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Si Sherlock Holmes levantara la cabeza - La Opinión de Zamora

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LAS<br />

Domingo, 14 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2008 / LA OPINION-EL CORREO<br />

<strong>la</strong> tripa. Pero el<strong>la</strong> había visto que su madre<br />

cuando asistía un parto, algo rasuraba…<br />

Al día siguiente el niño Balbinito se puso<br />

muy pesadito, mamá, mamá, vamos a sacar al<br />

ternerito <strong>de</strong> paseo al parque… <strong>La</strong> madre con<br />

muy buen criterio le <strong>de</strong>cía que no Balbinito<br />

que es muy pronto y pue<strong>de</strong> resfriarse hay que<br />

esperar unos días para que esté más fuerte.<br />

El caso es que pasaron unos días y un jueves<br />

frío como un <strong>de</strong>monio Agustina bajó <strong>de</strong>l<br />

trastero un viejo carrito Jané en el que había<br />

paseado a Balbinito <strong>de</strong> bebé y con el carro <strong>de</strong><br />

una mano y Balbinito <strong>de</strong> <strong>la</strong> otra se fueron a <strong>la</strong><br />

cuadra dispuestos a sacar <strong>de</strong> paseo al ternerito.<br />

Ni qué <strong>de</strong>cir tiene que <strong>la</strong> cosa no era tan sencil<strong>la</strong><br />

como ellos pensaban. El ternerito era un<br />

ternerazo que pesaba lo suyo. A duras penas<br />

Agustina consiguió levantarlo en brazos y colocarlo<br />

sobre el carrito. Los hierros <strong>de</strong>l Jané<br />

chirriaron mientras <strong>la</strong>s ruedas se hundían en el<br />

abono <strong>de</strong> <strong>la</strong> cuadra. No señor, aquello no iba a<br />

ser fácil.<br />

A duras penas consiguieron sacar al bebéternero<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> cuadra y nada más tenerlo en el<br />

corral, Balbinito vio que el ternerito mugía<br />

<strong>de</strong>sconso<strong>la</strong>do. El niño se dio cuenta rápidamente<br />

lo que le ocurría. El ternerito tenía frío<br />

y hambre. Mamá dale <strong>de</strong> comer, le dijo Balbinito<br />

a su madre señalándole un pecho. <strong>La</strong> madre<br />

se miró a <strong>la</strong> protuberancia senil y respondió,<br />

pero hijo cómo le voy a dar <strong>la</strong> teta al ternero;<br />

mira qué dientes más afi<strong>la</strong>os tiene a lo<br />

mejor se <strong>la</strong> doy y me <strong>la</strong> come…<br />

Pero a los niños los carga el diablo y tan pesado<br />

se puso que <strong>la</strong> madre se bajó <strong>la</strong> cazoleta<br />

<strong>de</strong>l sujetador y le apuntó el pezón a <strong>la</strong> boca <strong>de</strong>l<br />

ternero. El animal <strong>la</strong> miró incrédu<strong>la</strong> como diciendo,<br />

lo <strong>de</strong> mi madre sí que son tetas que tiene<br />

un montón y no esta mierda. Y miró hacia<br />

otro <strong>la</strong>do con <strong>de</strong>sprecio.<br />

Agustina se quedó <strong>de</strong>sconso<strong>la</strong>da viendo cómo<br />

el ternerito renunciaba a aquel<strong>la</strong> mama que<br />

tanto le gustaba a su marido Procopio, pero<br />

comprendía que <strong>la</strong> madre original estaba mucho<br />

mejor dotada que el<strong>la</strong>.<br />

Con el ternero en el carro se pusieron en<br />

marcha en dirección al parque. No habían caminado<br />

cien metros cuando el niño Balbinito<br />

le suplicó a su madre que le pusieran un gorrito<br />

al ternerito. <strong>La</strong> madre solícita subió a casa y<br />

rebuscó en el arcón <strong>la</strong> vieja ropa <strong>de</strong> Balbinito<br />

hasta que encontró un pequeño gorro <strong>de</strong> <strong>la</strong>na<br />

y unos patucos que trató <strong>de</strong> colocar en vano en<br />

<strong>la</strong>s patas y <strong>la</strong> <strong>cabeza</strong> <strong>de</strong>l ternero.<br />

No había que ser muy sabio para darse<br />

cuenta <strong>de</strong> que el ternero tenía cuatro patas y el<br />

niño dueño <strong>de</strong> los patucos sólo dos. Al fin logró<br />

colocarle unos calcetines <strong>de</strong> <strong>la</strong>na <strong>de</strong>l abuelo<br />

en el que hubieran entrado <strong>la</strong>s patas <strong>de</strong> <strong>la</strong> vaca<br />

misma.<br />

Se pusieron en marcha hacia al parque y al<br />

pasar por <strong>la</strong> farmacia el niño Balbinito se empeñó<br />

en comprarle un chupete al ternero.Y accedió<br />

<strong>la</strong> madre. Ni te cuento en lo que se convirtió<br />

aquel paseo. <strong>La</strong> gente se restregaba los<br />

ojos dudando <strong>de</strong> si los carnavales habían llegado<br />

con anticipación.<br />

Vio don Nicolás el veterinario aquel surrealista<br />

cuadro y le dijo a Agustina, pero Agustina<br />

hija qué estás haciendo. Y el<strong>la</strong>, ni corta ni<br />

perezosa, replicó, pues cuidar al ternerito que<br />

acaba <strong>de</strong> nacer porque para eso he venido al<br />

pueblo y mi abuelo Segi me encomendó que lo<br />

cuidara.<br />

Al fin el veterinario <strong>la</strong> convenció <strong>de</strong> que<br />

aquello no era forma, que el ternero no era un<br />

bebé, que <strong>la</strong>s vacas no daban a luz sino parían,<br />

que no estaban embarazadas sino preñadas que<br />

no…<br />

<strong>La</strong> buena mujer se echó a llorar <strong>de</strong>sconso<strong>la</strong>da,<br />

volvió a <strong>la</strong> cuadra, <strong>de</strong>scargó al ternerito y<br />

regresó a <strong>la</strong> cocina don<strong>de</strong> atizó <strong>la</strong> lumbre que<br />

comenzó a echar mucho humo. Al menos los<br />

chorizos, cuando regresaran sus abuelos, estarían<br />

en su punto.<br />

www.<strong>de</strong>lfín_rod@hotmail.com<br />

dominical / VII<br />

Espías <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

música<br />

A <strong>la</strong> Sociedad General <strong>de</strong> Autores Españoles<br />

(SGAE) se le ha ido <strong>la</strong> pinza, <strong>la</strong> ol<strong>la</strong>, <strong>la</strong> pero<strong>la</strong>. En<br />

su celo tonto y disparatado por recaudar dinero por<br />

cualquier cosa que suene ha llegado a extremos ridículos<br />

que rayan en lo absurdo.<br />

Días pasados se conoció <strong>la</strong> peregrina noticia <strong>de</strong> que<br />

esa iluminada Sociedad, li<strong>de</strong>rada por aquel bril<strong>la</strong>nte<br />

músico <strong>de</strong> los Canarios l<strong>la</strong>mado Teddy Bautista,<br />

mandó a un espía a grabar <strong>la</strong>s canciones que se interpretaban<br />

en una boda para posteriormente cobrarle<br />

el canon digital.<br />

<strong>La</strong> cosa tiene su aquel. ¿Se imaginan al personal espiado<br />

mientras bai<strong>la</strong> entre el sopor <strong>de</strong> los licores el<br />

Paquito el Choco<strong>la</strong>tero? ¿Se imaginan a <strong>la</strong> paranoica<br />

Sociedad pasándole <strong>la</strong> cuenta a los asombrados<br />

novios por bai<strong>la</strong>r un vals, Danubio Azul pongamos<br />

por caso?<br />

No ha tanto un Ayuntamiento pequeñito <strong>de</strong> aquí<br />

mismo se vio inmerso en un penoso proceso por<br />

causas simi<strong>la</strong>res. El Consistorio había habilitado<br />

unos dinerillos para que el personal <strong>de</strong>l pueblo se<br />

pagase una orquesta en <strong>la</strong>s fiestas patronales. Pues<br />

bien, los inquisidores rec<strong>la</strong>maron una importante<br />

cantidad por <strong>la</strong>s canciones interpretadas por <strong>la</strong> susodicha<br />

orquesta o charanga, que no sé muy bien<br />

qué era.<br />

Con su política, estos capullos harán su agosto en<br />

mi Sanabria con los gaiteros. No hay fiesta que se<br />

precie que no cuente con un par <strong>de</strong> ellos. <strong>La</strong> SGAE<br />

ya está buscando al autor <strong>de</strong> <strong>la</strong> música <strong>de</strong>l Mandil<br />

<strong>de</strong> Carolina y al <strong>de</strong>l Manolo mío para po<strong>de</strong>r cobrar<br />

por sus inventos. Dios, qué panda.<br />

<strong>La</strong> estupi<strong>de</strong>z no se queda en un quítame ahí esa boda.<br />

<strong>La</strong> tontuna podría llegar a un grado tal, que no<br />

sería extraño ver aparecer por <strong>la</strong> taza <strong>de</strong>l retrete <strong>la</strong><br />

<strong>cabeza</strong> <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> estos husmeadores profesionales<br />

arguyendo que tu ventosidad está registrada por el<br />

autor <strong>de</strong>l cuerpo humano. O a otro emergiendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el <strong>de</strong>sagüe <strong>de</strong> <strong>la</strong> ducha para grabar los gorgoritos<br />

que emites mientras te enjabonas.<br />

Es justo y evi<strong>de</strong>nte que los creadores <strong>de</strong>ben <strong>de</strong> tener<br />

protegidas sus obras contra los usurpadores, <strong>la</strong>s<br />

mafias que <strong>la</strong>s reproducen por <strong>la</strong> patil<strong>la</strong> y <strong>la</strong>s ven<strong>de</strong>n<br />

sin escrúpulos, contra los que explotan su talento<br />

para sacar un pingüe beneficio <strong>de</strong> él. Pero, coño,<br />

noventa tíos en una boda bai<strong>la</strong>ndo <strong>la</strong> Comparsita<br />

no son nada sospechosos <strong>de</strong> que estén<br />

explotando con ánimus recaudandi nada, sino más<br />

bien con ánimus iocandi o escojonandi.<br />

¡A <strong>la</strong> mierda!, como diría el otro, <strong>la</strong> Sociedad esta.<br />

Confundir churras con merinas <strong>la</strong> ha llevado a ser<br />

una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s instituciones menos acreditadas y más<br />

discutidas. El Teddy, si perdió el talento para seguir<br />

ganándose <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> su curro, que se <strong>de</strong>dique al fútbol,<br />

pero que <strong>de</strong>je a los novios en su día especial en<br />

paz.<br />

Vamos, que lo que estos tíos practican es tan absurdo<br />

como si al capador le quitan un día <strong>la</strong> chif<strong>la</strong><br />

porque <strong>la</strong> melodía que emite mientras afi<strong>la</strong> <strong>la</strong>s navajas<br />

se parece al Tengo una motocicleta, <strong>de</strong> los<br />

Bravos.<br />

Más valiera que el Estado tuviera el celo recaudatorio<br />

<strong>de</strong> estos absurdos y vigi<strong>la</strong>ra <strong>la</strong> pasta gansa que<br />

muchos músicos camuf<strong>la</strong>n y choricean todos los<br />

años al fisco nacional. Eso sí es pasta medida en millones<br />

<strong>de</strong> euros y no el gesto patético <strong>de</strong> estos patanes<br />

cobrándole a los novios lo que sacaron <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarse<br />

cortar <strong>la</strong> corbata. Menos mal que no les <strong>de</strong>jan<br />

en pelotas y le cortan <strong>la</strong> colita.

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