Cartas a Jóvenes Enamorados (1987) - Iglesia Adventista Agape
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72 <strong>Cartas</strong> a <strong>Jóvenes</strong> <strong>Enamorados</strong><br />
Has fracasado marcadamente en casi todo aspecto. Ahora, en el<br />
resto de tu vida, busca recuperar lo que has perdido. Que el libro<br />
del cielo pueda proporcionar un registro diferente de tu conducta.<br />
Dios te bendiga.<br />
Ellen G. White<br />
Carta 4<br />
Septiembre de 1880<br />
Apreciado Guillermo,<br />
Me sentí complacida al recibir tu carta y al leer tu sugerencia de<br />
permanecer donde estás hasta que te hayas rehabilitado o deshecho<br />
la influencia errónea que ejerciste. Me siento feliz de que lo sientas<br />
así. Tú sabes que te escribí muy definida y claramente en cuanto a<br />
las cosas que se me mostraron; y la preocupación que tengo por tu<br />
salvación me movió a presentar tu caso tal cual me fue mostrado,<br />
como de gran peligro. Será difícil que lo veas así, pero en un sueño<br />
que tuve anoche le estabas diciendo a tu madre, “si las cosas son<br />
realmente así, de nada vale que me esfuerce porque voy a fracasar”.<br />
Te dije, Guillermo, que cuando trates con toda perseverancia y<br />
determinación de volver sobre tus pasos y recuperarte de la trampa<br />
de Satanás, te libertarás de tu servidumbre y serás un hombre libre.<br />
Requerirá mucha fuerza de voluntad en la fortaleza de Jesús, quebrantar<br />
el poder del hábito y despedir al adversario de las almas al<br />
cual has atendido por tanto tiempo. Cambia de invitado y extiéndela<br />
la bienvenida a Jesús para que tome posesión del templo de tu alma.<br />
El no comparte el corazón con Satanás. Aun ahora, en este momento,<br />
puedes hacer un esfuerzo decidido, no en tu fortaleza sino en la de<br />
Jesús.<br />
Quebranta tu corazón delante de Dios y confiesa y abandona las<br />
cosas que te han separado de Cristo. La obra de arrepentimiento<br />
debe comenzar con tuma dre. Nunca vendrás a la luz a menos que<br />
hagas esto. No dejes de hacer ninguna de las cosas que debes hacer<br />
para corregir los errores, porque has llegado a un momento decisivo.<br />
Tendrás que soportar la prueba, porque serás probado por Dios.<br />
Si sales purificado como oro, Dios podrá usarte. No seas infiel sino<br />
creyente. Tu tribulación no será al presente gozosa, sino más bien<br />
penosa, pero producirá fruto apacible de justicia. “Porque el Señor