revista completa - Editorial Guaymuras
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ACTUALIDAD<br />
ACUERDO CON EL FMI<br />
El 10 de septiembre, la misión<br />
técnica del Fondo Monetario<br />
Internacional aprobó al gobierno<br />
de Honduras un programa<br />
económico por 18 meses, más<br />
una asistencia financiera de $ 196<br />
millones en apoyo a la balanza<br />
de pagos. Además, el gobierno<br />
accederá a un financiamiento<br />
por $ 220 millones para apoyo<br />
presupuestario durante 2010.<br />
Se prevé que el acuerdo será<br />
aprobado por el directorio del<br />
FMI en las primeras semanas de<br />
octubre.<br />
María Elena Mondragón,<br />
gobernadora de Honduras ante<br />
el FMI, destacó la importancia de<br />
haber logrado el arreglo, “pero<br />
es más importante mantener<br />
la disciplina fiscal porque de<br />
eso depende que la estabilidad<br />
macroeconómica se recupere y<br />
se sostenga”. Aseguró que no<br />
habrá más ajustes fiscales ni<br />
devaluación del lempira.<br />
El jefe de la misión técnica del<br />
FMI declaró que el acuerdo<br />
busca restablecer la estabilidad<br />
macroeconómica, fortalecer las<br />
finanzas públicas, restaurar la<br />
confianza de los inversionistas<br />
y propiciar la recuperación<br />
económica. Explicó que el<br />
programa apunta a reducir los<br />
desequilibrios fiscales, mejorando<br />
la composición del gasto público,<br />
para dar espacio a inversión<br />
prioritaria y al gasto para reducir<br />
la pobreza.<br />
8<br />
envío<br />
trabajaría en su formulación, hasta<br />
lograr un texto completo y consensuado<br />
de los contenidos a debatir en<br />
una ANC. De igual manera, el FNRP<br />
tendría que formular una propuesta<br />
de composición y elección de los<br />
delegados a la Constituyente.<br />
Con este paquete en la mano, el<br />
FNRP podría organizar un proceso<br />
de lucha y presión para obligar al<br />
régimen a sentarse a la mesa de<br />
negociación; y allí, defender los más<br />
genuinos intereses de los sectores<br />
en resistencia, formulados desde<br />
una propuesta propia de ANC. En la<br />
mesa de negociación, el FNRP ha de<br />
defender el máximo de los contenidos<br />
y demandas sociales, con el fin<br />
de lograr el mínimo que no puede<br />
ser negociado.<br />
Se entiende que el régimen<br />
representará el máximo de los intereses<br />
de la oligarquía, para lograr el<br />
mínimo. Los “mínimos consensuados”<br />
—que llamaríamos “Nuevo<br />
Pacto Social”—, se plasmarían en<br />
una nueva Constitución de la República.<br />
En esta negociación con<br />
los sectores oligárquicos, el FNRP no<br />
podrá alcanzar sus objetivos sin el<br />
apoyo de sus bases a través de acciones<br />
de presión popular, contexto en<br />
el que habría que situar el llamado<br />
a la huelga general o nacional, en<br />
su justa y precisa dimensión.<br />
Este camino no descarta, de<br />
manera absoluta, los dos anteriores.<br />
Pero cada camino, independiente<br />
de los otros, resulta inviable<br />
de cara a una ruta de salida a la<br />
crisis nacional. El primero aplaca<br />
la euforia de quienes lo enarbolan,<br />
pero también puede ser la ruta más<br />
expedita para justificar la irrupción<br />
de dictaduras o regímenes crecientemente<br />
autoritarios.<br />
El segundo camino puede abrir<br />
las puertas para que el gobierno de<br />
Estados Unidos encuentre en Honduras<br />
el terreno fértil para avanzar<br />
en su propuesta de implantar “democracias<br />
autoritarias” en América<br />
Latina, con esa rara combinación de<br />
instituciones con una democracia<br />
formal y electoral, representación y<br />
partidos políticos, incluyendo a los<br />
de izquierda, con la militarización<br />
de la sociedad y un Estado policíaco.<br />
Sin embargo, el tercer camino<br />
permite recoger la euforia de los<br />
sectores en resistencia que prefieren<br />
expresar su presencia y su lucha<br />
en las calles, con la ventaja de que<br />
la conducción la define y lidera el<br />
FNRP. Y, por otro lado, el régimen<br />
tiene la oportunidad de presentar<br />
su propuesta de ANC y defenderla en<br />
la mesa de negociación en igualdad<br />
de condiciones, o con la presencia<br />
de observadores de reconocida trayectoria<br />
nacional e internacional.<br />
CONDICIÓN SUBALTERNA<br />
Y UN FACTOR POLÉMICO<br />
Para posicionarse como fuerza<br />
indiscutible en el proceso de<br />
negociación y construir un Nuevo<br />
Pacto Social, el FNRP está llamado<br />
a tener una estrategia de lucha que<br />
le permita definir su papel y lugar<br />
en cada uno de los acontecimientos<br />
y, así, capitalizar a su favor la<br />
dinámica coyuntural. Una fuerza<br />
social y política adquiere madurez<br />
cuando logra capitalizar los datos y<br />
la propia coyuntura. Actualmente,<br />
el FNRP no sólo no tiene definida<br />
una estrategia, sino que camina a<br />
remolque de la coyuntura que se<br />
define fuera de sus filas y, con frecuencia,<br />
en contra de sus intereses.<br />
El régimen político y los sectores<br />
empresariales siguen liderando<br />
y sosteniendo los temas que conducen<br />
la coyuntura. El FNRP apenas<br />
logra tener capacidad reactiva.<br />
Librarse de esta condición subalterna,<br />
evitar seguir atrapado en el<br />
activismo que en lugar de acumular