La salud: derecho innegociable - suntnafin
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22 | Sinergia | Vol. VIII | 13<br />
Una vejez <strong>salud</strong>able<br />
y activa se construye<br />
desde la vida adulta.<br />
Así lo expresó el gerontólogo<br />
Juan Carlos<br />
González Llamas,<br />
durante una plática<br />
para los jubilados<br />
sindicalizados<br />
comunidad<br />
bienestar en la tercera edad<br />
Cómo conservarse<br />
sano e inteligente<br />
Juan<br />
Carlos González Llamas, quien fuera director de Gerontología del Instituto Nacional de<br />
las Personas Adultas Mayores (Inapam), se refirió a las nuevas teorías dinámicas de la<br />
personalidad en oposición a las teorías deficitarias del desarrollo.<br />
<strong>La</strong>s teorías deficitarias, explicó, afirmaban que las<br />
capacidades psicológicas y cognoscitivas de las personas<br />
empezaban a declinar a partir de los 35 años<br />
de edad. “Ahora se sabe que las personas conservan<br />
sus capacidades en la medida en que las estimulan”.<br />
<strong>La</strong> personalidad, explicó, “evoluciona mientras<br />
estemos vivos”. Se refirió a lo frecuente que es escuchar:<br />
“Hace eso porque ya es viejo”. No, dijo, “lo hace<br />
porque lo hacía desde que estaba joven y no se le<br />
han presentado situaciones en la vida que lo hagan<br />
cambiar y actuar de manera diferente”. No tenemos<br />
manías porque estamos viejos, añadió, ya las teníamos,<br />
pero se van notando más a medida que pasa el<br />
tiempo porque cuando un rasgo de personalidad es<br />
eficiente para la adaptación de la persona, se conserva<br />
y se va afianzando cada vez más.<br />
<strong>La</strong> inteligencia, añadió, “que es la capacidad<br />
del ser humano para resolver exitosamente las<br />
situaciones vitales que se le presentan de manera<br />
cotidiana, se conserva en la medida en que las<br />
personas se desarrollan más: cuando estudian, adquieren<br />
nuevos conocimientos, están en contacto<br />
con las nuevas tecnologías, etcétera. Mientras ejerzamos<br />
las capacidades intelectuales, estas se conservarán<br />
hasta la muerte, a menos que exista una<br />
enfermedad de tipo biológico”. <strong>La</strong> peor receta, dijo,<br />
“es el aislamiento, la inactividad y las actividades<br />
pasivas, como ver la televisión”.<br />
Tensiones psicosociales de la vejez<br />
El ingreso ocupa el primer lugar entre las tensiones<br />
psicosociales de la vejez. En México, dijo el experto,<br />
poco menos de 30% de las personas de 60 y<br />
más años de edad está jubilado, en tanto que 70%<br />
no tienen <strong>derecho</strong> a una pensión porque nunca<br />
ha contribuido a la seguridad social y, por tanto,<br />
tienen que vivir de recursos que ellos mismos generan<br />
o de instrumentos de política pública, como<br />
las pensiones no contributivas. “<strong>La</strong> preocupación<br />
económica es algo que desequilibra nuestro ser.<br />
<strong>La</strong> respuesta inmediata es formar un ahorro, no<br />
malgastar, no privarnos pero saber a dónde va el<br />
gasto. El dinero se hizo para pagar médicos, ayuda,<br />
resolver problemas, pero con cuidado, porque la<br />
posibilidad de tener nuevos recursos ya no es igual<br />
que en otras etapas de la vida”.<br />
Otra tensión psicosocial es la jubilación, la transición<br />
entre tener y dejar de tener un papel como<br />
trabajador, por el que se nos valoró por muchísimos<br />
años. El desafío en este rubro es “reorganizar la vida<br />
y los días con actividades creativas y estimulantes<br />
para seguir contentos y satisfechos de vivir”. Puso<br />
de manifiesto que en México 95% de la atención a<br />
las personas mayores lo proporciona la familia en<br />
tanto que sólo 5% lo proporciona las instituciones.<br />
De ahí la importancia de tener una buena comunicación<br />
familiar, “para evitar malentendidos y que<br />
ese recurso siga siendo valioso”.<br />
Cuando nos jubilamos, explicó, nos integramos<br />
a la familia y la peor receta “es tratar de que hagan<br />
las cosas como nosotros queremos. Hay que<br />
observar y respetar las formas de interacción que<br />
la familia ya tenía previo a nuestra jubilación, para<br />
poder integrarnos de manera exitosa a ese núcleo:<br />
respetar la independencia de los demás, su forma<br />
de pensar, de hacer y tener una buena comunicación<br />
cada vez que sea necesario”.<br />
En cuanto a los cambios físicos, si bien es cierto<br />
que se pierden los atributos de la juventud, también<br />
lo es que “el que tuvo retuvo. Conservamos algo de<br />
lo que tuvimos a lo largo de la vida y los valores<br />
por los que nos vamos a regir son las capacidades<br />
conservadas y la experiencia acumulada. Los cambios<br />
corporales están relacionados con el cuidado<br />
de la <strong>salud</strong> que se tenga a lo largo de la vida”. En<br />
cuanto a la sexualidad, “en la vejez contribuye a la<br />
<strong>salud</strong> física, psicológica y social de la persona. Hay<br />
alternativas tanto para la mujer como para el varón.<br />
<strong>La</strong> mejor forma de vivir la vejez es en compañía, en<br />
pareja. Si no se tiene la pareja, buscarla. Tenemos