Presencia Anglicana en América Latina - Iglesia Episcopal en ...

Entre los años 1968 a 1975 las tasas de crecimiento y de inversión cayeron a la mitad de sus niveles
previos, el desempleo creció brutalmente y el 20% más rico de la humanidad aumentó su tajada del
60% al 80%. Para los países del sur en general esto fue un desastre.
La globalización es el nuevo experimento del mundo capitalista, con o sin capitalistas, que sin el
fantasma de la guerra fría construyen un mundo hegemónico bajo el liderato de los Estados Unidos.
Se dice que los Estados Unidos buscan con la globalización la neutralización de Europa y Japón,
establecer control militar en el mundo, controlar el medio oriente y Asia Central, desmantelar la
China y formar bloques regionales para la negociación de tratados( i_formacionpolítica@yahoo.com
).
En Latinoamérica poco a poco se vienen realizando tratados económicos globalizantes, así América
del Sur ha tratado de conformar tratados interregionales fuera del control norteamericano,
últimamente Cuba y Venezuela hablan de otros tratados económicos que se contraponen al modelo de
dominio norteamericano.
Algunos políticos y economistas opinan que la respuesta a un mundo que se mueve hacia la
unipolarización parece ser uno multipolar. La multipolaridad permitiría el desarrollo capitalista en el
que todos los países podrían compartir la oportunidad de participar de los beneficios de la economía
globalizada. Este es al menos el que parece ser el sueño de los gobernantes bien intencionados de
nuestros países y para el rico, siempre y cuando sean competitivo en sus empresas los primeros y
altamente calificados y productivos los segundos.
Aunque los diferentes tratados comerciales buscan resolver problemas estructurales responsables de
los males sociales latinoamericanos, hay un gran sector de la población que no ve tales tratados con
ojos mesiánicos. Se piensa que los tratados comerciales solo sirven para que las naciones del norte se
hagan más poderosas y ricas, para que algunos pocos latinoamericanos ricos aumenten sus riquezas y
que los pobres se hagan más pobres. El problema es que en los últimos treinta años las políticas
económicas se aferraron al concepto desarrollista sin la necesaria búsqueda del mejoramiento de la
calidad de vida de los pueblos. Buenas intenciones no han faltado, esto lo testimonian las diversas
cumbres mundiales que por medio de sus resoluciones han decidido múltiples veces combatir la
pobreza, falta de salud y educación, sin embargo estas cumbres también han reconocido que existen
en el medio fuerzas poderosas que impiden la realización de las buenas intenciones.
Los buenos deseos de aquellos que ponen tanta esperanza en la globalización de la economía se
estrella ante la pobreza que golpea principalmente a los grupos vulnerables de nuestras sociedades,
como lo son las mujeres y los niños. Ha sido la pobreza la que ha motivado a cientos de miles de
latinoamericanos a emigrar hacia las naciones económicamente poderosas, se dice que actualmente la
emigración sobrepasa los ciento veinte millones de personas.
Los pretendidos resultados de las reformas económicas y los tratados comerciales podrían malograrse
si no se resuelve la problemática social, en otras palabras es imperativo para el sistema dominante
mejorar la calidad del recurso humano, incorporar la ciencia y la tecnología y modernizar la
capacidad de penetrar en los campos de la producción, C.A. Vélez, (2004). Es triste reconocer que en
las últimas tres décadas del siglo veinte, Latinoamérica como en todo, no logró despegar, pues las
condiciones de cada país son únicas. De 1980 al 2000, se puede decir que hubo crecimiento
económico generalizado pero en realidad cada año tuvo su propia miseria. Las condiciones de
desigualdad son elocuentes. >Al final del 2000 México es el país más fuerte al norte de
Centroamérica, condición que quizá se deba al tratado de libre Comercio con Estados Unidos y el
Canadá. América Central y República Dominicana están a punto de iniciar un tratado de libre