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Libro Cuatro El Evangelista y Su Aclamación - Luz al Atardecer

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20 SOBRENATURAL: La Vida de William Branham<br />

como un destello de cámara. <strong>El</strong>la estaba suspendida sobre un<br />

anciano delgado que estaba sentado en dirección a la parte posterior<br />

del santuario próxima a un pasillo.<br />

Bill observaba aquella luz sobrenatur<strong>al</strong> hasta que se convirtió en<br />

una visión. Aunque sus ojos permanecían completamente abiertos, el<br />

ya no podía ver el atestado santuario del Templo C<strong>al</strong>vary. En su<br />

lugar él veía a un niño tirando de una carreta hasta un <strong>al</strong>miar en un<br />

día de verano. <strong>El</strong> niño se subió a la parte superior del <strong>al</strong>miar y<br />

comenzó a echar heno dentro de la caja de la carreta. Una parte de la<br />

mente de Bill estaba vagamente consciente que él todavía estaba en<br />

el Templo C<strong>al</strong>vary en Los Angeles, hablándole a millares de<br />

personas; pero la parte activa de su mente estaba <strong>al</strong>lá en aquel<br />

<strong>al</strong>miar, observando desarrollarse un drama. Se sentía como estar en<br />

dos sitios a la vez.<br />

Mientras él observaba, continuó hablando por el micrófono. ―Veo<br />

a un joven jugando en la parte superior de un <strong>al</strong>miar. Él está vestido<br />

muy raro. ¡Oh! Él se cayó del <strong>al</strong>miar y se golpeó la esp<strong>al</strong>da en la<br />

carreta. Veo a un hombre levantarlo y llevarlo con un doctor. <strong>El</strong><br />

doctor tiene un bigote blanco y tiene puestos anteojos blancos que se<br />

deslizan hasta el fin<strong>al</strong> de la nariz. Veo <strong>al</strong> doctor atendiendo <strong>al</strong> joven,<br />

pero no sirve de nada. No se puede hacer nada. <strong>El</strong> doctor lo envía a<br />

casa a la cama. <strong>El</strong> joven se pone tan m<strong>al</strong> que ni siquiera puede<br />

soportar la vibración de <strong>al</strong>guien caminando por el piso de su<br />

recámara. Los veo perforando agujeros en el piso de madera para<br />

reducir las vibraciones. Ahora el niño está haciendo <strong>al</strong>gún tipo de<br />

trabajo... oh, él está escribiendo. Ahora él llega a ser un gran<br />

hombre. Puedo verlos conduciéndolo por ahí en una silla de ruedas,<br />

e incluso puede andar si usa muletas y un aparato ortopédico en la<br />

esp<strong>al</strong>da. Lo veo sentado en un banco y la gente le está aplaudiendo a<br />

sus discursos. Y amigos, no sé la razón, pero veo la Casa Blanca en<br />

Washington D.C. Ahora eso se ha ido de mí.‖<br />

La rápida sucesión de escenas se desvaneció y Bill estaba una vez<br />

más mirando a las personas en el Templo C<strong>al</strong>vary. Él ya no podía<br />

ver la luz del ángel en la parte de atrás del santuario, de modo que<br />

estudió los rostros de aquellos que estaban sentados cerca de donde<br />

había estado la luz. ―Allí está él,‖ dijo Bill, señ<strong>al</strong>ando. ―Es el<br />

anciano sentado <strong>al</strong>lá atrás con aquel par de muletas acomodadas en<br />

el pasillo junto a su asiento.‖<br />

Cuando todos voltearon para mirar, Bill le preguntó a Howard<br />

Milagros en Blanco y Negro 21<br />

¿cuántas tarjetas de oración había repartido? Típicamente Howard<br />

distribuía 100 nuevas tarjetas cada noche de una campaña. Cada<br />

tarjeta tenía una letra y un número impreso en ella. Bill tomaba un<br />

número <strong>al</strong> azar, como 85, y luego les pedía a aquellos que tenían<br />

números del 85 <strong>al</strong> 100 que se reunieran para la fila de oración. Por<br />

cuanto una letra diferente del <strong>al</strong>fabeto era usada cada noche, cada<br />

número 85 era efectivo para únicamente un culto. Esto mantenía<br />

imparci<strong>al</strong> el proceso de selección; todos los que deseaban oración<br />

tenían la misma oportunidad de entrar en la fila de oración cada<br />

noche.<br />

Mientras Howard ponía en fila a la gente en el pasillo later<strong>al</strong>, Ern<br />

Baxter vino a Bill y dijo, ―Hermano Branham, ¿sabe Ud. quién es<br />

ese hombre del cu<strong>al</strong> Ud. vio una visión?‖<br />

―No, señor. No sé.‖<br />

―Es William Upshaw, un antiguo congresista de los Estados<br />

Unidos. Él desea hablar con Ud., de modo que hice llegar la<br />

extensión del micrófono <strong>al</strong>lá atrás.‖<br />

Un ujier enchufó la extensión del micrófono en el sistema de<br />

sonido. La voz del Sr. Upshaw pasó por las bocinas. ―Hijo mío,<br />

¿cómo supiste que yo me caí y me lastimé cuando era un joven?‖<br />

―Señor,‖ contestó Bill, ―nunca antes he escuchado de Ud. La única<br />

cosa que puedo decir es lo que vi en la visión.‖<br />

―Pues, eso es exactamente lo que sucedió. Me llamo William<br />

Upshaw y durante ocho años fui un congresista de Georgia. Me<br />

postulé para Presidente de los Estados Unidos en 1932, pero fui<br />

derrotado por causa de que estuve en contra de la leg<strong>al</strong>ización del<br />

whisky. Sigo estando en contra de eso hoy en día. Yo tenía 18 años<br />

cuando me lastimé. He sido un inválido durante 66 años–siete años<br />

en cama y 59 años usando sillas de ruedas y muletas. Se ha orado<br />

por mí docenas de veces, sin éxito. Hace apenas unos cuantos días el<br />

Dr. Roy Davis me aconsejó que viniera aquí e hiciera que tú<br />

intercedieras a Dios por mí. Hijo mío, ¿<strong>al</strong>guna vez seré sano?‖<br />

―Yo no puedo decírselo, mi hermano. Yo no sé. La única cosa que<br />

puedo decirle es lo que vi en la visión. Y ahora se ha ido de mí.‖<br />

Bill le echó un vistazo <strong>al</strong> pasillo later<strong>al</strong>. Howard asintió con la<br />

cabeza que la fila de oración estaba lista para comenzar.<br />

Aunque el santuario estaba atestado, a unas cuantas personas se les<br />

fue permitido sentarse detrás de Bill en la plataforma. Él había<br />

aprendido de la experiencia que esto era mejor. Bajo la unción él

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