Estudio bio-bibliográfico de Don Hilarión Eslava - Dialnet
Estudio bio-bibliográfico de Don Hilarión Eslava - Dialnet
Estudio bio-bibliográfico de Don Hilarión Eslava - Dialnet
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
LEOCADIO HERNÁNDEZ ASCUNCE<br />
pañamos a este sitio lúgubre los restos mortales <strong>de</strong> la esposa querida, <strong>de</strong>l que hoy<br />
causa nuestro duelo.<br />
Señores: el eminente compositor y maestro D. Ramón Carnicer, que había<br />
podido sobreponerse a los azares <strong>de</strong> una fortuna varia, que había conservado su<br />
entereza y valor contra todas las malas pasiones, que persiguen siempre al verda<strong>de</strong>ro<br />
mérito, ha muerto a impulso <strong>de</strong> un sentimiento <strong>de</strong> ternura y amor.<br />
¡Ved ahí el corazón <strong>de</strong> un artista! De un artista, sí; <strong>de</strong> un artista, cuya muerte<br />
ha conmovido los corazones sensibles <strong>de</strong> todos sus numerosos admiradores, discípulos,<br />
amigos y compañeros, que en este triste momento ro<strong>de</strong>amos su sepulcro.<br />
¿Qué podré yo <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l tristísimo, a la par que grandioso espectáculo<br />
que acabamos <strong>de</strong> presenciar?<br />
Si yo supiera expresar como sé sentir, entonces sí cumpliría <strong>de</strong>bidamente mi<br />
triste <strong>de</strong>ber, pero mi lengua no sabe en este momento seguir a mi corazón.<br />
Una concurrencia tan numerosa y escogida <strong>de</strong> artistas-músicos <strong>de</strong> todas clases,<br />
que acompañan con lágrimas en sus ojos a uno <strong>de</strong> sus comprofesores; una reunión<br />
tan espontánea, que viene a tributar el último honor al <strong>de</strong>cano <strong>de</strong> los compositores<br />
lírico-dramáticos; la presencia <strong>de</strong> los representantes legítimos <strong>de</strong> todos los<br />
ramos, que abraza el arte... ¿qué quiere <strong>de</strong>cir todo esto? Señores, quiere <strong>de</strong>cir<br />
mucho más <strong>de</strong> lo que yo pudiera manifestar acerca <strong>de</strong>l mérito revelante, real y<br />
verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l ilustre maestro que hemos perdido para siempre.<br />
¡Si fuera posible hacer revivir ese cadáver y que viese siquiera por un momento<br />
este espectáculo tierno y a la vez imponente! Entonces vería que había llegado el<br />
momento <strong>de</strong> que todos unánimes le proclamasen como una <strong>de</strong> las primeras glorias<br />
<strong>de</strong>l arte músico español. Triste condición <strong>de</strong> los mortales, que aguardan a la<br />
muerte para reconocer todo el mérito, que a nadie conce<strong>de</strong> en vida.<br />
Pero, Señores, en medio <strong>de</strong> este amargo pesar tengamos presente para nuestro<br />
consuelo, que lo encerrado en ese sombrío sepulcro no es el maestro D. Ramón<br />
Carnicer; es sólo un frío cadáver; es la nada. Mas su alma ha volado a la mansión<br />
<strong>de</strong> los justos, y un pedazo <strong>de</strong> ella, permítaseme esta expresión, nos la ha <strong>de</strong>jado<br />
en sus numerosas obras que perpetuarán para siempre su memoria.—He dicho.»<br />
Así era la piedad y amor <strong>de</strong> <strong>Eslava</strong> hacia los que se fueron, cuando el mérito<br />
y la justicia se imponían sin temor a la intriga apasionada. Y <strong>Eslava</strong> nunca supo<br />
redactar gacetillas convencionales, sino que siguió siempre, como unánimemente<br />
se le reconocía, los dictados <strong>de</strong> la justicia. Por esto calificando a los artistas,<br />
tuvieron tanto valor sus palabras.<br />
XX. MUERTE DE ESLAVA<br />
Una afección pulmonar puso en serio peligro la vida <strong>de</strong>l maestro, cuando<br />
hacía dos años próximamente, por sus achaques y cansancio natural <strong>de</strong> una vida<br />
plenamente consagrada a la enseñanza y al estudio, se hallaba retirado <strong>de</strong> las<br />
activida<strong>de</strong>s, que sus cargos le exigían.<br />
Des<strong>de</strong> esta grave enfermedad fue <strong>de</strong>cayendo notablemente aquel espíritu<br />
jovial, franco, noble y siempre abierto a las efusiones <strong>de</strong> compañerismo y <strong>de</strong> la<br />
amistad. Aquella mirada penetrante iba perdiendo su luz, en su corazón iba faltando<br />
la animación propia <strong>de</strong> sus muchos encantos: sólo su espíritu, eminentemente cris-<br />
170 [60]