Vida del Autor del Amadís de Gaula - Liceus
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Fernando IV, junto a la Reina Doña María <strong>de</strong> Molina. Este fue un cargo enojoso, pues en contra <strong>de</strong> su<br />
encargo se arremolinaron quienes tenían justificadas pretensiones al trono <strong>de</strong> Castilla:<br />
Don Alfonso, Infante <strong>de</strong> la Cerda, nieto <strong>de</strong> Alfonso X, con el apoyo <strong><strong>de</strong>l</strong> Rey <strong>de</strong> Aragón y <strong>de</strong> su madre<br />
la reina viuda Doña Violante, el Infante Don Juan, con el respaldo <strong><strong>de</strong>l</strong> Rey Diniz <strong>de</strong> Portugal, y<br />
también Don Juan Manuel en causa propia.<br />
A Todo esto, conspiraba siempre el Reino <strong>de</strong> Granada por frenar por las armas la reconquista final <strong>de</strong><br />
España. Don Enrique, gran maquinador político, jugó en esto un ajedrez que le brindó medra propia<br />
<strong>de</strong> feudos y fortuna. Al final prevaleció el Rey Fernando IV cuando por fin el Papa ratificó la vali<strong>de</strong>z<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> matrimonio <strong><strong>de</strong>l</strong> Rey Sancho el Bravo con su prima Doña María <strong>de</strong> Molina.<br />
Fue fundamental para la historia <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Amadís</strong> <strong>de</strong> <strong>Gaula</strong> que Don Enrique entregara con motivo <strong>de</strong> su<br />
encuentro personal entre los dos, un ejemplar <strong><strong>de</strong>l</strong> manuscrito <strong><strong>de</strong>l</strong> “<strong>Amadís</strong>” al Rey Diniz <strong>de</strong> Portugal,<br />
que pasó también a manos <strong>de</strong> Don Alfonso, su rey here<strong>de</strong>ro. Esto dio lugar al errado origen<br />
portugués <strong><strong>de</strong>l</strong> “<strong>Amadís</strong>”, porque se lo tradujo cien años <strong>de</strong>spués a la lengua <strong>de</strong> “Os Lusiadas”.<br />
En cuanto a las amenazas <strong><strong>de</strong>l</strong> Reino <strong>de</strong> Granada, estas llevaron a Don Enrique a librar su última<br />
batalla, como narra Don Gonzalo Argote <strong>de</strong> Molina en su obra “Nobleza <strong>de</strong> Andaluzía” en 1548,<br />
basado en la Crónica <strong>de</strong> Fernando IV:<br />
“Y el Infante Enrique partió contra los Moros, y hallaron cuatro leguas más <strong><strong>de</strong>l</strong>ante <strong>de</strong> Arjona, don<strong>de</strong><br />
se dieron batalla, y al principio los Christianos se <strong>de</strong>sbarataron, y los Moros mataron muchos <strong>de</strong><br />
ellos, y los <strong>de</strong>más dieron a huyr, y hubieran muerto al Infante, si dó Alfonso Pérez <strong>de</strong> Guzmán no lo<br />
socorriera. El cual aviendo peleado bravamente con los Moros por su parte, y muerto y <strong>de</strong>rribado<br />
muchos <strong><strong>de</strong>l</strong>los, sabiendo el peligro en que el Infante estaba, <strong>de</strong>xó la batalla, fuéle a socorrer, y<br />
allándolo <strong>de</strong>rribado en tierra, y a su caballo cortadas las riendas en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los Moros, y<br />
socorriéndolo con otro caballo lo sacó en salvo, quedando Don Alfonso peleando hasta que el<br />
Infante estuviese fuera <strong>de</strong> peligro. Y allí cargó toda la batalla <strong>de</strong> los Moros contra Don Alfonso, y le<br />
mataron todos sus vasallos, y él solo escapó entre tanta muchedumbre, aviendo hecho una azaña<br />
tan famosa. Y siendo muertos y captivos muchos Christianos los <strong>de</strong>más se salvaron en Arjona con<br />
Don Alfonso Pérez <strong>de</strong> Guzmá, y có el Infante dó Enrique. (Batalla que Don Ruiz Pérez Ponce <strong>de</strong> León<br />
Maestre <strong>de</strong> Calatrava tuvo con los Moros y Muerte Suya. Libro Segundo Don Alfonso Pérez <strong>de</strong><br />
Guzmán Cap. XXX)<br />
En 1296 Don Enrique contaba ya sesenta y seis años <strong>de</strong> edad, y su larguísima prisión sin duda le<br />
quitó algo <strong>de</strong> su <strong>de</strong>streza como caballero guerrero, pero estos sus últimos hechos son admirables y<br />
le pintan <strong>de</strong> cuerpo entero como quién fue toda la vida, y cuál fue el ánimo que le inspiró para<br />
escribir el <strong>Amadís</strong> <strong>de</strong> <strong>Gaula</strong>. Hay muchas <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> su personalidad, y todas coinci<strong>de</strong>n en<br />
pintarle como un gran señor, apuesto, fuerte, ingenioso, cruel, poético, iracundo, vengativo, y<br />
enamorado.<br />
Viejo ya, se casó con una muy noble y bellísima mujer apellidada la “Palomilla”: Doña Juana Núñez<br />
<strong>de</strong> Lara. Cuando muy joven había tenido amores con Doña Mayor Rodríguez Pecha, (hija <strong>de</strong> Don<br />
Esteban Pecha, Barón <strong>de</strong> San Román <strong>de</strong> la Hornija, Alcai<strong>de</strong> <strong>de</strong> Zamora, y <strong>de</strong> Mayor Rodríguez <strong>de</strong><br />
Balboa) <strong>de</strong> quien tuvo un hijo, Don Enrique Enríquez Pecha que le acompañó en Italia y Túnez, y con<br />
quien retornó a Castilla. De él <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> toda su progenie y él mismo heredó los feudos sevillanos<br />
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