Colonias felinas controladas dosorejas.org La ... - El Refugio
Colonias felinas controladas dosorejas.org La ... - El Refugio
Colonias felinas controladas dosorejas.org La ... - El Refugio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Texto: Chris Fernández • Fotografía: Lines Puig López<br />
Este trimestre<br />
el protagonista canino es…<br />
Nacer en cuerpo de galgo es como una maldición,<br />
Fargo, que la mayor parte de las veces pagáis<br />
con la muerte, con un horrible final, casi tan<br />
miserable como la vida que os toca sufrir. Tu<br />
vida no ha sido muy diferente salvo por un detalle<br />
importante: ninguna horca te espera al final<br />
del camino.<br />
A ti te esperó un final de temporada un poco<br />
diferente, la puerta de un coche que se abre en la<br />
autopista y te empuja a una muerte segura, a un<br />
final rápido y gratuito. <strong>El</strong> primer coche te golpeó<br />
a gran velocidad, ni siquiera giraron la cabeza<br />
para comprobar qué había pasado con aquel<br />
perro en mitad del carril, al fin y al cabo, no eras<br />
más que un simple galgo. <strong>El</strong> segundo coche tal<br />
vez iba más despacio, pero el golpe dolió más<br />
rematando las fracturas del primer atropello. Un<br />
tercer coche también te golpeó y el tráfico ni<br />
siquiera llegó a resentirse. Volabas como un<br />
trapo negro que se golpeaba contra todo.<br />
Algo inesperado sucedió, Fargo, cuando tu final<br />
ya estaba escrito. Un ser humano, un único ser<br />
humano entre tantos conductores deshumanizados<br />
por tanta prisa, decidió cambiar tu historia.<br />
Alguien paró su coche, lo acercó hasta la cuneta<br />
y decidió detener por completo el tráfico de toda<br />
una autopista. Alguien Fargo quiso pensar que<br />
Fargo<br />
no eras un simple galgo. Alguien te recogió, te<br />
subió a su asiento trasero y buscó una solución a<br />
tu desgraciada vida. Alguien te devolvió el aliento<br />
al traerte a <strong>El</strong> <strong>Refugio</strong>.<br />
Recuerdo cómo gritabas cuando entraste por la<br />
puerta. Gritabas cuando nadie te había tocado<br />
aún, cuando ni siquiera habíamos comprobado<br />
tus fracturas. Después descubrimos que lo que<br />
más te dolía era el miedo a lo desconocido, hasta<br />
ahora sólo habías llevado una vida de miseria.<br />
Han pasado muchos meses y un par de cirugías<br />
desde entonces. Y hemos visto cómo te has convertido<br />
en un perro tranquilo y confiado. Eres<br />
tan noble y bueno que parece increíble que hayas<br />
podido sobrevivir a tanta tragedia sin ninguna<br />
secuela. Tu belleza, el brillo de tus ojos, tu porte<br />
y elegancia hacen creer que siempre has vivido<br />
entre nosotros, que crees ciegamente en todos<br />
los seres humanos. Y sabes, Fargo, que un día<br />
esta vida cambiará de nuevo cuando alguien te<br />
convierta en un miembro de su familia y vuelvan<br />
a pensar que no eres un simple galgo.<br />
www.elrefugio.<strong>org</strong><br />
Suplemento 16/10 Centro de Adopción <strong>El</strong> <strong>Refugio</strong>