Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
FEDERICO MOCCIA Tres <strong>metros</strong> <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o<br />
Chicco se echa a reír. Step le da un empujón tan fuerte que lo hace volar hasta<br />
una mesita baja, haciendo caer todo lo que hay <strong>sobre</strong> <strong>el</strong>la. Luego coge por <strong>el</strong> borde <strong>el</strong><br />
mant<strong>el</strong> <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> que se encuentran las bebidas. Tira fuerte de él, tratando de hacer<br />
como algunos prestidigitadores, pero <strong>el</strong> número no le sale. Una decena de bot<strong>el</strong>las<br />
salen despedidas yendo a parar <strong>sobre</strong> los sofás cercanos y <strong>sobre</strong> los invitados.<br />
Algunos vasos se rompen. Step se seca la cara.<br />
Babi lo mira asqueada.<br />
—Eres realmente una bestia.<br />
—Tienes razón, necesito una buena ducha, estoy todo pegajoso. Como es culpa<br />
tuya, la ducha la haremos juntos.<br />
En un abrir y cerrar de ojos, Step se inclina y, cogiéndola por las piernas, se la<br />
echa al hombro. Babi se agita furiosa.<br />
—¡Déjame estar, bájame! ¡Ayudadme!<br />
Ninguno de los invitados interviene. Brand<strong>el</strong>li se levanta y prueba a detenerlo.<br />
Step le da una patada en la tripa que hace que vaya a dar contra un grupo de<br />
invitados. Sch<strong>el</strong>lo ríe como un loco, baila con Lucone dando golpes en la cabeza a los<br />
que pasan por su lado. Alguno reacciona. Junto al disc-jockey estalla una p<strong>el</strong>ea.<br />
Roberta, preocupada, se detiene en la puerta, mirando horrorizada su salón arrasado.<br />
—Perdona, ¿dónde está <strong>el</strong> baño?<br />
Roberta, sin dejarse sorprender por aqu<strong>el</strong> tipo con una chica a hombros, se lo<br />
indica.<br />
—Por allí.<br />
Step le da las gracias y sigue las indicaciones. Llegan <strong>el</strong> Siciliano y Hook,<br />
cargados con huevos y tomates. Empiezan a apuntar a cuadros, paredes e invitados,<br />
sin hacer distinciones, tirando con violencia, con intención de hacer daño. Brand<strong>el</strong>li<br />
se acerca a Roberta.<br />
—¿Dónde está <strong>el</strong> t<strong>el</strong>éfono?<br />
—Allí.<br />
Roberta le indica una dirección opuesta a la d<strong>el</strong> baño. Se siente como un<br />
guardia intentando dirigir aqu<strong>el</strong> tráfico o, mejor, aqu<strong>el</strong> caos terrible que ha estallado<br />
justo en su salón. Desgraciadamente, carece de autoridad para poner una multa a<br />
todos y sacarlos de allí. Alguno, más sabio o más canalla que <strong>el</strong> resto, se acerca a <strong>el</strong>la<br />
y la besa.<br />
—Hola, Roberta, f<strong>el</strong>icidades. Lo sentimos pero nosotros nos marchamos, ¿eh?<br />
—Por allí. —Distraída, indica la puerta de casa de la cual, si no fuera porque es<br />
suya, querría también salir huyendo.<br />
—Déjame, te he dicho que me bajes. Me las pagar{s…<br />
—¿Y quién se encargará de castigarme? ¿Esa especie de perchero que aspira a<br />
convertirse en camarero?<br />
Step entra en <strong>el</strong> baño y abre la puerta corrediza, en r<strong>el</strong>ieve, de la ducha. Babi se<br />
aferra al marco, intentando detenerlo.<br />
—¡No! ¡Socorro! ¡Ayudadme!<br />
Step retrocede, le coge las manos, abriéndos<strong>el</strong>as sin gran dificultad.