Capítulo XXVII - Bicentenario

476 JUAN BARRACAN RODRIGUEZ
medio haber, conforme a Joe grados que tenfan cuando fueron ii.
cenciados, exceptuindose a. los que hubieran servido a Zapata o
Villa (sigue el resto en cave, que no es posible descifrar por care.
cer de ella), y termina del puno y Jetra del propio señor Carranza:
Esto ha sido todo lo que ha pasado sobre el particular. En su oporiunidad
se revocarâ o se modificarI.—Lo saludo afeetuoeamente,
V. Carranza."
El General Obregon le replico al Primer Jefe en CMos términos:
"Saltillo, Coab., septiembre 5 de 1915. Primer Jefe del K C.
Veracruz.—Enterado de an mensaje relativo a ex federales. Si dicho
acuerdo, como usted me indica, puede ser revocado, en ml concepto,
lo mis oportuno es revocarlo desde Juego. En ninguna guerra
posible serlan compatibles los servicios de federales con nuestro
ejército, salvo que éstos se incorporen de soldados rasos; puts serla
de nuestra pane una ingratitud sin nombre, subordinar uno de nutstros
Coroneles, por ejemplo, a un Brigadier federal. El hecho de
pagarles sue haberes en relación a su grado, es un reconocimiento
indirecto que se lee hate de dicho grado. Mucho malestar ha causado
entre todos nuestros Jefes el triunfo obtenido por los ex federa-
In y lo juzgo muy justificado. El enemigo convencido de que
militarmente nunca podrá vencernos ni dividirnos, buscari entre
nosotros una bandera politics para continuar su lucha esgrimiendo
sue mis podcrosas armas, que son Is adulaciôn y In intriga pars
dividirnos poilticamente. En ml concepto, no tan sólo debemos
conservar Is mIs completa adhesion y lealtad hacia Is Primera Jefatura,
gino pie tenemos el ineludible deber de conservar entre nosotros,
108 Jefes subalternos a noted Ia mis completa armonla, to
que no podremos coneeguir Si no armonizamos nuestros actos, puts
el radicaliemo de unos se estrellarl en Is complacencia de los otros.
Creo que es tan necesaria Is uniOn bajo ci punto de vista militar,
como bajo el punto de vista politico. En ci actual momento constItuimos
un ejército que lucha por disputar a In reacciOn los sagrados
derechos que pretende violar en los campos de batalla. Mañana
iremos at terreno de In democracia a disputar al enemigo los mismos
derechos que intentarl de nuevo arrebatarnos: y si desde shorn
empezamos a sembrar antagonismos apoyando, unos, a los ex fede-