Cartas a Jóvenes Enamorados (1987) - Iglesia Adventista Agape
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¿Habré hecho la elección correcta? 45<br />
ser guiada por el consejo de la experiencia; y mediante la sabiduría<br />
de aquellos a quienes el Señor enseña, colocar tu voluntad del lado<br />
de la voluntad de Dios.<br />
Pero si estás decidida a no escuchar consejos, sino los tuyos<br />
propios y resuelves cada problema por ti misma, entonces puedes<br />
estar segura de que cosecharás lo que sembraste. Dejarás completamente<br />
el camino correcto a menos que, herida, lastimada y<br />
empequeñecida en carácter religioso, te vuelvas al Señor humildemente<br />
y arrepentida, confieses tus errores. Te fatigarás de golpear<br />
al aire.<br />
Recuerda que cada acción tiene una de dos características, o es<br />
virtuosa o desmoralizadora. Dios está descontento contigo. ¿Puedes<br />
permitirle continuar con la conducta que estás siguiendo?<br />
Ellen G. White<br />
Carta 47, 1889.<br />
Carta 2<br />
Querida Belia,<br />
Mi corazón otra vez se extiende hacia ti. ¿Cómo está tu alma?<br />
¿Tienes una conciencia libre de ofensa hacia Dios y el hombre? Son<br />
tus amistades de tal naturaleza que elevan tu mente a Dios y a las<br />
cosas celestiales para incrementar en ti el respeto por tus padres,<br />
y las aspiraciones puras y santas? ¿Amas la verdad y lo que es<br />
correcto? ¿O te estás permitiendo una imaginación creativa que no<br />
tiene una influencia saludable sobre el alma? ¿Puedes contemplar<br />
el último año de tu vida con satisfacción? ¿Percibes en ti un crecimiento<br />
en poder espiritual? Cualquier gratificación baja, cualquier<br />
autoindulgencia, deja una cicatriz en el alma y corrompe las nobles<br />
facultades de la mente. Puede haber arrepentimiento, pero el alma<br />
queda estropeada y llevará las cicatrices todo el tiempo. Jesús puede<br />
limpiar el pecado, pero el alma ha experimentado una pérdida.<br />
Belia, te ruego que vayas a Dios en busca de sabiduría. Lo<br />
más difícil que tienes para controlar eres tú misma. Tus pruebas<br />
cotidianas, tus emociones, y tu temperamento peculiar, tus impulsos<br />
interiores,—éstos son los asuntos difíciles que tienes para controlar,<br />
y estas inclinaciones desviadas te colocan a menudo en servidumbre<br />
y oscuridad.<br />
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