto inevitable) de la <strong>expresión</strong> literaria conocida<br />

con el nombre de <strong><strong>en</strong>sayo</strong>.<br />

La circunstancia tan sugestiva del título nos obliga a recordar el orig<strong>en</strong> de la<br />

palabra <strong><strong>en</strong>sayo</strong>. En su s<strong>en</strong>tido primitivo presagia la incompletez, el hacer una<br />

prueba, int<strong>en</strong>tar o más bi<strong>en</strong> t<strong>en</strong>tar como lo sugiere Chesterton -con su acostumbrado<br />

tono irónico- <strong>en</strong> el <strong><strong>en</strong>sayo</strong> titulado «Sobre el <strong><strong>en</strong>sayo</strong>», y donde compara este<br />

género con una serpi<strong>en</strong>te que es t<strong>en</strong>tativa <strong>en</strong> todos los s<strong>en</strong>tidos de la palabra. «<strong>El</strong><br />

t<strong>en</strong>tador está siempre t<strong>en</strong>tando su camino», nos dice el <strong>en</strong>sayista inglés. Y este <strong>en</strong>gañoso<br />

aire de incompletez hace que nosotros también estemos t<strong>en</strong>tados por la serpi<strong>en</strong>te,<br />

y queramos aclarar que, de igual modo, estoy <strong>en</strong>sayando aquí algunos caminos<br />

para perfilar este género, ya que es una de las formas más interesantes de<br />

la literatura y p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to latinoamericano <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y del v<strong>en</strong>ezolano <strong>en</strong> particular.<br />

Para empezar <strong>en</strong>sayaré algunas características que nos acerqu<strong>en</strong> al género, pues<br />

aunque muchos tratan de definirlo, buscar ciertas fronteras o especificaciones, pareciera<br />

ser el <strong><strong>en</strong>sayo</strong> una forma de <strong>expresión</strong> que no acepta ni límites ni definición<br />

precisa. Shipley <strong>en</strong> su Diccionario de Literatura afirma que «nunca se ha determinado<br />

con exactitud <strong>en</strong> qué consiste el <strong><strong>en</strong>sayo</strong>». Y es que aún más que la gran mayoría<br />

de las formas literarias, ésta se resiste a una definición estricta.<br />

En efecto, el <strong><strong>en</strong>sayo</strong> es camaleónico y ti<strong>en</strong>de a adoptar la forma que más le conv<strong>en</strong>ga.<br />

De naturaleza reflexiva e interpretativa, es también flexible, subjetivo y<br />

donde existe muy especialm<strong>en</strong>te la participación del lector, sobre todo por su intimidad.<br />

Es a la vez interesante observar que usa los más variados y sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes<br />

recursos <strong>literario</strong>s: recordemos los <strong><strong>en</strong>sayo</strong>s dialogales de Osear Wilde, el int<strong>en</strong>so<br />

<strong><strong>en</strong>sayo</strong> <strong>en</strong> forma de memorias de Unamuno dedicado a Salamanca, o las conversaciones<br />

imaginarias de Stev<strong>en</strong>son; t<strong>en</strong>emos también <strong><strong>en</strong>sayo</strong>s <strong>en</strong> forma de sueños,<br />

apuntes, diarios o epístolas. En cuanto al cont<strong>en</strong>ido, aún cuando g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te se<br />

698


EL ENSA YO LITERARIO EN HISPANOAMÉRICA 699<br />

lo asocia con el tema <strong>literario</strong>, exist<strong>en</strong>cial y el filosófico, es importante destacar que<br />

acepta cualquiera de las múltiples e infinitas vetas del conocimi<strong>en</strong>to humano; igual<br />

como hay <strong><strong>en</strong>sayo</strong>s sobre la verdad, sobre el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to humano, los hay sobre<br />

la <strong>en</strong>ergía nuclear, la biología, el átomo o también sobre un abrigo de piel, un grano<br />

de especias, un desván elisabetano o unas papitas fritas, por sólo citar algunos<br />

ejemplos. Montaigne (el primero y más grande de los <strong>en</strong>sayistas) decía hacia<br />

1580: «Tomo al azar cualquier tema que se me pres<strong>en</strong>ta. Todos me son igualm<strong>en</strong>te<br />

bu<strong>en</strong>os... P<strong>en</strong>etro <strong>en</strong> él, no con amplitud sino con la mayor profundidad<br />

que puedo...».<br />

De ahí que afirme que <strong>en</strong> el <strong><strong>en</strong>sayo</strong> todo dep<strong>en</strong>de del <strong>en</strong>foque, del modo original<br />

con el que se acerque la pluma de un escritor al texto, no del tema que circunstancial<br />

o coyunturalm<strong>en</strong>te haya escogido (por azar, como dice Montaigne), pues<br />

es el autor qui<strong>en</strong> con su perspicacia, tal<strong>en</strong>to y estilo peculiar crea el interés y el sabor<br />

del tema. Por eso creo que es lícito llamar al <strong><strong>en</strong>sayo</strong> «prosa de ideas», de igual<br />

modo, «poema <strong>en</strong> prosa», pues son los <strong>en</strong>sayistas <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido que lo estamos<br />

apuntando, qui<strong>en</strong>es transfiguran esas ideas <strong>en</strong> imág<strong>en</strong>es, visiones y viv<strong>en</strong>cias, y<br />

éste quizás sea uno de sus aspectos más interesantes, pues es el hacedor de imág<strong>en</strong>es<br />

el que fija la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre un <strong><strong>en</strong>sayo</strong> y un artículo periodístico, un tratado,<br />

una crónica o una monografía.<br />

Pero por el otro lado, igualm<strong>en</strong>te su tarea, así como lo afirma el profesor Han<br />

Stavans <strong>en</strong> su libro antológico Latín American Essays, es la de confrontar, discutir,<br />

contradecir y p<strong>en</strong>sar. <strong>Su</strong>rge según esto una confrontación inevitable: ¿es el <strong><strong>en</strong>sayo</strong><br />

arte? Pues como bi<strong>en</strong> lo apunta Walter Pater -otro de los fundadores del <strong><strong>en</strong>sayo</strong><br />

actual- el arte trata siempre de indep<strong>en</strong>dizase de la mera intelig<strong>en</strong>cia; de convertirse<br />

<strong>en</strong> percepción pura, de liberarse de sus responsabilidades con respecto a su<br />

asunto o material, y donde forma y cont<strong>en</strong>ido pres<strong>en</strong>tan un solo efecto a la «razón<br />

imaginativa». Por su lado Osear Wilde afirma que el objeto del Arte no es la verdad<br />

simple, sino la belleza compleja.<br />

De manera que hemos llegado a lo que considero el punto neurálgico del género:<br />

Si el objetivo primordial del <strong><strong>en</strong>sayo</strong> es el de consci<strong>en</strong>tizar y confrontar, ¿dónde<br />

insertamos el aspecto <strong>literario</strong>? Pues bi<strong>en</strong>, lo <strong>literario</strong> está precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la simbiosis<br />

<strong>en</strong>tre forma y cont<strong>en</strong>ido, y ahí es donde se pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> forma contund<strong>en</strong>te<br />

su difer<strong>en</strong>ciación del tratado, <strong>en</strong> el cual priva el cont<strong>en</strong>ido por <strong>en</strong>cima de todo. Debo<br />

decir que <strong>en</strong> efecto, <strong>en</strong> el <strong><strong>en</strong>sayo</strong> se expresa <strong>en</strong> efecto un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to, pero es<br />

un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to creador e informal, impulsado por la imaginación, que es artísticam<strong>en</strong>te<br />

creadora y busca siempre una nueva forma. Y solam<strong>en</strong>te adquiere exist<strong>en</strong>cia<br />

literaria por la int<strong>en</strong>cionalidad estética, por ese afán de crear belleza.<br />

Puedo ya decir que el <strong><strong>en</strong>sayo</strong> es literatura inclusive y aun cuando su tema no sea<br />

<strong>literario</strong>, pues lo resaltante <strong>en</strong> este género es la finalidad literaria <strong>en</strong> sí, aquello que<br />

los estructuralistas no se han cansado <strong>en</strong> llamar la literaturidad del texto, aquello<br />

que hace que un texto sea <strong>literario</strong>.<br />

Con estas consideraciones iniciales, debo subrayar que ésta así llamada «reflexión<br />

original» ha sido <strong>en</strong> <strong>Hispanoamérica</strong> <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y <strong>en</strong> V<strong>en</strong>ezuela <strong>en</strong> particular,


700 C. ZlONA HlRSHBEIN<br />

una de las manifestaciones de la creación literaria de mayor alcance para la <strong>expresión</strong><br />

del p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to y la cultura nacional. Y es importante decir que ningún género<br />

<strong>literario</strong> ha sido tan adecuado para demarcar la psicología latinoamericana, sus<br />

patrones laberínticos y sus más profundos secretos.<br />

EL ENSAYO HISPANOAMERICANO. SU EXPRESIÓN EN VENEZUELA<br />

Es importante, al introducir el <strong><strong>en</strong>sayo</strong> <strong>en</strong> V<strong>en</strong>ezuela, <strong>en</strong>marcarlo d<strong>en</strong>tro de <strong>Hispanoamérica</strong>,<br />

ya que el nuestro -el v<strong>en</strong>ezolano- se inserta <strong>en</strong> forma armónica y muy<br />

destacada <strong>en</strong> el del resto del contin<strong>en</strong>te del sur. Además, <strong>en</strong>tre las figuras más connotadas<br />

que fundan modernam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> toda Latinoamérica este género <strong>literario</strong> están<br />

los v<strong>en</strong>ezolanos Andrés Bello, Simón Rodríguez, Francisco de Miranda y Simón<br />

Bolívar, qui<strong>en</strong>es junto a Fray Teresa Servando de Mier, Fray Camilo<br />

H<strong>en</strong>ríquez y Fernández de Lizardi, «fecundos, vastos y <strong>en</strong>ormem<strong>en</strong>te influy<strong>en</strong>tes»,<br />

son los padres del género.<br />

A partir de 1810, las luchas indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tistas con sus evid<strong>en</strong>tes preocupaciones<br />

políticas e ideológicas se van a convertir <strong>en</strong> el tema fundam<strong>en</strong>tal de la literatura de<br />

la época, y el <strong><strong>en</strong>sayo</strong>, por su idiosincrasia reflexiva y conci<strong>en</strong>tizadora, es el texto<br />

más idóneo para expresar los conflictos y las preocupaciones de este mom<strong>en</strong>to<br />

histórico tan convulso. Es una literatura de combate, lo que inevitablem<strong>en</strong>te hace<br />

que el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to y la acción estén unidos <strong>en</strong> la mayoría de ellos. <strong>El</strong> esc<strong>en</strong>ario,<br />

<strong>en</strong> efecto sirve para los cuadros históricos y muestra el desafío de una literatura que<br />

se sumerge <strong>en</strong> el humus de la guerra, y donde <strong>en</strong> esa transición (desde el punto de<br />

vista cultural) del barroco al romanticismo de fines del siglo XVIII y principios del<br />

XIX se sorpr<strong>en</strong>de con rasgos ya de raigambre muy americana. Sin romper con la<br />

tradición hispánica, la escritura literaria de esta época abre un nuevo camino a la<br />

reflexión y la <strong>expresión</strong> de los problemas más cand<strong>en</strong>tes del mom<strong>en</strong>to. Es importante<br />

aclarar que estos hombres de la época indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tista aún no son consci<strong>en</strong>tes,<br />

al escribir, de la categoría de <strong><strong>en</strong>sayo</strong>, y expresan sus ideas <strong>en</strong> un texto que algunos<br />

llaman «proto-<strong><strong>en</strong>sayo</strong>», y que <strong>en</strong> alguna medida se empar<strong>en</strong>ta todavía con el tratado,<br />

el artículo, la epístola y la oratoria, pero que resalta por una forma que ya es<br />

propiam<strong>en</strong>te literaria. (Lo que llamaba la int<strong>en</strong>cionalidad del texto).<br />

Se levantan voces que hablan de la tolerancia religiosa, de los derechos individuales,<br />

de la libertad intelectual y la sociedad igualitaria y republicana. <strong>El</strong> espíritu<br />

de la Ilustración se muestra <strong>en</strong> todo su alcance ya que circulaban -aún cuando <strong>en</strong><br />

forma clandestina- libros de ori<strong>en</strong>tación moderna para la época: la Encyclopédie,<br />

las obras de Bacon, Descartes, Copérnico, Gass<strong>en</strong>di, Boyle, Leibniz, Locke, Condillac,<br />

Buffon, Voltaire, Montesquieu, Rousseau, Lavoisier, Laplace.<br />

Es de rigor destacar a Simón Bolívar y a don Andrés Bello. En primer lugar t<strong>en</strong>emos<br />

al Libertador Simón Bolívar (1783-1830) que como lo señala Teodosio Fernández<br />

(Los géneros <strong>en</strong>sayísticos hispanoamericanos) Bolívar es autor de más de<br />

tres mil cartas y dosci<strong>en</strong>tos discursos, ar<strong>en</strong>gas o proclamas; y añado, algunos escritos<br />

que podría catalogar como de crítica literaria poco conocidos y únicos <strong>en</strong> su


EL ENSA YO LITERARIO EN HISPANOAMÉRICA 701<br />

género para la época. Todo esto conforma un extraordinario testimonio de su decisiva<br />

participación <strong>en</strong> los hechos no sólo militares sino también político-sociales que<br />

<strong>en</strong>tonces determinaron el destino de <strong>Hispanoamérica</strong>. De su obra han merecido<br />

particular at<strong>en</strong>ción Mi delirio sobre el Chimborazo, una apasionada y poética reflexión<br />

sobre su misión libertadora, también el famoso Manifiesto de Cartag<strong>en</strong>a de<br />

1812 fundam<strong>en</strong>tal para el conocimi<strong>en</strong>to de su p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to político, <strong>en</strong> esa misma<br />

categoría están la Carta de Jamaica de 1815 y el Discurso <strong>en</strong> el Congreso de Angostura<br />

de 1819. Son interpretaciones de la realidad hispanoamericana de excepcional<br />

lucidez donde asoma la fe <strong>en</strong> el poder de la razón (la Ilustración). Oigamos<br />

este fragm<strong>en</strong>to de una carta que le escribe el Libertador al poeta José Joaquín Olmedo:<br />

Ya que Vd. ha hecho su gasto y tomado su p<strong>en</strong>a, haré como aquel paisano a qui<strong>en</strong><br />

hicieron rey de una comedia y decía: «Ya que soy rey, haré justicia... he oído decir<br />

que un tal Horacio escribió a los Pisones una carta muy severa, <strong>en</strong> la que castigaba<br />

con dureza las composiciones métricas; y su imitador, M. Boileau, me ha <strong>en</strong>señado<br />

unos cuantos preceptos para que un hombre sin medida pueda dividir y tronchar a<br />

cualquiera que habla muy mesuradam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> tono melodioso y rítmico... prepárese<br />

Vd. para oír inm<strong>en</strong>sas verdades, o, por mejor decir, verdades prosaicas, pues Vd. sabe<br />

muy bi<strong>en</strong> que un poeta mide la verdad de un modo difer<strong>en</strong>te de nosotros los hombres<br />

de prosa. Seguiré a mis maestros...<br />

Permítaseme ahora ext<strong>en</strong>derme <strong>en</strong> la figura de don Andrés Bello (1781-1865),<br />

-reconocido por los críticos como el primer <strong>en</strong>sayista moderno latinoamericanono<br />

sólo por el respeto universal que provoca su obra, movida como está por el amor<br />

a la belleza y por el placer de conocer, sino también por ese interés suyo de <strong>en</strong>señar,<br />

<strong>en</strong>caminar y alumbrar. Además, ese afán de compartir e impartir sus conocimi<strong>en</strong>tos<br />

se une <strong>en</strong> él a su «fe literaria» que define <strong>en</strong> el «Discurso de Instalación<br />

de la Universidad de Chile» (1843), <strong>en</strong> donde defi<strong>en</strong>de la libertad, pero d<strong>en</strong>tro del<br />

ord<strong>en</strong>. Debemos subrayar que ese equilibrio <strong>literario</strong> de Bello está dirigido finalm<strong>en</strong>te<br />

hacia América, hacia nuestra América. En efecto, su tema es América, la audi<strong>en</strong>cia<br />

a la que se dirige es americana, americanos son sus s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos y sus conceptos;<br />

incluso, durante su perman<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> Inglaterra, la vocación por lo americano<br />

se hace <strong>en</strong> él más profunda y decidida. La nostalgia del desterrado avivó <strong>en</strong> él ese<br />

s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to. En cuanto a Inglaterra es importante hacer notar que ese estilo «moderno»<br />

de hacer <strong><strong>en</strong>sayo</strong>, que había empezado con la g<strong>en</strong>eración de Andrés Bello<br />

debe asociarse <strong>en</strong> efecto a la tradición de <strong>en</strong>sayistas británicos tales como Francis<br />

Bacon, Charles Lamb, William Hazlitt, Thomas de Quincey, Stev<strong>en</strong>son, Thomas<br />

Carlyle, Ruskin, Walter Pater <strong>en</strong>tre otros.<br />

D<strong>en</strong>tro del marco latinoamericano, mi<strong>en</strong>tras Bello figura como cauto, moderado<br />

y con s<strong>en</strong>tido del ord<strong>en</strong>, <strong>en</strong> cambio el arg<strong>en</strong>tino Domingo Faustino Sarmi<strong>en</strong>to<br />

(1811-1888) resulta apasionado, impetuoso y desigual. De su fecunda obra <strong>en</strong>sayística<br />

hay un libro que destacar, el Facundo (Santiago, 1845), donde plantea la<br />

antinomia Europa fr<strong>en</strong>te a América. De la misma época es Juan Montalvo (1832-<br />

89), qui<strong>en</strong> aparte de escribir sobre la realidad americana, compone <strong><strong>en</strong>sayo</strong>s al estilo


702 C. ZlONA HlRSHBEIN<br />

del inglés Francis Bacon con títulos como «De la nobleza», «De la belleza <strong>en</strong> el<br />

género humano», «Los héroes» (Simón Bolívar) y «Los banquetes de los filósofos».<br />

Como lo afirma José Miguel Oviedo (Breve historia del <strong><strong>en</strong>sayo</strong> hispanoamericano,<br />

pág.22), «hay una clara línea que va del Facundo (1845) de Domingo<br />

Faustino Sarmi<strong>en</strong>to al Martín Fierro (1872) de José Hernández y de éste a Don Segundo<br />

Sombra (1926) de Ricardo Güiraldes», y continúa dici<strong>en</strong>do que «el influjo<br />

de <strong>El</strong> laberinto de la soledad (1950) de Octavio Paz sobre la novela mejicana es<br />

también evid<strong>en</strong>te, así como el magisterio de Reyes sobre algunos poetas contemporáneos<br />

de su país. Hay una viva interrelación <strong>en</strong>tre los géneros que se cultivan <strong>en</strong><br />

<strong>Hispanoamérica</strong> y <strong>en</strong> esa red de estímulos y ecos es de justicia reconocer el papel<br />

seminal que cumple el <strong><strong>en</strong>sayo</strong>...»<br />

Y este <strong><strong>en</strong>sayo</strong> latinoamericano se desarrolla vivam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong>trelazando una temática<br />

común a todos ellos: la de la preocupación por la id<strong>en</strong>tidad nacional a través<br />

de una <strong>expresión</strong> típicam<strong>en</strong>te americana. Es la elaboración de un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to, que<br />

sin desligarse de los cont<strong>en</strong>idos universales, reflejan un modo de ser, de reaccionar<br />

fr<strong>en</strong>te a las cosas típicam<strong>en</strong>te latinoamericano. Hay que <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der pues ese inicial<br />

auge del <strong><strong>en</strong>sayo</strong> como un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o asociado a las reflexiones sobre la realidad socio-histórica<br />

de un contin<strong>en</strong>te que quería cobrar total autonomía tanto política como<br />

culturalm<strong>en</strong>te, América fr<strong>en</strong>te a Europa y fr<strong>en</strong>te a los Estados Unidos. Aparece<br />

pues este tipo de literatura flexible y versátil para una sociedad que estaba cambiando<br />

rápidam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> una necesidad de expresar un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to nuevo como<br />

instrum<strong>en</strong>to pues, de la búsqueda de la id<strong>en</strong>tidad y <strong>expresión</strong> original de las nuevas<br />

naciones. Expresión que se une a la temática que quiere a través de la palabra conseguir<br />

la autonomía fr<strong>en</strong>te al dominio político-cultural de los Estados Unidos, hecho<br />

que era evid<strong>en</strong>te <strong>en</strong> esos mom<strong>en</strong>tos. José Martí, Rubén Darío, José Enrique<br />

Rodó resum<strong>en</strong> después de Bolívar, un llamado contin<strong>en</strong>tal de liberación; por un<br />

lado fr<strong>en</strong>te a los gigantes europeos y por el otro a los del Norte del Contin<strong>en</strong>te<br />

americano. Quiero subrayar cómo ambas temáticas, la de la preocupación por<br />

una <strong>expresión</strong> americana original y la de la autodeterminación de los pueblos de<br />

la América del <strong>Su</strong>r, han quedado como unas constantes perman<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el <strong><strong>en</strong>sayo</strong><br />

de los escritores hispanoamericanos más destacados de estos inicios y de todos los<br />

tiempos.<br />

Después de la época de la definición de las nacionalidades, casi inmediatam<strong>en</strong>te<br />

surge la g<strong>en</strong>eración positivista, favorecida especialm<strong>en</strong>te por el éxito de las teorías<br />

de la ci<strong>en</strong>cia, que <strong>en</strong> V<strong>en</strong>ezuela (no tanto como <strong>en</strong> el Brasil por supuesto) va a consolidar<br />

«un grupo homogéneo y literariam<strong>en</strong>te organizado», como lo afirma el escritor<br />

v<strong>en</strong>ezolano José Ramón Medina. La historia, la sociología, la filosofía, el<br />

derecho, la psicología, la antropología, las ci<strong>en</strong>cias naturales y la crítica literaria<br />

<strong>en</strong>tran al mundo del <strong><strong>en</strong>sayo</strong> d<strong>en</strong>tro de una nueva concepción metodológica, novedosa<br />

<strong>en</strong>tre los intelectuales latinoamericanos de fines del siglo XIX y principios del<br />

XX, concepción que se refleja también <strong>en</strong> un <strong><strong>en</strong>sayo</strong> que va a profundizar <strong>en</strong> los<br />

temas históricos y también sociológicos.<br />

Paralelam<strong>en</strong>te con el positivismo, el modernismo cobra vig<strong>en</strong>cia literaria <strong>en</strong> to-


EL ENSA YO LITERARIO EN HISPANOAMÉRICA 703<br />

da Latinoamérica con la publicación de las Prosas profanas <strong>en</strong> 1896 de Rubén Darío.<br />

Señala Oviedo que hacia 1900 nace el <strong><strong>en</strong>sayo</strong> hispanoamericano contemporáneo.<br />

Junto a los poemas de Darío t<strong>en</strong>emos el largo <strong><strong>en</strong>sayo</strong> de José Enrique Rodó,<br />

Ariel publicado precisam<strong>en</strong>te ese mismo año.<br />

Desde la cúspide del así llamado movimi<strong>en</strong>to modernista, el más esteticista es<br />

el v<strong>en</strong>ezolano Manuel Díaz Rodríguez (1871-1927), qui<strong>en</strong> con sus signos ll<strong>en</strong>os<br />

de sugestivas imág<strong>en</strong>es, publica su «elegante» obra titulada, Camino de perfección<br />

(1908), modelo de la prosa <strong>en</strong>sayística del mom<strong>en</strong>to a la vez que un p<strong>en</strong>etrante retrato<br />

crítico del mismo modernismo. <strong>Su</strong> contemporáneo Rufino Blanco-Fombona<br />

(1874-1944) escribirá su diario titulado Camino de imperfección, <strong>en</strong> un contrapunteo<br />

paradójico de los destinos que se bifurcan pero que confluy<strong>en</strong> <strong>en</strong> un interés común,<br />

la preocupación por V<strong>en</strong>ezuela.<br />

En estos principios del siglo XX se van dando cambios <strong>en</strong> el género, aún cuando<br />

éstos no son estructurales. La preocupación del destino de «nuestra América»<br />

sigue pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre los intelectuales pero con un agregado: «les duele cada uno de<br />

sus países de orig<strong>en</strong>». Si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> la necesidad de explicar y analizar -sin olvidar el<br />

contexto latinoamericano- la crisis socio-política ya propiam<strong>en</strong>te de sus países. Es<br />

de destacar que <strong>en</strong> esos mom<strong>en</strong>tos el género evoluciona también hacia la reflexión<br />

íntima, y paralelam<strong>en</strong>te al tema americano surg<strong>en</strong> nuevos intereses, de tal modo<br />

que intercaladas a las especulaciones de índole histórica, política y social se <strong>en</strong>tretej<strong>en</strong><br />

temas más novedosos como el del conflicto <strong>en</strong>tre el escritor y su arte, el estético<br />

propiam<strong>en</strong>te dicho, el personal y el exist<strong>en</strong>cial <strong>en</strong>tre otros.<br />

De este período, <strong>en</strong> cuanto a V<strong>en</strong>ezuela, debo m<strong>en</strong>cionar a Mario Briceño Iragorry<br />

(1897-1958) qui<strong>en</strong> dedicó la mayor parte de su vida a estudiar los aspectos<br />

más sobresali<strong>en</strong>tes de nuestros oríg<strong>en</strong>es, evolución, destino y transformación como<br />

nacionalidad. Igual t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia histórica, pero más biográfica se observa <strong>en</strong> Augusto<br />

Mijares (1897-1979) sobre todo con sus textos sobre <strong>El</strong> Libertador, aporte fundam<strong>en</strong>tal<br />

a la biografía e interpretación del héroe. Este cuadro que cubre los primeros<br />

cincu<strong>en</strong>ta años del siglo XX, lo cerramos -conv<strong>en</strong>cionalm<strong>en</strong>te- con la importantísima<br />

figura de Mariano Picón Salas (1901-1965) cuya obra ha sido revalorizada <strong>en</strong><br />

forma amplia y profunda por las nuevas g<strong>en</strong>eraciones de jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong>sayistas qui<strong>en</strong>es<br />

descubr<strong>en</strong> y reconoc<strong>en</strong> <strong>en</strong> él al padre del <strong><strong>en</strong>sayo</strong> v<strong>en</strong>ezolano actual. Entre los latinoamericanos<br />

debo m<strong>en</strong>cionar al escritor dominicano Pedro H<strong>en</strong>ríquez Ureña y al<br />

«maestro» mejicano Alfonso Reyes.<br />

Se va estructurando así un cuadro <strong>en</strong>sayístico latinoamericano de gran vigor,<br />

con una escritura siempre artística y con un gran s<strong>en</strong>tido de lo estético. En todos<br />

ellos destacó <strong>en</strong> forma evid<strong>en</strong>te la imaginación y la habilidad de mezclar el <strong><strong>en</strong>sayo</strong><br />

con otras formas literarias, de ahí que se van a crear ciertas dificultades <strong>en</strong> establecer<br />

fronteras <strong>en</strong>tre el género <strong>en</strong>sayístico y los otros géneros <strong>literario</strong>s. Y es así como<br />

él se podrá inclinar hacia la crónica de viajes, a veces hacia las memorias, diarios<br />

o confundir con el cu<strong>en</strong>to corto. En este s<strong>en</strong>tido a veces un cu<strong>en</strong>to puede pasar<br />

por un <strong><strong>en</strong>sayo</strong>; transgrediéndose así la delgada línea divisoria <strong>en</strong>tre la ficción y la<br />

no-ficción; y el ejemplo más interesante lo podemos deleitar <strong>en</strong> la obra de Jorge


704 C. ZlONA HlRSHBEIN<br />

Luis Borges (1899-1986) algunos de cuyos <strong><strong>en</strong>sayo</strong>s pued<strong>en</strong> leerse como cu<strong>en</strong>tos<br />

y viceversa. Igual «problema» pres<strong>en</strong>tan muchos textos del poeta cubano José Lezama<br />

Lima (1910-1976), qui<strong>en</strong> junto a Borges, además de ser gran poeta y novelista,<br />

es <strong>en</strong>sayista inolvidable.<br />

Finalm<strong>en</strong>te puedo decir que estos nombres añadidos a los de Alejo Carp<strong>en</strong>tier<br />

(1904-1980), Miguel Ángel Asturias (1899-1974), Julio Cortázar (1914-1984),<br />

Octavio Paz (1914-1998) y los más actuales como los v<strong>en</strong>ezolanos Rafael Cad<strong>en</strong>as,<br />

José Balza, Luis Beltrán Guerrero, Francisco Rivera, Osear Rodríguez Ortiz, Domingo<br />

Miliani y Eug<strong>en</strong>io Montejo junto a Ángel Rama y Ariel Dorfman demuestran<br />

la pot<strong>en</strong>cia y la vitalidad de un género at<strong>en</strong>to tanto a las preocupaciones sociales<br />

y políticas del mom<strong>en</strong>to, como a las estéticas y culturales de cada hora, al<br />

empezar a explorar más a fondo el pot<strong>en</strong>cial de la forma.<br />

Al concluir con estos nombres (y perdón<strong>en</strong>me las aus<strong>en</strong>cias de otros) el recorrido<br />

hecho, ha sido para mostrar el espl<strong>en</strong>dor del <strong><strong>en</strong>sayo</strong> y su importancia <strong>en</strong> nuestra<br />

inquietante historia cultural, que necesariam<strong>en</strong>te se expresa a través de este género<br />

<strong>literario</strong>. Y que responde a la necesidad de germinar una <strong>expresión</strong> auténticam<strong>en</strong>te<br />

propia, original. Tierra americana donde nace una extraordinaria flor <strong>en</strong>sayística<br />

a través de escritores que son los legitimadores de nuestro p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to más original.<br />

P<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to que busca afanosam<strong>en</strong>te la corroboración de nuestra id<strong>en</strong>tidad e<br />

indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia cultural.<br />

BIBLIOGRAFÍA:<br />

Adorno, Theodor W., «<strong>El</strong> <strong><strong>en</strong>sayo</strong> como forma» <strong>en</strong> Notas de literatura, Barcelona: Ariel,<br />

1961.<br />

Bioy Casares, Adolfo, «Estudio preliminar» <strong>en</strong> Ensayistas ingleses, Bu<strong>en</strong>os Aires: Jackson,<br />

1953.<br />

Blanco-Fombona, Ensayos históricos, Caracas: Bilioteca Ayacucho, 1981.<br />

Chesterton, Gilbert K., «<strong>El</strong> <strong><strong>en</strong>sayo</strong>» <strong>en</strong> Ensayos, México: Porrúa, 1985.<br />

Díaz Rodríguez, Manuel, Camino de perfección y otros <strong><strong>en</strong>sayo</strong>s, Caracas: Edime, 1968.<br />

Fernández, Teodosio, Los géneros <strong>en</strong>sayísticos hispanoamericanos, Madrid: Taurus, 1990.<br />

Gaos, José, (Introducción y selección de), Antología del p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to de l<strong>en</strong>gua española <strong>en</strong> la<br />

edad contemporánea, México: Séneca, 1945.<br />

Herrera, Earle, <strong>El</strong> reportaje, el <strong><strong>en</strong>sayo</strong>, Caracas: Equinoccio, 1983.<br />

Luckács, Georg, «Sobre la es<strong>en</strong>cia y forma del <strong><strong>en</strong>sayo</strong>» <strong>en</strong> <strong>El</strong> alma de las formas y teoría de la<br />

novela, Barcelona: Grijalbo, 1975.<br />

Macht de Vera, <strong>El</strong>vira, <strong>El</strong> <strong><strong>en</strong>sayo</strong> contemporáneo <strong>en</strong> V<strong>en</strong>ezuela, Caracas: Monte Ávila Editores,<br />

1994.<br />

Martínez Estrada, Ezequiel, «Estudio preliminar» <strong>en</strong> Ensayos de Miguel de Montaigne, Bu<strong>en</strong>os<br />

Aires: Jackson, 1953.<br />

Mijares, Augusto, Hombres e ideas <strong>en</strong> América (<strong><strong>en</strong>sayo</strong>s), Caracas: Ministerio de Educación Nacional<br />

de V<strong>en</strong>ezuela, 1946.<br />

Picón Salas, Mariano, Crisis, cambio, tradición (Ensayos sobre la forma de nuestra cultura),<br />

Caracas: Edic. Edime, s/f.<br />

Oviedo, José Miguel, Breve Historia del <strong><strong>en</strong>sayo</strong> hispanoamericano, Madrid: Alianza Editorial,<br />

1990.<br />

Stev<strong>en</strong>son, Rob<strong>en</strong> Luis, Ensayos <strong>literario</strong>s, Madrid: Hyperion, 1983.


EL ENSA YO LITERARIO EN HISPANOAMÉRICA 705<br />

Uslar Pietri, Arturo, Veinticinco <strong><strong>en</strong>sayo</strong>s, Caracas: Monte Ávila Editores, 1969.<br />

Vitier, Medardo, Del <strong><strong>en</strong>sayo</strong> americano, México: Fondo de Cultura Económica, 1945 (Colección<br />

Tierra Firme).<br />

VV. AA., Ensayos v<strong>en</strong>ezolanos, Caracas: Editorial At<strong>en</strong>eo de Caracas, 1979.<br />

—, Ensayistas v<strong>en</strong>ezolanos del siglo XX. Una antología, Introducción, selección, notas y bibliografía<br />

de Óscar Rodríguez Ortiz, Caracas: Colección Medio Siglo de la Contraloría G<strong>en</strong>eral<br />

de la República, 1989, ts. I y II (Serie Letra Viva).<br />

—, Latin American Essays, Edited by Han Stavans, «Introducción» de Han Stavans, Nueva York:<br />

Oxford University Press, 1997.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!