GUÍA DE LECTURA - La Galera

le rompe la nariz de un cabezazo. La aparición de Bamba, Kalko y Alisio
le salva la vida, pero Kip se da cuenta de que la profecía del sadhu predecía
la pelea y su explosión por culpa del collar. Decide volver a Pararás
y siguiendo el consejo del capitán para ganar tiempo: coger el tren
hasta Bombay y luego cualquier barco hasta Kabashi.
En Kabashi, durante este tiempo, Jako ha cortejado a Tana, y más
después de que Vishata, la propia hija del gobernador Bunda, rechace
de pleno su mano a pesar de la buena amistad de Kash con su todopoderoso
padre. De manera que tío y sobrino aguardan el regreso de
Kip para acabar con él y con la resistencia de Tana. Pero cuando éste
llega a Kabashi, Rajid le informa de la situación de Rum, al que le quedan
tres días de vida si nadie paga la fianza de 10.000 dhiras: …ha llegado
la hora de ir a por la Luna Rosa. Al ir a comprar la carnaza con la
que deben engañar al tiburón se encuentra con Tana, que le pone al
corriente de las intenciones del pérfido Kash justo antes de cruzarse
con Jako. Kip saldrá vencedor de la pelea, pero tendrán que esconderse
en casa de Shir, tío abuelo de Rajid y descubridor de la perla prodigiosa.
La mañana siguiente es el día “D” y el plan sale bien a pesar
de la precipitación de Kip, que se lanza al mar antes de que Rajid, que
se encarga de atraer al escualo desde su barco, le dé la señal. Está a
punto de costarle la vida: el tiburón vuelve antes de lo previsto a la cueva
y el protagonista se salva de acabar en su panza gracias a la carnaza
que él mismo hace caer al agua tirando de una cuerda.
En el palacio de Bunda, Kip y Rum coinciden con otra visita: Kash
está negociando con el gobernador el precio de la cabeza del chico.
Cuando éste se presenta con la Luna Rosa para liberar a tío Rum y a
Tohka, el avaro comerciante intentará mejorar la oferta y está a punto
de convencer al corrupto Bunda, pero la aparición de Vishata evita que
los sobornos de Kash lleguen a buen puerto. También es ella la que permite
la entrada de un delegado de los ciudadanos de Pararás que piden,
desde la calle, la liberación de sus compatriotas. Y el representante
resulta ser el padre de Kip. El reencuentro de padre e hijo coincidirá con
el cambio de actitud de Bunda, que ante el criterio de justicia de Vishata,
rectifica, hace oídos sordos a las peticiones de Kash, escucha las de
Kip y los suyos, y les carga de favores. El epílogo sitúa a todos los protagonistas
alrededor de una mesa, felizmente reunidos, ricos, y escuchando
las increíbles andanzas de Magor y Kip Parvati.
8