Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
tristeza profunda y contenida. En el álbum <strong>de</strong> la<br />
familia pu<strong>de</strong> verla con las manos extendidas, sosteniendo<br />
los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una falda plegada como un<br />
abanico; a la sombra <strong>de</strong> un sauce, su mirada <strong>de</strong><br />
dieciocho años se perdía en las mangas <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín,<br />
tal vez imaginando la ciudad lejana don<strong>de</strong><br />
transcurriría su vida en la madurez, mientras el<br />
tío la recordaba al calor <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> y <strong>de</strong>l horno.<br />
Cuando el tío abandonó la pana<strong>de</strong>ría para retornar<br />
al campo, al trozo <strong>de</strong> finca que había heredado<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años remotos <strong>de</strong> su juventud, fue<br />
reemplazado por Octavio, el primo que jugaba con<br />
el cuchillo <strong>de</strong> cortar la masa, mientras los pan<strong>de</strong>quesos<br />
se doraban bajo el fuego más alto e iban<br />
inundando el aire con ese olor que acariciaba los<br />
pulmones.<br />
No sé cuánto tiempo pasó antes <strong>de</strong> que regresara,<br />
pero una tar<strong>de</strong> volvió, <strong>de</strong>crépito ya, y agobiado<br />
por el cáncer. Mi madre le arregló una cama en<br />
una <strong>de</strong> las piezas <strong>de</strong> arriba, junto al hueco que<br />
servía <strong>de</strong> ventana, en el rincón, frente a la puerta.<br />
El tío subió, se cambió sus ropas <strong>de</strong> campo por una<br />
pijama, <strong>de</strong>stendió las sábanas, me entregó el sombrero<br />
<strong>de</strong> fieltro (apareció su testa pelada <strong>de</strong>trás <strong>de</strong><br />
la frente llena <strong>de</strong> arrugas) y se acostó. Me senté<br />
en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la cama a escuchar su conversación.<br />
Tenía una voz cansada y en su relato mezclaba<br />
sueños y <strong>de</strong>seos con asuntos <strong>de</strong>l pasado, con anhelos<br />
y fantasías antiguas como si todo le hubiera<br />
sucedido. Por la profunda comunicación que se fue<br />
tramando entre los dos y por el amor infinito que<br />
yo sentía en su mirada, supongo que él sabía que<br />
esa habitación oscura era su morada última y la<br />
mía su última compañía.<br />
Mientras abajo, en el primer piso, la vida <strong>de</strong> la<br />
pana<strong>de</strong>ría los mantenía ocupados a todos, a los <strong>de</strong><br />
10