Vida del Autor del Amadís de Gaula - Liceus
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traicionado por ellos. El airado Infante nombró como su vicario a un connotado Gibelino, al Con<strong>de</strong><br />
Guido da Montefeltro, para que entablara conversaciones con el legítimo here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la corona <strong>de</strong><br />
Nápoles y Sicilia, el Príncipe Conradino <strong>de</strong> Suabia, primo suyo, en Augsburgo.<br />
El 18 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1267 Don Enrique el Senador, recibió solemnemente al embajador <strong>de</strong><br />
Conradino, Don Galvano Lancia, y le hospedó en el Palacio <strong><strong>de</strong>l</strong> Laterano. Mandó izar el estandarte <strong>de</strong><br />
Conradino con el águila imperial <strong>de</strong> los Hohenstaufen. El 13 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1267, Don Enrique<br />
mandó apresar a los jefes <strong>de</strong> las familias ilustres <strong>de</strong> Roma, Orsini, Malabranca, Annibaldi, Savelli,<br />
Stefaneschi a quienes había invitado al Capitolio con un pretexto. Sus casas y fortalezas en Roma<br />
fueron <strong>de</strong>struidas y ellos exilados fuera <strong>de</strong> Roma. Rinaldo Orsini logró refugiarse en su castillo <strong>de</strong><br />
Marino. Don Enrique hizo entrar a Roma en la liga <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s gibelinas, compuesta por Pisa, Siena y<br />
otras ciuda<strong>de</strong>s toscanas. La Liga <strong>de</strong>claró a Charles d’Anjou su enemigo y a Conradino <strong>de</strong> Suabia como<br />
legítimo pretendiente a la corona <strong>de</strong> Nápoles y Sicilia.<br />
Ya en Septiembre Don Fadrique y Corrado Capece habían atacado la Isla <strong>de</strong> Pantelaria y el castillo <strong>de</strong><br />
Sciacca en Sicilia y los habían tomado <strong>de</strong> los franceses por asalto, con una flota <strong>de</strong> navíos <strong>de</strong> Pisa y<br />
Túnez. Esta batalla está <strong>de</strong>scrita en sus sorpren<strong>de</strong>ntes pormenores en el “<strong>Amadís</strong> <strong>de</strong> <strong>Gaula</strong>” como la<br />
Batalla <strong><strong>de</strong>l</strong> Castillo <strong><strong>de</strong>l</strong> Lago Ferviente.<br />
Al igual aparece en el “<strong>Amadís</strong>” la siguiente gran batalla <strong>de</strong> Tagliacozzo, entre Conradino y Don<br />
Enrique <strong>de</strong> Castilla por una parte, y Charles d’Anjou y su mariscal <strong>de</strong> campo, Henry <strong>de</strong> Courances,<br />
por otra. Esta última batalla se la bautiza en el “<strong>Amadís</strong>” como la Batalla <strong>de</strong> los Siete Reyes. Es aquí<br />
don<strong>de</strong> el Infante Brian <strong>de</strong> Monjaste, el alter ego <strong>de</strong> Don Enrique, aparece al igual que él mismo en<br />
Tagliacozzo, capitaneando trescientos españoles bien encabalgados, que inician vencedores la<br />
contienda.<br />
El 5º. De Abril <strong>de</strong> 1268, un Jueves Santo, el Papa Clemente IV montó en santa cólera contra Don<br />
Enrique por sus atropellos en Roma y por tomar partido a favor <strong>de</strong> sus ya ancestrales contrarios, los<br />
emperadores germanos <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Hohenstaufen, en la persona <strong>de</strong> su sucesor Conradino y le<br />
excomulgó a él, <strong>de</strong>stituyéndolo <strong>de</strong> su cargo <strong>de</strong> Senador <strong>de</strong> Roma y reemplazándolo con Charles<br />
d’Anjou, quien fue <strong>de</strong>clarado Vicario Imperial <strong>de</strong> la Toscana.<br />
Paladinamente, Don Enrique y los romanos ignoraron el interdicto papal, que habría <strong>de</strong> pesar sobre<br />
él por muchos años.<br />
El 23 <strong>de</strong> Abril un ejército <strong>de</strong> dos mil caballeros franceses <strong>de</strong> Charles d’Anjou pretendió tomarse<br />
Roma en un ataque nocturno, pero fue <strong>de</strong>rrotado por Don Enrique y sus huestes. Mandó el Infante<br />
saquear las iglesias <strong>de</strong> sus tesoros propios y encomendados sacros, y convirtió la Ciudad Eterna en<br />
campo <strong>de</strong> Marte a favor <strong><strong>de</strong>l</strong> Sacro Imperio Romano Germano.<br />
Conradino, a instancias <strong><strong>de</strong>l</strong> Con<strong>de</strong> Guido da Montefeltro, <strong>de</strong> Galvano Lancia y <strong>de</strong> Don Enrique <strong>de</strong><br />
Castilla armó un ejército en Suabia y, no obstantes múltiples <strong>de</strong>serciones y <strong>de</strong>sengaños, bajó a Italia<br />
a través <strong>de</strong> los Alpes, y valientemente, librando escaramuzas, llegó por Pisa, Siena y Viterbo, don<strong>de</strong><br />
el Papa, absorto, lo vio <strong>de</strong>sfilar ante sus ojos, hasta Roma. Aquí fue recibido y alojado en el Capitolio,<br />
con gran pompa y protocolo, por Don Enrique, quien ya había sido proclamado Capitán General <strong>de</strong> la<br />
Tuscia para un período <strong>de</strong> cinco años con un estipendio <strong>de</strong> 10.000 liras pisanas para su ejército <strong>de</strong><br />
doscientos caballeros y 2.000 soldados.<br />
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