Principios
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Entendiendo el Propósito y el Poder de los Hombres<br />
en sí misma, pero el verdadero amor se enfoca en la otra<br />
persona. Dios le estaba diciendo al esposo, “Tú deseo en el<br />
matrimonio debería ser el hecho de hacer feliz a tu esposa”.<br />
Ahora bien, cuando tú haces feliz a tu esposa, ¿quién es<br />
quien sale ganando? Ustedes dos. Cuando tú das, tú<br />
recibes.<br />
Dios estableció el matrimonio para que la experiencia<br />
sexual estuviera llena de placer—no llena de repercusiones<br />
y de remordimientos. Dios no está en contra del sexo. Dios<br />
está en contra de la violación de los límites sexuales que El<br />
estableció por nuestro propio bien.<br />
Para poder llegar a cumplir nuestro máximo potencial,<br />
tenemos que seguir las leyes que Dios nos dio. Hombres, si<br />
Dios creó el<br />
sexo para<br />
que podamos<br />
tener placer—y<br />
no para que<br />
tengamos<br />
repercusiones y<br />
remordimientos.<br />
ustedes pueden llegar a digerir este<br />
punto, ustedes van a llegar a entender<br />
lo fácil que es vivir a la manera de Dios<br />
en el área de la sexualidad. Las leyes<br />
de Dios son para nuestra protección,<br />
y no sólo para nuestra restricción.<br />
Sus límites han sido establecidos<br />
para nuestra preservación y no para<br />
irritarnos o molestarnos. A veces<br />
pensamos que Dios no quiere que<br />
nosotros nos divirtamos. En realidad, El realmente está<br />
tratando de protegernos. Cada vez que violamos una ley o<br />
faltamos contra alguno de los principios de Dios, estamos<br />
invitando a la muerte espiritual y al sufrimiento para que<br />
vengan a nuestra vida.<br />
Límites Protectores de la Sexualidad<br />
Dios quiere que nosotros disfrutemos el sexo tanto, que<br />
nos ha dicho cuáles son los límites saludables para ello. El<br />
primer límite es el pacto del matrimonio.<br />
La Escritura que acabamos de leer dice que un hombre<br />
debe de “hacer feliz a la mujer que ha tomado” (Deuteronomio<br />
24:5). No dice que te vayas a vivir con alguien por un año<br />
para ver si las cosas salen bien. No hay pactos provisionales o<br />
temporales. Salomón dijo, “Sea bendita tu fuente, y regocíjate<br />
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