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cantidad; o decís acá entrás a las 8, 9 de la mañana y te<br />
vas a las 5 de la tarde; acá entrás y tenés que quedarte<br />
y estar, y ver, y quedarte tranquilo para que ya al<br />
otro día esté la cosa encaminada. Además el <strong>Club</strong><br />
está abierto las 24 horas, no es como un negocio<br />
que bajás la cortina a las 6, las 7 de la tarde; acá<br />
siempre tiene que haber alguien atendiendo al<br />
socio, quieras o no, la parte social, o los sábados<br />
con las fiestas, o los Punta Concert, o la fiesta de fin<br />
de año o los casamientos, o cumpleaños, la actividad<br />
social te demanda las 24 horas. La vigilancia<br />
también depende de Servicios, entonces, te repito,<br />
si no fuera por el equipo, por el personal que ya<br />
está desde hace tantos años y conoce tanto el trabajo,<br />
no podría, no hay forma de tener todo acomodadito<br />
y esperando y arrancando y demás con<br />
reuniones. Las reuniones de mi Gerencia son todos<br />
los días, en todo momento y por teléfono, o por<br />
algún problema equis son en el lugar y en el<br />
momento.<br />
—¿Cómo ves el Náutico en el futuro?<br />
—Desde ya como siempre fue el Náutico, con un<br />
empuje de aquéllos. Ya son 25 años acá adentro, me<br />
acuerdo de cuando con el Arq. Guillermo Villa<br />
empecé a trabajar en la isla con los dragados, y<br />
antes también, pero uno ve los resultados y el crecimiento<br />
y mirás 10 años hacia atrás y decís ¡no<br />
puede ser lo que hicimos! Con esto te quiero decir que<br />
no dudo de que llegue a ser lo que va a ser, lo que<br />
está programado, este plan de obras nuevas en la<br />
isla Nazar Anchorena, y lo que significa toda esta<br />
isla Sarandí. La isla Sarandí más o menos está<br />
hecha, la isla Nazar hay que hacerla, hay muchísimo<br />
por hacer, hay que reestructurar, cambiar obras<br />
acá, obras allá, pero con optimismo. Suelen decirme<br />
que soy muy optimista para encarar las cosas,<br />
que no las planifico. Como te dije, el <strong>Club</strong> no te deja<br />
planificar demasiado, sobre la marcha se cambian<br />
muchas decisiones, si se ve que hay una alternativa<br />
mejor, que esto es más económico o más beneficioso<br />
que aquello, entonces, tenés que ir día a día, paso<br />
a paso y estar atento, con flexibilidad y las orejas<br />
paradas. Entonces me dicen vos sos un loco, y he tenido<br />
peleas con los jefes de Mantenimiento y con<br />
gente mía, no, cómo vas a hacer esto, esto no se puede. Y<br />
hay que hacerlo y se hace, y lo vamos a hacer,<br />
cómo, no sé, pero lo vamos a hacer. El tema de los<br />
servicios en la INA, el gas, el teléfono, la luz y el<br />
agua, el tema de dragar mandando caños subfluviales<br />
en el arroyo Sarandí, y después haciendo puentes<br />
aéreos, porque somos un club pero trabajamos<br />
con soluciones de empresa, con los medios que<br />
—74—<br />
tenemos, fuerza y pulmón, ingenio y a otra cosa! A<br />
veces digo que tengo una carrera universitaria<br />
hecha por lo que es el conocimiento puro del<br />
Náutico, en lo social o en servicios, en mantenimiento<br />
o deportes. Pero bueno, sabés muy bien que<br />
en la parte deportiva es tenis-Ismael, en la INA está<br />
Claudio, en yachting está Navarro, en cada sector<br />
tengo un ladero que maneja las cosas fantástico.<br />
Nunca hay discusiones porque estamos tan embebidos,<br />
tan empapados, ¡son años!<br />
Nunca pensé que iba a estar tanto tiempo en el<br />
<strong>Club</strong>… ya son 25 años. A Antonio Navarro lo<br />
conozco casi desde el primer día, porque mi corazoncito<br />
me lleva a lo que más me gusta, el yachting,<br />
yo le decía hace 23 o 24 años, “Mirá cuando lleguemos<br />
a viejos, acá adentro… cómo va a cambiar<br />
todo, qué distinto va a ser!”, porque se veía venir,<br />
ya desde tiempo atrás se veía venir, y hoy en día nos<br />
miramos con Antonio y nos matamos de risa, hablamos<br />
de eso… “¡Cuánta razón tenías, Negro!”, te<br />
proyectas acá adentro, y el <strong>Club</strong> también se hace<br />
querer. Se hace muy divertida la interrelación con<br />
las autoridades de la Comisión Directiva, que al<br />
principio era más difícil, porque uno era un mocoso,<br />
era más joven, y hoy en día, estamos de igual a<br />
igual en las edades, de hecho ya hay gente mucho<br />
más joven que uno. Uno se va haciendo todos los<br />
días tan conocido con todos los socios y con las<br />
autoridades… y tengo muchas amistades hechas<br />
acá adentro a nivel personal. En líneas generales no<br />
mezclo las haciendas, el <strong>Club</strong> es el <strong>Club</strong> y afuera es<br />
afuera. Y eso sí, cuando salgo y me encuentro con<br />
alguien es terrible: el Náutico es tema de conversación<br />
excluyente. Y uno piensa ¡basta! ¡no hablen más<br />
del tema!… que esto, que lo otro… viven preguntando,<br />
y uno vive en la zona y no puede sustraerse<br />
de esa situación.<br />
—¿En los 25 años transcurridos, qué cambios notás en la<br />
gente, en los socios y en el personal?<br />
—Entre los empleados sí, muchos cambios. En<br />
todo este tiempo hubo mucha más demanda de<br />
gente que conozca más sus oficios. Un cambio que<br />
llevó mucho tiempo porque en la mayoría de los<br />
casos la gente se queda por años en el Náutico, de<br />
generación en generación inclusive, como el caso de<br />
Marta Borgetto y el papá, Mateo, o Quico Sala, su<br />
hija María nació acá adentro, y Mariano, el hijo,<br />
trabaja aquí. Muchos cambios en la parte de los<br />
mismos chicos, gente joven, gente de cuadrilla que<br />
entraron siendo pibes, y hoy en día ya son padres<br />
de familia, hombres, adultos, con un compromiso