Mi lugar favorito - La Semana de Frente

Imágenes: Cortesía Centro Cultural de España
Good Night,
Night
Por MR
Los ojos vidriosos de la juventud inglesa nos observan desde los
muros del centro cultural de españa, donde actualmente
se muestra la serie ganadora de la segunda convocatoria
de fotografía de la OCEMx (oficina cultural de españa en
México) good night london, de jesús madriñán fernández.
www.frente.com.mx | ARTE | 27 | FRENTE del 24 al 30 de enero de 2013
Centro Cultural de España
Guatemala 18. A espaldas de
la Catedral. Entrada libre. De
martes a sábado de 10 a 21 hrs.
Domingo de 10 a 19 hrs.
Estuviera cansado o no, Jesús Madriñán
Fernández aguantó varias noches en
algunos antros de Londres hasta que éstos
cerraran sus puertas. No es que estuviera
viendo qué ligaba, ni que no tuviera un
lugar en donde dormir: era su trabajo.
Para realizar los retratos de su más
reciente exposición, Madriñán se sumergió
en los clubes de esta ciudad, seleccionando
los “personajes… muy al final de la
noche, justo cuando el local está a punto
de cerrar.” El resultado es singular aunque
engañoso. Los retratados están no sólo
fuera de contexto, ya que el segundo plano
es incomprensible y con frecuencia parece
que los sujetos surgieran de la obscuridad,
sino también fuera de sí mismos, en
un estado de ebriedad lo suficientemente
profundo para revelar, si eso es lo que se
quiere ver, algunas poses y aspiraciones.
Según Madriñán, fotógrafo español
egresado de la Universidad Central
Saint Martins, Good Night London indaga
sobre las “claves de la identidad adolescente”
que se escenifican en los distintos
rituales de la noche londinense.
Lejos de su ambicioso propósito, las
fotografías de Madriñán nos acercan
modesta pero efectivamente a una forma de
vida nocturna europea en la que, igual que en
tantos otros puntos de la noche occidental,
el propósito es embrutecerse lo suficiente
como para olvidar por qué te pusiste aquella
blusa (quítatela, qué más da, dice tu conciencia
etílica) o para recordar que te pusiste
esa camiseta chistosita para posar con cara
de ensayada indiferencia cuando alguien
sacara la cámara. Grandes revelaciones.
Hasta el 3 de marzo.
PErfil dE GAlEríA
ATEA
Por @SofiaMargaritaa
El histórico barrio de La Merced solía ser corazón de
la actividad comercial de antaño del Distrito Federal.
Aunque muchos de los comerciantes se trasladaron
eventualmente a la Central de Abastos, dentro de
esta zona aún se mueve mercancía de mayoreo:
papelería, artículos de plástico, de cocina, productos
de vidrio y por ahí, donde está la jarcería, entre las
cubetas de plástico y el jabón para trastes, uno puede
encontrarse con un espacio particular llamado ATEA
que mueve, digámoslo así, otro tipo de mercancía.
Cortesía de la galería
El colectivo Somosmexas ha creado en bodegones de la legendaria
calle de Topacio 25 una suerte de sinergia donde se mezclan, entre
otras disciplinas, el arte y la arquitectura en un formato de taller/
estudio (Arte, Taller,Estudio, Arquitectura: ATEA). Desde la calle
un estacionamiento lleno de muestras de grafiti y arte urbano le jala
la mirada a los que circulan por ahí. Basta tocar la puerta y subir unas
escaleras para adentrarse en ATEA. El lugar está principalmente
compuesto por una nave industrial dividida en dos: por un lado, un
galerón de exhibición (que a ratos es usado también para mesas de
trabajo, proyecciones y otras actividades) y un taller multidisciplinario.
Hay que subir un piso más para llegar a una de las grandes
joyas de este recinto: una azotea con una vista maravillosa del barrio
de La Merced, espacio envidiable de los bienes raíces de la zona.
El arte, el urbanismo, la arquitectura (en su función social y estética),
la música, la moda, el cine y contadas otras disciplinas se dan
cita en ATEA. Por ahí han desfilado exposiciones de artistas como
Pablo Rasgado y Balam Bartolomé, proyectos de entorno urbano con
arquitectos como Santiago Cirugeda o fundaciones como Archis y el
colectivo Citámbulos, pláticas de René Peralta y sus proyectos en la
frontera Tijuana/San Diego o Gustavo Lipkau y sus propuestas para
el lago de Texcoco. Además, es hogar también del proyecto Ciudad
Merced de Pablo Martínez, el taller de reciclado de ropa de las chicas
de Modo Pactua, el taller de bicis de Básica Bikes y las sesiones de
AzoTEA convierten el espacio al aire libre de la terraza en escenario
para sonideros, bandas de funk y música experimental, entre otros.
Todo esto ha sucedido en un proceso de un año, desde que ATEA
abrió sus puertas al público en diciembre del 2011.
ATEA es un lugar para los creativos, para los aventados, para
quienes están dispuestos a explorar su entorno más allá de lo evidente.
En el plano más tangible es un espacio de exposición y taller,
pero lo que surge de sus proyectos es mucho más. Habría que aclarar
que no es una galería: su misión en la vida no es la de adentrarse en
el mundo del arte por el camino usual. Es más, el mundo del arte
bien les vale un cacahuate. Pero tampoco es un taller de producción
únicamente. En ATEA se piensa, se propone, se colabora, se crea y
se muestra el resultado para así invitar a quienes asisten a sus múltiples
eventos a pensar, proponer, colaborar, crear y repetir el ciclo.
No hay que quitarles el ojo de encima, parece ser que 2013
se viene bueno.