XIV / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 14 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2008
Domingo, 14 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2008 / LA OPINION-EL CORREO En una mano –teóricamente limpia– pue<strong>de</strong>n vivir tranqui<strong>la</strong>mente 150 especies distintas <strong>de</strong> bacterias. Y si se trata <strong>de</strong> una mano femenina, todavía más, <strong>de</strong>bido quizá al distinto pH <strong>de</strong> su piel. En síntesis, <strong>la</strong>s manos humanas albergan un número <strong>de</strong> bacterias mucho mayor <strong>de</strong> lo esperado y <strong>la</strong>s mujeres transportan en el<strong>la</strong>s, una mayor diversidad <strong>de</strong> gérmenes. El estudio se llevó a cabo en <strong>la</strong> Universidad <strong>de</strong> Colorado. Los investigadores <strong>de</strong>tectaron e i<strong>de</strong>ntificaron más <strong>de</strong> 4.700 especies <strong>de</strong> bacterias diferentes en 102 manos humanas analizadas en el estudio y sólo cinco <strong>de</strong> estas especies eran compartidas por los 51 participantes. Según explica Noah Fierer, director <strong>de</strong>l trabajo, el pH <strong>de</strong> <strong>la</strong> piel podría estar involucrado en <strong>la</strong> mayor diversidad bacteriana <strong>de</strong> <strong>la</strong>s manos femeninas, ya que los hombres suelen tener una piel más ácida, y, según estudios anteriores, cuanto más ácido es un ambiente, más dificultad tienen los gérmenes para sobrevivir. Esta diferencia también podría <strong>de</strong>berse a <strong>la</strong> distinta sudoración y producción <strong>de</strong> glándu<strong>la</strong>s <strong>de</strong> grasa entre hombres y mujeres, a <strong>la</strong> frecuencia <strong>de</strong> aplicaciones <strong>de</strong> cremas o cosméticos, al grosor <strong>de</strong> <strong>la</strong> piel o a <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> hormonas. <strong>La</strong>vado normal Lo más curioso es que el <strong>la</strong>vado normal <strong>de</strong> <strong>la</strong>s manos no parece afectar a <strong>la</strong> diversidad bacteriana. «Aunque <strong>la</strong>var <strong>la</strong>s manos alteraba <strong>la</strong> composición <strong>de</strong> <strong>la</strong>s comunida<strong>de</strong>s, los niveles globales <strong>de</strong> diversidad bacteria- RAMON SANCHEZ OCAÑA na no estaban asociados con el tiempo transcurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> última vez que se <strong>la</strong>vaban», dicen los científicos. Y lo más sorpren<strong>de</strong>nte es que sólo 17 <strong>de</strong> cada cien especies bacterianas estaban en <strong>la</strong>s dos manos <strong>de</strong>l mismo individuo; es <strong>de</strong>cir, que <strong>la</strong> mano <strong>de</strong>recha y <strong>la</strong> mano izquierda albergaban colonias distintas <strong>de</strong> gérmenes. Los voluntarios <strong>de</strong>l estudio compartían una media <strong>de</strong> sólo el 13 por ciento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> bacterias. Brazos y codos Por otra parte, los hal<strong>la</strong>zgos sólo son válidos para <strong>la</strong>s manos propiamente dichas; porque <strong>la</strong> riqueza <strong>de</strong> tipos <strong>de</strong> bacterias <strong>de</strong> <strong>la</strong> mano era tres veces superior a <strong>la</strong> <strong>de</strong> los antebrazos y los codos. <strong>La</strong> diversidad total <strong>de</strong> <strong>la</strong>s manos parecía simi<strong>la</strong>r o superior a los niveles <strong>de</strong> bacterias que colonizaban otras partes <strong>de</strong>l organismo, incluyendo el esófago, <strong>la</strong> boca y el intestino <strong>de</strong>lgado. <strong>La</strong> permanencia A<strong>de</strong>más –y al margen <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s manos– otras investigaciones seña<strong>la</strong>n que nosotros transportamos y <strong>de</strong>jamos nuestra huel<strong>la</strong> bacteriana con una irresponsabilidad enorme. Toser <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> un pañuelo, sin ir más lejos, es mucho más higiénico que hacerlo libremente. Un estornudo ante cualquier objeto pue<strong>de</strong> mantener bacterias y virus <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 20 minutos hasta dos horas. Un muchacho que estornu<strong>de</strong> ante un pupitre pue<strong>de</strong> contagiar a quien una hora más tar<strong>de</strong> ocupe el mismo lugar. Se sabe también que los contagios <strong>de</strong> <strong>la</strong> gripe, por ejemplo, son menores cuando se insta<strong>la</strong> el hábito <strong>la</strong>varse <strong>la</strong>s manos. Corbatas infecciosas También hace algún tiempo, se recogía en <strong>la</strong> prensa un curioso estudio que significaba que el 47 por 100 <strong>de</strong>l personal hospita<strong>la</strong>rio que lleva corbata, transporta en el<strong>la</strong> suficientes bacterias como para propagar y dominical / XV MAS VALE PREVENIR <strong>La</strong>s bacterias que llevamos <strong>de</strong> un sitio a otro En una mano humana viven 150 especies distintas <strong>de</strong> microorganismos y más si son manos femeninas tras<strong>la</strong>dar enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un sitio a otro. Se <strong>de</strong>mostró, por ejemplo, que aquellos que trabajaban en contacto directo con los enfermos tenían unas corbatas ocho veces más infecciosas que los que estaban en cualquier otro lugar <strong>de</strong>l centro sanitario. Pero, c<strong>la</strong>ro, que el médico lleve corbata parece importante. ¿Por qué? Pues porque según <strong>la</strong>s encuestas, un médico correctamente vestido da más confianza al paciente, ve en él un mayor amparo profesional y, sobre todo, «una mayor seguridad en <strong>la</strong> salvaguarda <strong>de</strong>l secreto profesional». ... Y <strong>la</strong>s flores Y hay cosas mucho peores. Por ejemplo, esa costumbre <strong>de</strong> llevar flores al hospital. No somos conscientes <strong>de</strong> que en una cucharada <strong>de</strong> agua <strong>de</strong> un florero hay 20 millones <strong>de</strong> bacterias. <strong>Si</strong> llevara un ramo <strong>de</strong> flores a un paciente con quemaduras (no le <strong>de</strong>jarían, c<strong>la</strong>ro) sería ponerle junto a <strong>la</strong> cama una impresionante fuente <strong>de</strong> infección. En un ramo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un centro sanitario, se han encontrado pseudomonas, aeromonas, serratias y una serie l<strong>la</strong>mativa <strong>de</strong> bacterias. Y para quienes tienen <strong>de</strong>bilitado el sistema inmunológico eso constituye un auténtico peligro. Porque, por ejemplo, los gérmenes <strong>de</strong>l agua <strong>de</strong> un florero fueron resistentes a <strong>la</strong> gentamicina –potente antibiótico– que se añadió al agua Lo mismo ocurrió cuando se llenaron los floreros con agua <strong>de</strong>sti<strong>la</strong>da. A<strong>de</strong>más, se comprobó que los gérmenes <strong>de</strong>l florero eran los mismos que infectaron a los pacientes <strong>de</strong>l área <strong>de</strong> postoperatorio. En una unidad <strong>de</strong> quemados con dos pacientes infectados por una pseudomona se encontró el germen en seis ramos <strong>de</strong> flores. Bien es verdad que <strong>la</strong>s flores ya se restringen sólo a <strong>la</strong>s parturientas y suelen quedar fuera <strong>de</strong> <strong>la</strong> habitación. Por lo mismo, a los pacientes más susceptibles <strong>de</strong> infección se les eliminan <strong>la</strong>s verduras crudas <strong>de</strong> <strong>la</strong> dieta, especialmente el tomate, el rábano y el apio. El teléfono Aunque los móviles han hecho disminuir el uso <strong>de</strong>l teléfono público, es éste un artefacto que <strong>de</strong>bería erradicarse <strong>de</strong> un hospital. No pue<strong>de</strong> olvidarse que siete <strong>de</strong> cada cien personas que están en un centro sanitario adquieren allí una infección que no tenían. Y uno <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> transmisión es el teléfono. Piense siempre que antes <strong>de</strong> usted ha hab<strong>la</strong>do alguien. Y <strong>la</strong>s condiciones sanitarias <strong>de</strong> ese alguien se <strong>de</strong>sconocen. El hecho, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> que no se pueda <strong>de</strong>sinfectar como otros elementos, hace que el teléfono pueda ser realmente un distribuidor añadido <strong>de</strong> esos gérmenes contra los que se lucha.