habitantes del bosque. flora - Extremambiente

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SIERRA DE SAN PEDRO: HUELLAS Y VIVENCIAS
Recomendaciones preventivas
A continuación se analizan las posibles actuaciones
que puedan influir en el vigor de las masas
arboladas y las medidas que pueden ayudar a paliar los
daños por seca.
Recomendaciones en relación a la
ganadería y la caza
Encinares y alcornocales, principalmente cuando
forman dehesas, se caracterizan por la multiplicidad
de sus aprovechamientos. Estos aprovechamientos se
han ido intensificando y adaptando a las circunstancias
socioeconómicas de las diferentes épocas, de modo
que se han producido efectos no deseados sobre el
arbolado y principalmente sobre la regeneración.
La situación actual con subvenciones, sobre todo
en vacuno, hace que sea posible la suplementación de
piensos al ganado durante todo el año, lo que ha permitido
cargas ganaderas muy altas (La UE subvenciona cargas
de hasta 1 UGM por ha. cuando en una dehesa bien
conservada, se recomiendan cargas máximas de 0,33
UGM/ha). Se hacen además innecesarios los tipos de
manejo tradicionales, como la trashumancia o la trasterminancia,los
aprovechamientos de rastrojos agrícolas,etc.
Las altas densidades ganaderas o cinegéticas
sobre el arbolado provocan:
• Compactación del suelo.
• Concentración de residuos sólidos y líquidos.
• Descortezados de los troncos en su parte baja
y otros daños mecánicos.
• En las cercas de manejo ganaderas y cinegéticas,
los efectos de estos daños dan lugar a la progresiva
defoliación de los árboles incluidos en el
perímetro cercado,que llegan a secarse en meses
o años y al puntisecado de ramas en un perímetro
apreciable alrededor de estos cercados.
Estos efectos se sustancian en la ausencia de regeneración,
recorte de matas, retraso en los crecimientos,
desgarros en ramas y tronchamiento de árboles jóvenes.
En general se provoca el envejecimiento de la masa arbórea
y que casi toda la regeneración del arbolado proceda
de brotes de cepas, recomidas por el ganado año tras año.
Para evitar estos daños sería conveniente limitar
las cargas ganaderas y/o cinegéticas y volver a los sistemas
tradicionales de trashumancia, trasterminancia,
rastrojeras de verano, etc. Esto no parece posible en la
situación actual (subvenciones por cabeza de ganado o
disminución de las rastrojeras de verano) por lo que las
actuaciones deben basarse en un correcto manejo de
las reses, para lo cual se recomienda:
• Utilizar técnicas de pastoreo diferido, permitiendo
la regeneración de pastos y arbolado
en el otoño.
• Evitar el uso de concentrados ricos en urea, que
provocan un mayor consumo de material leñoso.
• Limitar los procesos de trasterminancia,
mediante estabulación o reducción de la superficie
de pastoreo en los períodos críticos (fin del
verano y principio del otoño). Actualmente
suele hacerse lo contrario, incrementar el área
de pastoreo cuando la comida escasea, con el
consiguiente daño para el arbolado.
• Evitar las concentraciones de ganado o reses
cinegéticas en áreas reducidas, alternando las
zonas de suplementación.
• Evitar el exceso de cercas o divisiones de
pequeño tamaño que implican una mayor
presión sobre el arbolado.
Envejecimiento prematuro
de la encina .