13.05.2013 Views

HISTORIA DE LA SOCIEDAD TEOSÓFICA 19 6 3

HISTORIA DE LA SOCIEDAD TEOSÓFICA 19 6 3

HISTORIA DE LA SOCIEDAD TEOSÓFICA 19 6 3

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CAPÍTULO LVI<br />

H.P.B. FUNDA “LUCIFER”<br />

Volví a Benarés el 9 de mayo de 1887, y pasé allí tres días. Fuí a ver al venerable Bhaskarananda<br />

swami, cuya bienvenida fue de las más cordiales, y a Majji la yogini. No dí más que una conferencia<br />

pública esta vez, en el Town Hall, sobre el libro de Chitragupta, y el 12 salí para Allahabad, que me<br />

hizo el efecto de un salón de fiestas vacío después de la partida de los Sinnet, cuya casa había sido el<br />

foco de nuestro movimiento en esa región. Sin ellos y sin H.P.B., la ciudad me parecía desierta. Y en<br />

realidad mi separación de H.P.B. estaba presente sin cesar en mi mente, al visitar las ciudades donde<br />

habíamos estado juntos, cuando nuestras primeras experiencias indas y nuestros sueños de<br />

resurrección de las ciencias y de las religiones orientales. Sería preciso haber estado tan estrechamente<br />

unido a ella como yo lo estuve en esa obra mundial, para darse cuenta de lo que para mí era el<br />

recorrer de nuevo aquellos países y ver otra vez a nuestros antiguos conocidos. ¡Ay! ¡Ay! ¡Oh Lanú!<br />

¡Cuán dolorosos son tales encuentros y separaciones! Pero sabemos, tú y yo, cuántos siglos hemos<br />

trabajado juntos bajo la dirección del Uno, y cuántos de estos parentescos nos aguardan todavía!<br />

¡Vale, salve!<br />

¿El calor? Terrible, cociente, como para fundir el metal. Fui a ver a mi amigo el swami compilador<br />

de los Sayings of Grecian Sages, y tuve una agradable conversación con aquel erudito. Mi alojamiento<br />

estaba lleno todo el día de metafísicos, grandes planteadores de enigmas, y agnósticos aficionados<br />

cuyo ardor no era disminuído por la temperatura. El 15 dí una conferencia sobre el otro mundo,<br />

pero me sentía tan débil que tuve que sentarme durante la segunda mitad de mi discurso. Era el<br />

resultado inmediato de síntomas de disentería, causados por un alimento indigesto, y agravados por<br />

el calor intenso y debilitador. Al día siguiente estaba peor, y mis amigos me pedían que permaneciese<br />

algunos días tranquilo. Pero no podía perder tiempo teniendo ante mí un itinerario tan largo, y salí<br />

para Cawnpore, donde fuí muy afectuosamente recibido y alojado en el gran bungalow del<br />

Maharajah de Burdwan, lugar en que nos habíamos detenido en 1883 Damodar y yo, y donde tuvo<br />

lugar aquel fenómeno probatorio de la introducción, en mi pupitre cerrado con llave, de la carta de<br />

uno de los Maestros, y que anteriormente he descrito.<br />

Al verme tan débil, un doctor indígena, miembro de la Sociedad, me recomendó insistentemente<br />

que tomase caldo de pollo, lo que hice después de algunas vacilaciones, rompiendo así el régimen<br />

vegetariano que seguía desde varios años antes. El efecto fue instantáneo; mis fuerzas físicas volvieron<br />

326

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!