Principios

El Hombre como Proveedor y como Protector
Muchas mujeres no entienden el efecto mental, emocional
y espiritual, que el hecho de perder un trabajo tiene sobre el
hombre. Ellas no pueden entender completamente, porque
ellas no fueron diseñadas para ser proveedoras; ellas fueron
diseñadas para ser productoras. Cuando un hombre pierde
su trabajo, es como si su vida se hubiera partido en dos.
Algunos hombres terminan perdiendo su lucidez mental
después de que han perdido su trabajo. ¿Por qué es que
tienen una reacción tan extrema? Se debe a que, para ellos,
no se trata sólo de un trabajo. Es su medio de proveer. Uno
de los propósitos de su existencia le ha sido quitado.
Cuando un hombre piensa, “Yo no puedo proveer”, algunas
veces él hasta se va del pueblo. Algunos hombres no pueden
manejar este tipo de presión, y por lo tanto, deciden huir de la
responsabilidad. Tal vez el hombre tiene seis hijos y no puede
darles de comer. El se siente completamente inútil; él se siente
como un fracasado, y por lo tanto, se va. Llamamos este tipo
de comportamiento irresponsable y descuidado. Aunque esta
conducta está equivocada, debemos darnos cuenta que el
hombre está teniendo que enfrentar algo interno que él no
puede entender, y esto es algo fundamental para su forma de
ser.
Supongamos que un hombre le llama a su esposa y le
dice, “Cariño, tengo malas noticias para ti. Me acaban de
correr de mi trabajo”. Esta es la forma como algunas mujeres
reaccionan: “No me sorprende. Tú no has podido mantener
un trabajo en los últimos seis meses. Y
de hecho, creo que esto sucede desde
que me casé contigo. Yo he tenido que
ser quien se haga cargo de la familia”.
¿Qué es lo que ella ha hecho al decir
esto? Ella acaba de preparar la cama
de él en algún otro lugar. El se siente
humillado y rechazado. El no quiere
llegar a casa a confrontar esto. Todo lo
contrario, ella debería decir algo como,
“Bueno, cariño, Dios dice que El es nuestro proveedor. Yo
siempre he creído que si Dios te hizo ser mi cobertura, El
te va a proveer, para que tú, a tu vez, nos puedas proveer a
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El hombre
necesita que
su esposa
respete el
deseo que
él tiene de
proveer.