mensajes para los jóvenes - Iglesia Adventista del Séptimo Día ...
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LAS CUERDAS DE SATANÁS<br />
Los pesares <strong>del</strong> deber y <strong>los</strong> placeres <strong>del</strong> pecado son las cuerdas con las cuales Satanás ata a <strong>los</strong> hombres en sus<br />
trampas. Sólo <strong>los</strong> que prefieren morir antes que llevar a cabo un acto malo, serán hallados fieles (Testimonies,<br />
tomo 5, pág. 53). 73<br />
18. CONSEJOS A UNA HIJA CONSENTIDA<br />
TIENES un temible informe <strong>del</strong> año pasado, que está abierto a la vista de la Majestad <strong>del</strong> cielo y de las<br />
miríadas de ángeles puros e inmaculados. Pueden haber estado ocultos a <strong>los</strong> mortales tus pensamientos y actos,<br />
tus sentimientos violentos y no santificados, pero recuerda que <strong>los</strong> actos más triviales de tu vida están abiertos<br />
a la vista de Dios. Tienes un registro manchado en el cielo. Allí están anotados todos <strong>los</strong> pecados que has<br />
cometido.<br />
Dios te mira con desaprobación, y sin embargo pareces desprovista de sentimientos; no te percatas de tu<br />
condición perdida y arruinada. A veces sientes remordimientos pero pronto se sobrepone tu espíritu<br />
independiente y orgul<strong>los</strong>o y ahogas la voz de la conciencia.<br />
No eres feliz; y sin embargo imaginas que si pudieras hacer tu voluntad sin restricciones, lo serías. ¡Pobre<br />
niña! Ocupas una posición semejante a la de Eva en el Edén. Imaginaba ella que si tan sólo comía <strong>del</strong> fruto <strong>del</strong><br />
árbol que Dios le había prohibido tocar siquiera, so pena de muerte, se exaltaría grandemente. Comió, y perdió<br />
todas las glorias <strong>del</strong> Edén.<br />
EL DOMINIO DE LA IMAGINACIÓN<br />
Deberías dominar tus pensamientos. No será esto tarea fácil; no podrás llevarlo a cabo sin un esfuerzo<br />
concienzudo y aun severo. Sin embargo, Dios lo requiere de ti; es un deber que atañe a todo ser responsable.<br />
74 Eres responsable ante Dios de tus pensamientos. Si te complaces en imaginar cosas vanas, permitiendo que<br />
tu mente se espacie en temas impuros, eres hasta cierto grado tan culpable ante Dios como si tus pensamientos<br />
fuesen puestos en práctica. Todo lo que impide la acción es la falta de oportunidad.<br />
El soñar día y noche y hacer castil<strong>los</strong> en el aire son hábitos ma<strong>los</strong> y excesivamente peligrosos. Una vez<br />
establecidos es casi imposible romper<strong>los</strong> y dirigir <strong>los</strong> pensamientos a temas puros, santos, elevados. Tendrás<br />
que constituirte en fiel centinela de tus ojos, oídos y sentidos si quieres gobernar tu mente e impedir que <strong>los</strong><br />
pensamientos vanos y corruptos manchen tu alma. Sólo el poder de la gracia puede llevar a cabo esta obra tan<br />
deseable. Eres débil en este sentido.<br />
EL SOMETIMIENTO DE LAS PASIONES Y LOS AFECTOS<br />
'Te has vuelto voluntariosa, audaz y temeraria. La gracia de Dios no tiene lugar en tu corazón. Sólo por la<br />
potencia de Dios puedes hacerte recipiente de su gracia e instrumento de justicia. No sólo requiere Dios que<br />
domines tus pensamientos, sino también tus pasiones y afectos. Tu salvación depende de que te gobiernes en<br />
estas cosas. Las pasiones y <strong>los</strong> afectos son agentes poderosos. Mal aplicados, puestos en acción por motivos<br />
equivocados, mal orientados, son poderosos <strong>para</strong> producir tu ruina y convertirte en un destrozo miserable, sin<br />
Dios y sin esperanza.<br />
La imaginación debe ser positiva y persistentemente gobernada si se quiere someter las pasiones y afectos a la<br />
razón, la conciencia y el carácter. Estás en peligro, pues te hallas a punto de sacrificar tus intereses eternos en<br />
el altar de las pasiones. La pasión está obteniendo el manejo positivo de tu ser entero; ¿que clase de pasión? la<br />
baja y destructora. Si cedes a 75 ella, amargarás la vida de tus padres, afligirás y avergonzarás a tus hermanas,<br />
sacrificarás tu propio carácter y perderás el derecho al cielo y a una gloriosa vida inmortal. ¿Estás dispuesta a<br />
hacer esto? Te ruego que te detengas donde estás. No des un paso más en tu proceder terco y desenfrenado,<br />
pues te esperan la miseria y la muerte. A menos que ejerzas el dominio propio sobre tus pasiones y afectos, te<br />
harás de mala fama ante todos <strong>los</strong> que te rodean y acarrearás sobre tu carácter una desgracia que durará<br />
mientras vivas.<br />
Eres desobediente a tus padres, descarada, desagradecida y profana. Estos rasgos miserables son <strong>los</strong> frutos de<br />
un árbol corrupto. Eres atrevida. Te gustan <strong>los</strong> muchachos y te agrada hacer<strong>los</strong> tema de tu conversación. "De la<br />
abundancia <strong>del</strong> corazón habla la boca".* Los hábitos han llegado a ser poderosos hasta dominarte y has<br />
aprendido a engañar <strong>para</strong> llevar a cabo tus propósitos y realizar tus deseos (Testimonies, tomo 2, págs.<br />
560-562). 76<br />
19. LA FORTALEZA DE CARÁCTER OBTENIDA POR LA LUCHA<br />
Los primeros treinta años de la vida de Cristo transcurrieron en la oscura aldea de Nazaret. La maldad de <strong>los</strong><br />
habitantes de esta aldea era proverbial; aquí la pregunta de Natanael: "¿De Nazaret puede salir algo de<br />
bueno?".*