Semana Santa - mengibar

diendo de los casos, y olvidando, a la postre, la esencia de la fe.
A veces, en la Semana Santa cofrade, hasta se olvida
la fraternidad que ha de primar en estos días dulces. Al fin y
al cabo, no dejan de ser unos días de encuentros y de reencuentros,
de abrazos y de estrechar lazos con los que comparten
un mismo ejemplo, el de Cristo que cargó con la Cruz,
cuyo misterio de Pasión, Muerte y Resurrección se conmemora.
Aunque no está claro, eso sí, que Cristo mandase que
toda su conmemoración se hiciese de una manera fría, hierática,
ajena por completo a los mínimos sentimientos de la gente
de a pie y de buena fe, que es la que tiene que primar en
las cosas humanas. Que haya respeto, es la cuestión clave.
Pero también que haya sentido común, sobre todo para
seguir adelante. Y el sentido común y la lógica de los tiempos
pueden llegar a chocar con el fundamentalismo ortodoxo
que no solo está instalado en iglesias lejanas de países desconocidos.
Dada la pugna, los visos de futuro han de estar
muy presentes, porque puede que cada vez haya menos gente
en el camino, y aunque el número no sea lo más importante,
sí es importante conocer el pulso de los caminantes.
Sabemos que el cansancio se asoma cada Semana Santa.
Pero se cansan los que no deben hacerlo y no renuncian, mira
tú por dónde, los que miran mal, los que cuchichean en cualquier
esquina, los que hablan de mala fe, los que esto de mantener encendido
el espíritu fraterno de las cofradías les importa poco, los
que están y sobran pero no se van, los que no dejan hacer futuro,
los que no viven el presente ni dejan que vivan los que luchan
por él. Estos no renuncian a nada y, claro, a ver qué hacemos.
Pues podríamos rezar y pedir por los que no se cansan, al menos
no del todo; por los que lloran de esfuerzo por sacar adelante
la conmemoración del Señor, pero para sacarla adelante con corazón;
por los que dibujan con sus luchas internas by externas el
Mengíbar 2013
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