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Renuncias<br />
Lo que ha hecho Benedicto XVI al renunciar a las puertas mismas<br />
de la <strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong> es más que significativo. Con la Pascua comenzará<br />
una nueva etapa en la Iglesia, que somos todos los que nos santificamos<br />
antes de salir de viaje o rezamos cuando hay alguien enfermo.<br />
Y todo el mundo, incluso el que no es creyente, dirá que el Papa tendrá<br />
más retos que nunca. Porque siempre hay más retos que nunca.<br />
Y se pondrá el foco de atención en el Santo Padre, pero, de nuevo,<br />
como si él fuera el único responsable del barco en el que viajamos.<br />
El caso es que pronto se dejará de hablar de la profundidad de<br />
la renuncia del sucesor de Juan Pablo II y para el común de los<br />
mortales esta se quedará como una mera singularidad histórica<br />
compartida. Sin embargo, ojalá que no se olvide nunca el ejemplo<br />
de un cansado Joseph Ratzinger que bajó al suelo al todavía ,y<br />
pese a todo, autoendiosado hombre, egocéntrico e individualista.<br />
Aquí seguimos viviendo personas, con nuestros aciertos y errores,<br />
pero humanas, que al final es lo que cuenta en el saldo vital.<br />
Solo hubo un Dios Hombre, e incluso a Él le flaquearon las fuerzas.<br />
“Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”, gritó Él entonces<br />
y gritan las calles ahora en plena época de vacas flacas<br />
sin aparentes visos de gordas, llenas de gente que llora porque<br />
no tiene qué comer, porque no sabe qué hacer cada mañana<br />
ante tanta desesperación, que no entiende de economía pero<br />
que sabe que no tiene dinero en los bolsillos, que pide fiado con<br />
el dolor de su corazón y la vergüenza humilde de que el mundo<br />
se le cae encima y no tiene siquiera mantas con las que protegerse<br />
del frío. Porque hiela pensar que no hay más salida, que no<br />
hay más futuro, sino presente con rebajas en todos los sentidos.<br />
Entonces llegó la renuncia del Papa en plena Cuaresma, en plena<br />
época de reconversión, en plena preparación de una <strong>Semana</strong><br />
<strong>Santa</strong> que puede pecar de colocarse cada vez más solo la careta<br />
de la tradición y de la cultura ,y de simple espectáculo, depen-<br />
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<strong>Semana</strong> <strong>Santa</strong>