Colonias felinas controladas dosorejas.org La ... - El Refugio
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Texto y fotografía: Sara Martín Fragas<br />
Este trimestre<br />
la protagonista felina es…<br />
MUSA<br />
Su nombre ya da una pista de<br />
lo magnífico de su esencia.<br />
Musa, como en la mitología<br />
griega, resulta una fuente de<br />
inspiración para cualquiera<br />
que tenga la suerte de compartir<br />
su tiempo con ella.<br />
Majestuosa, elegante y serena<br />
te mira desde el interior<br />
de su camita al pasar. Un leve<br />
bostezo, un suave estiramiento<br />
y se pone en marcha<br />
para saludarte desplegando<br />
todo su encanto.<br />
Como la diva que es, contonea su cuerpo con<br />
delicadeza y maúlla sutilmente para captar tu<br />
atención. Cuando ya has caído en su red y la<br />
observas, no puedes dejar de admirar su tierna<br />
y frágil belleza, tan diferente a todos los<br />
de su especie por la ausencia de sus pequeñas<br />
orejas. Porque Musa destaca del resto<br />
incluso por su físico: blanco puro y sin orejas,<br />
con un parecido espectacular a la princesa<br />
Leia en la Guerra de las Galaxias, siempre con<br />
su uniforme y con sus trenzas redondas en la<br />
cabeza.<br />
<strong>La</strong>s perdió por mala suerte, cosas del destino.<br />
Cuando llegó a <strong>El</strong> <strong>Refugio</strong> presentaba pequeñas<br />
lesiones en su piel y hubo que quitárselas.<br />
Pero no las echa de menos, se maneja<br />
exactamente igual que cualquiera de sus<br />
compañeros sólo que un poco más extravagante.<br />
Resulta triste pensar que esas lesiones<br />
posiblemente fueron la causa de su abandono.<br />
Puede que la dejaran en la calle cuando<br />
creyeron que no era lo suficientemente bonita<br />
para adornar sus vidas. Lástima que se<br />
perdieran lo preciosa que es ahora y que<br />
ignorasen sus grandes ojos color miel y su<br />
tierna y suplicante mirada, esa que te engatusa<br />
y te obliga a abrazarla mientras ella ronronea<br />
en tu oído. Lástima para ellos y suerte<br />
para los afortunados que la conocemos ahora.<br />
Nunca he visto las uñas de Musa. Supongo<br />
que una gata tan distinguida como ella no se<br />
ha visto obligada a usarlas, pues con sus<br />
encantos es suficiente para hacer todo lo que<br />
quiere. Y porque en la vida de la que viene y<br />
esa que busca, calentita en un regazo o un<br />
sofá muy cerquita del radiador, no les habrá<br />
encontrado utilidad. O porque se parece tanto<br />
a un perro, con sus mejores cualidades, que<br />
nunca ha aprendido para qué sirven.<br />
<strong>La</strong> pequeña y dulce Musa necesita un hogar en<br />
el que ser feliz. Sus ojos están tristes pero esperanzados,<br />
aún mantienen el brillo intenso de la<br />
ilusión de encontrar un nuevo hogar. Necesita<br />
una familia que la quiera, que la cuide y que la<br />
mime tanto como se merece, que vea más allá<br />
de sus pequeñas diferencias y que le dé el lugar<br />
de reina de la casa que le corresponde.<br />
www.elrefugio.<strong>org</strong><br />
Suplemento 16/10 Centro de Adopción <strong>El</strong> <strong>Refugio</strong>