Scherzo. Núm. 135

18.
AC IUALIDAIJ
MADRID
I.I.I.ri.l.i.til-1-1- M .1T I.I.I.T.I.T. I I I 1.1
CENTRO CULTURAL DEL CONDE DUQUE
DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID
PAISAJES E IMPRESIPNES:
IA MÚSICA DE JOAQUÍN TURMA
50 aniversario de su muerte (1882-1949)
Lunes 17,24,31 de moyo, 7 y 34 de ¡un»
Lunes 17 de moyo «Contares y recuerdos...»
María Aragón, (anta
Femando Turína, piano
Gregor Acuna. Dk. Escénica
Isabel Vázquez: Coreografía
Lunes 24 de mayo «París-Sevilla: Rincón de támara»
Trío Velázquez
Viciar Arrióla, violin
(laude Druelle, chelo
Pablo Puig, piano
{violin y viola invitados)
Lunes 31 de mayo «Los sonidos de España:
Lo guitarra y el Cuarteto Aguilar»
José M- Gallardo del Rey, guitarra
Cuarteto Paco Aguilar: laúdes españoles
Lunes 7 dejunio «El reflejo de una vida:
El piano en Turinai
Antonia Soria, piano
Lunes 14 de ¡unió íTurmiarwi
Banda Sinfónica Municipal
Juan Foríscort, Diredor
Todos los conciertos serán a las 19,30 h.
«EL PLACER DE DESCUBRIR»
(Música en España e Inglaterra en los ss. XVIII y s. XIX}
Lunes 3 de mayo «Un Compositor romántico en el olvido:
Francisco Molino (U68-1847)*
(can motivo del I SO aniversario de su muerte)
Camerata Romántica
María Muro, soprano
Tu-Shi Úiioo, contratenor
Rene Mora, guitarra
Lunes 10 de mayo *lfl música del Landres de Gainsborough y del Madrid
de Bárbaro de Bragoma»
Sophie Yoles, aove
Obras de Soler, Scarlatti, Sebeas, Albero, J. Larrañoga, T. Arne y R. Jones
(concierto en colaboración con el Brrrish Countil)
CENIfH) CULTURAL DEL (31NDC
brhtu de Madrid
Imhu ór fthaHU
* futaim. Eld
ESTRELLAS RUTILANTES
Dos importa mes figuras
que esián alcanzando
cotas muy alias en el
mundo de la lírica han
visitado Barcelona durante un
fin de semana; la rusa Olga
Borodina y la americana Renée
Fleming, la primera, con
una voz poderosa, dio un recital
en el Palau de la Música
Catalana el día 15 de mayo,
correspondiente a la temporada
del Gran Teatre del Liceu;
el programa rué muy variado
e incluía Arie antiebe, con
una amplia gama de autores,
y los Cantos y danzas de ¡a
muerte de Musorgski. La voz
es de gran calidad, timbrada y
potente en todos los registros;
dio musicalidad al primer grupo
e intensidad al segundo, y
en los bises destacó su sensual
versión de Samson et Dalila.
La acompañó discretamente
Dimitri Yefimov. Renée
Fleming es una cantante
de una musicalidad exquisita
y un sentido del fraseo detallista,
al servicio de un instrumento
timbrado, de correcta
expansión. Su presentación
en Barcelona en el ciclo Palau
100 (16 de mayo) confirmó
las expectativas. En los lieder
de la primera parte reafirmó
las cualidades, aunque quedaron
algo distantes; caso contrario
rué el aria de Faust, llena
de sensibilidad y dominio
del canto francés. Su capacidad
estilística quedó patente
en las Ariettes oubliées de Debussy
y en cuatro canciones
de Strauss cantadas de forma
magistral, al igual que el Canto
a la luna de Rusalka de
Dvorak. En los bises destacó
extraordinariamente en Potgy
and Bess, con un dominio del
género apabullante, y estuvo
muy sutil en La rondine. Steven
Blier, al piano, la arropó
correctamenle.
A.V.
EFUSIÓN Y OPTIMISMO
Barcelona. Auditori. Temporada de la OBC. 3O-1V-99- Pía Se^
tam, violonchelo. Direaor: Leif Se¡{i:rstam. Obras de Segerstam, Lato y
Sibelius. 7-V-99- Judith Howanh, soprano; Greg Fedderiy, tenor, Cornelius
Haupimann, bajo. Director: Lawrence Fosier. Haydn, La Crea-
Dos aciertos en la programación
de la OBC: en el
primer concierto la oportunidad
de escuchar una
obra nueva y además dirigida
por su propio autor, la interesante
partitura Mayo, de Segerstam,
la primera obra de
un atractivo programa con
predominio de la música finlandesa
a cargo de músicos
finlandeses, oportuno y poco
frecuente todo ello; el segundo
acierto, rescatar para la
programación sinfónica -normal-
el bellísimo oratorio
haydniano La Creación. En
este último caso la OBC, reducida
naturalmente en sus
efectivos, demostró que la interpretación
de esta obra no
tiene por qué ser coto exclusivo
de los especialistas en
•música antigua- (de pasada,
La Creación data de 1798);
antes bien, al llevarla con naturalidad
al público habitual
de los ciclos de la Orquesta
se hace justicia al carácter
marcadamente efusivo, comunicativo
de su música. Foster
pareció dirigir desde esa convicción
y quizá por eso no le
importó que en más de una
ocasión se -desmadraran- un
tanto la orquesta y, sobre todo,
los coros, coros de beneméritos
y entusiastas veteranos
(Carmina) o jovenzanos
(Rovira i Virgili), contagiados
de ímpetu efusivo que en alguna
ocasión les llevó a la
precipitación y al grito, jubiloso,
pero grito. Los solistas vocales
estuvieron francamente
bien, con voz bella y plena en
el caso de Howarth y Hauptmann,
y suficiente en el de
Fedderiy, quien, eso sí, debería
repasar su dicción alemana.
Las intervenciones de éstos
y, por parte de la orquesta,
las ágiles y coloristas de los
vientos-madera, son los mejores
recuerdos de una velada
musical optimista y jocunda.
(osé Luis Vidal