1. Fernando el Católico, titán y bienaventurado, por Ángel Ferrari
1. Fernando el Católico, titán y bienaventurado, por Ángel Ferrari
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FERNANDO EL CATÓLICO TITÁN Y BIENAVENTURADO<br />
excusa a la fama, naturalmente— que, a la vida terrena<br />
y ultraterrena de <strong>Fernando</strong> <strong>el</strong> <strong>Católico</strong> seriada en este poe<br />
ma, hubiera podido r<strong>el</strong>atar con grandeza pictórica como<br />
cantó la de Luis XIII de Francia. Pero jamás un esquema<br />
pagano obtenido <strong>por</strong> igualación artificiosa entre lo histó<br />
rico y lo mítico se subsumió más regularmente a otro<br />
esquema cristiano de valoración hagiológica rígida; y este<br />
fenómeno español de miras políticas y de exaltación<br />
de <strong>Fernando</strong> <strong>el</strong> <strong>Católico</strong> se nos aparece como único en nues<br />
tra literatura y como sintomático en la historia de las<br />
estimaciones d<strong>el</strong> monarca aragonés 1 .<br />
La posibilidad de que fueran varones seis titanes, hem<br />
bras otros seis, y, Urano y Gea los padres de <strong>el</strong>los —en<br />
total, catorce miembros de genealogía copiosa—, confirma<br />
aún más aqu<strong>el</strong>la duplicación de efectos y beneficios de<br />
las virtudes que al poema hemos atribuido, ya que en él<br />
es irregular la entrada en escena de los miembros referi<br />
dos, según van apareciendo éstos en su mito familiar pre-<br />
olímpico. Más simple con respecto a la representación ago<br />
nal y paulina d<strong>el</strong> cristiano, que como hombre armado<br />
contra los enemigos de su fe, su cuerpo se adornó de co<br />
raza, de calzas, de escudo, de casco y de espada (Ephes. 6,<br />
10-17), esta misma representación en cinco partes distin-<br />
<strong>1.</strong>_ Por otra parte, no deja de ser característico de la poesía épica<br />
española rnás remota y como consecuencia de su nota de historicidad<br />
la viva presencia de Fernán González en los grandes hechos de los cristianos<br />
y de los españoles, acaecidos con posterioridad a su muerte, según<br />
señala R. Menéndez Pidal, La Epopeya Cast<strong>el</strong>lana a través de la Literatura<br />
Española, pág. 46, Buenos Aires, 1945.<br />
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