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Artículo 1 - Sanatorio Modelo Quilmes

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Efectos inmediatos y alejados<br />

de la isquemia uterina<br />

terapéutica sobre los miomas.<br />

Estudio prospectivo.<br />

A.Aldini¹; E.Torresani²; M.Tilli¹;<br />

D.Chambre²; A.Torres¹; J.Leguizamón²<br />

Hospital Dr. C. Bocalandro¹; Clínica Bazterrica²<br />

Buenos Aires - Argentina<br />

Premio al mejor trabajo de cirugía ginecológica<br />

3°Congreso argentino de cirugía Laparoscópica y Videoasistida<br />

Sociedad Argentina de Cirugía Laparoscópica(SACIL)<br />

Buenos Aires 24 al 26 de marzo de 2001<br />

1


EFECTOS INMEDIATOS Y ALEJADOS DE LA ISQUEMIA UTERINA<br />

TERAPEUTICA SOBRE LOS MIOMAS. ESTUDIO PROSPECTIVO.<br />

A.Aldini¹; E.Torresani²; M.Tilli¹; D.Chambre²; A.Torres¹; J.Leguizamón²<br />

Hospital Dr.C.Bocalandro¹ ; Clínica Bazterrica² - Buenos Aires - Argentina<br />

Resumen<br />

La capacidad del músculo uterino para tolerar la isquemia sin evolucionar hacia la necrosis<br />

masiva, ni sufrir cambios fisiológicos irreversibles, quedó demostrada con la implementación de<br />

la oclusión de las arterias uterinas como táctica alternativa a la histerectomía para resolver<br />

emergencias hemorragíparas gineco-obstétricas. En los últimos años numerosos<br />

investigadores reportaron resultados favorables obtenidos en el tratamiento de los miomas<br />

mediante la oclusión bilateral de las arterias uterinas, realizada por vía endovascular<br />

(embolización) o quirúrgica. Con el objeto de evaluar prospectivamente la seguridad y eficacia<br />

del método y la evolución alejada, seleccionamos pacientes programadas para histerectomía<br />

total por miomatosis ofreciéndoles la oclusión arterial por vía endovascular como tratamiento<br />

alternativo a la cirugía. Se presentan resultados y seguimiento de los primeros tres casos. En la<br />

sala de angiografía, luego de punzar la arteria femoral derecha se introdujo un catéter con<br />

control fluoroscópico alcanzando las arterias uterinas en forma selectiva, se realizó angiografía<br />

con sustracción digital y luego embolización con partículas de polivinilalcohol de 500 a 710 µ,<br />

hasta lograr la oclusión de las mismas. Las pacientes fueron externadas dentro de las 12 hs<br />

posprocedimiento. No se observaron complicaciones. Durante el primer mes, los síntomas<br />

(hipermenorrea-dismenorrea) desaparecieron y no recurrieron durante los 7.66 ± 1.15 meses<br />

de seguimiento. Se realizó Ecografía y Resonancia Magnética Nuclear en la inclusión al<br />

protocolo, a los 3 y 6 meses postprocedimiento observándose que el volumen uterino total se<br />

redujo en un 32%(Basal:186 ± 72.5 cm3 – 6meses:120.3 ± 31.5cm3) y el de los miomas en un<br />

56%(Basal: 26.3 ± 19 cm3 – 6 meses:13.7 ± 15.2 cm3).Los controles de FSH, LH y E2 no<br />

reflejaron alteraciones ováricas La isquemia uterina terapéutica por vía endovascular nos<br />

impresiona como una opción segura y efectiva para el tratamiento de los miomas al reducir su<br />

tamaño la sintomatología y el volumen uterino total. Estos resultados iniciales nos alientan a<br />

continuar desarrollando el método.<br />

Summary<br />

Uterine fibroids are the most common tumors in the female reproductive tract. In many patients,<br />

fibroids are associated with abnormal uterine bleeding, abdominal distention, pelvic pain and<br />

bladder compression with frequent urination. Treatment options for patients with symptomatic<br />

uterine fibroids are commonly surgical, consisting of either a hysterectomy or myomectomy. The<br />

occlusion of the uterine artery by different methods, deprives the fibroids of their primary source<br />

of blood flow, thereby resulting in ischemic necrosis and hyaline degeneration and ultimately in<br />

a decrease in fibroid size and a reduction or elimination of associated symptoms.<br />

In order to evaluate the effects of the therapeutic uterine ischemia in uterine fibroids a<br />

prospective study was designed and carried out.<br />

A sample of women was selected from a list of patients scheduled for abdominal hysterectomy<br />

due to uterine fibroids and percutaneous uterine artery embolization was offered as an<br />

alternative to the surgical treatment. After a successful transcatheter uterine artery embolization<br />

with polivinilalcohol particles, all patients were discharged, within 12 hours, without any<br />

remarkable complication. Symptoms have been successfully controlled within the first month<br />

after procedure and no relapses were noted during the follow up period. Ultrasound and MRI<br />

images showed an important decrease in uterine (32%) and fibroids volume (53%). FSH, LH<br />

and E2 measurements remain normal after the procedure.<br />

Uterine artery embolization is an exciting, new, minimally invasive treatment option for patients<br />

with symptomatic uterine fibroids. The initial experience has shown success in controlling<br />

symptoms and reducing uterine and fibroids volume. These preliminary results encouraged us<br />

to continuing the development of the protocol.<br />

2


Introducción<br />

El arsenal terapéutico para el manejo de las hemorragias masivas de origen gineco-obstétrico,<br />

incluye la ligadura de las arterias ilíacas internas, ováricas y/o uterinas. En 1952 Waters<br />

sistematiza la ligadura de las arterias uterinas para el manejo de la hemorragia postparto. En<br />

1969 Burchell y Mengert demostraron que la ligadura de las arterias ilíacas internas y de<br />

ambas arterias ováricas reduce la presión en la porción distal de la arteria ilíaca interna entre<br />

22 y 24 % con un descenso del flujo sanguíneo del 50%. Este gran descenso de la presión es<br />

seguido de trombosis debido al pequeño calibre de los vasos anastomóticos (14).<br />

En 1977 Smith y Wyatt describen la embolización endovascular de las arterias hipogástricas<br />

para el control de la hemorragia genital masiva.<br />

La preservación anatómica y funcional del útero obtenida con el empleo de estas técnicas<br />

comprueba la notable resistencia del miometrio a la hipoxia.<br />

En 1993 el ginecólogo francés Jacques Ravina y su grupo comenzaron a efectuar la<br />

embolización bilateral de las arterias uterinas con partículas de polivinil alcohol en pacientes<br />

que debían ser sometidas a cirugía por fibromas uterinos con el objeto de disminuir el sangrado<br />

intra y post operatorio; los resultados obtenidos con este método no solo colmaron esta<br />

expectativa, sino que provocaron una llamativa cantidad de cancelaciones en los turnos<br />

quirúrgicos debido a la disminución o desaparición de los síntomas producidos por los miomas,<br />

publicando en 1994 (24) los primeros y favorables resultados obtenidos con este método. A<br />

partir de esta comunicación numerosos trabajos científicos mostraron la eficacia, seguridad y<br />

durabilidad del tratamiento de los miomas uterinos mediante la oclusión de las arterias uterinas<br />

a través de diferentes métodos.<br />

La presente comunicación se efectúa con el objetivo de mostrar nuestra experiencia inicial en<br />

una nueva línea de tratamiento para la miomatosis uterina basada en la isquemia uterina,<br />

lograda mediante embolización endovascular de las arterias uterinas.<br />

Material y métodos<br />

Se seleccionaron pacientes que se encontraban en lista de espera para histerectomía por<br />

miomatosis uterina, ofreciéndoseles el procedimiento como alternativa a la cirugía. Se<br />

presentan los tres primeros casos que cumplieron 6 meses de seguimiento, siendo incluidas<br />

según los siguientes criterios:<br />

Criterios de inclusión:<br />

1. pacientes con paridad cumplida<br />

2. edad entre 40 y 55 años<br />

3. diagnóstico de miomatosis uterina<br />

4. sintomatología que amerite tratamiento<br />

5. falta de respuesta a tratamientos médicos previos<br />

Criterios de exclusión<br />

1. embarazo<br />

2. patología clínica mayor concomitante (DBT, HTA, etc.)<br />

3. presencia de miomas pediculados<br />

4. antecedentes de enfermedad pelviana inflamatoria reciente<br />

5. presencia de patología maligna sospechada o confirmada<br />

6. infección genital en actividad<br />

7. leucocitosis mayor de 10.000 / mm3<br />

8. toda aquella paciente que no cumpla con los criterios de inclusión<br />

En todas las pacientes se llevó a cabo el siguiente protocolo de estudio preprocedimiento:<br />

- Examen ginecológico<br />

- Ecografía ginecológica<br />

- Laboratorio completo<br />

- ECG y riesgo quirúrgico<br />

- Papanicolaou y colposcopía<br />

- Histeroscopía con biopsia de endometrio<br />

- Resonancia magnética nuclear(RMN) con y sin gadolinio<br />

- Dosaje de FSH, LH y Estradiol<br />

3


Cumplidos los criterios de inclusión y previa firma del consentimiento informado, las pacientes<br />

fueron sometidas a embolización endovascular superselectiva de arterias uterinas con<br />

partículas de polivinilalcohol.<br />

Todos los procedimientos se realizaron durante la fase proliferativa del ciclo menstrual.<br />

Técnica de embolización:<br />

Las pacientes fueron trasladadas a la sala de cateterismos, se les colocó una vía venosa<br />

periférica y una sonda vesical (para evitar que la acumulación de sustancia de contraste en la<br />

vejiga impidiera visualizar adecuadamente las arterias de interés); un anestesiólogo realizó<br />

sedación y profilaxis antibiótica con 1 g de cefalotina EV. Se realizó asepsia de ambas regiones<br />

inguinales y genitales externos con solución de iodopovidona, se colocaron campos quirúrgicos<br />

y bajo anestesia local se punzó la arteria con aguja ad-hoc. Se avanzó una cuerda 0.035” en<br />

forma retrógrada bajo control fluoroscópico hasta la aorta abdominal se retiró la aguja y colocó<br />

de igual forma un introductor 6F,posteriormente se administraron a través del mismo 5.000 UI<br />

de heparina sódica(para evitar trombosis del introductor y/o catéteres durante el<br />

procedimiento), se conectó el sistema a un monitor de presiones para monitoreo continuo de la<br />

presión arterial. A través del introductor y sobre cuerda 0.035” en J se avanzó un catéter<br />

Glidecath ® (Terumo) cobra 2 de 5F bajo control fluoroscópico hasta la aorta abdominal, iIíaca<br />

primitiva izquierda e ilíaca interna izquierda, se realizó angiografía de control utilizándose como<br />

sustancia de contraste Iopamiron ® 300 (Schering) visualizándose sus ramas incluyendo la<br />

arteria uterina. Luego de individualizar ésta última se avanzó el catéter sobre la misma pero<br />

con una cuerda hidrofílica 0.035” Hydronol ® (Cordis)que permitió mejor progresión en las<br />

habituales tortuosidades de dicha arteria, el catéter fue introducido lo suficiente hasta superar<br />

en lo posible las ramas cervicovaginales, testeándose el reflujo con angiografía.<br />

Es frecuente que con estas maniobras se desencadene espasmo de la arteria, el mismo fue<br />

manejado con vasodilatadores locales. Una vez introducido el catéter hasta el punto deseado<br />

se realizó angiografía con sustracción digital visualizándose el trayecto de la arteria y sus<br />

ramas. Debido a las tortuosidades de la arteria uterina ocasionalmente el avance es dificultoso<br />

en cuyo caso esto pudiera ser solucionado con microcatéteres introducidos por la luz del<br />

catéter antes mencionado.<br />

Caso 1:Arteria iliaca interna izquierda Caso1: Arteria uterina izquierda<br />

Posteriormente se realizó embolización con partículas de polivinilalcohol (PVA) de 500 – 710 µ<br />

(Trufill ® –Cordis) mezcladas en una solución constituida por 50% de contraste y 50% de<br />

solución fisiológica, utilizándose en promedio 2 frascos de partículas por arteria.<br />

4


Microfotografía de partículas de PVA.<br />

La solución fue inyectada manualmente con jeringa de 10 cm3 y periódicamente se “lavó” con<br />

solución fisiológica y controló con angiografía el resultado “parcial”. Con cierta frecuencia el<br />

catéter se ocluyó ya sea por “hidratación” de las partículas (esto es poco probable debido a que<br />

son de PVA) o a adherencia entre ellas al ponerse en contacto con la sangre, el contraste y/o la<br />

solución fisiológica; en dicha circunstancia se “interrumpió” transitoriamente la inyección y pasó<br />

lentamente la cuerda para “destapar”el catéter, una vez logrado esto se testeó con contraste y<br />

prosiguió con la embolización; dicha maniobra debió repetirse varias veces. Se dio por<br />

finalizada la embolización cuando se visualizó detención del flujo en la arteria, lo que coincidió<br />

con estasis de contraste en los miomas y el útero, realizándose una angiografía final para<br />

objetivar el resultado.<br />

Caso 1:Arteria uterina izquierda postembolización<br />

Hecho esto se retiró el catéter hasta la arteria ilíaca primitiva izquierda se introdujo una cuerda<br />

hasta la bifurcación aórtica y rotando el catéter en forma antihoraria se empujó el sistema en<br />

sentido craneal con el objeto de conformar un “loop de Waltman” (si dicha maniobra no fuese<br />

exitosa, se puede intentar una similar luego de cateterizar la arteria renal izquierda u otra rama<br />

abdominal) luego se retiró el sistema con el loop conformado apuntando su punta hacia la<br />

arteria ilíaca primitiva derecha, y con una ligera rotación horaria se cateterizó selectivamente la<br />

arteria ilíaca interna derecha; si tales maniobras no fuesen exitosas pudiera intentarse<br />

cateterizar la arteria en forma directa (sin loop), cambiar de catéter o punzar la arteria femoral<br />

contralateral. Una vez selectivizada la ilíaca interna derecha se realizó angiografía de control<br />

con el objeto de visualizar las ramas incluyendo la uterina, y luego de ubicar la misma se<br />

avanzó la cuerda hidrofílica 0.035” antes mencionada y el catéter procediéndose de igual forma<br />

que en el lado izquierdo.<br />

5


Caso 1:Arteria uterina derecha<br />

Caso 1:Arteria uterina derecha postembolización con y sin sustracción digital<br />

Finalizado el procedimiento las pacientes pasaron a sala de recuperación retirándose el<br />

introductor y realizando compresión manual durante aproximadamente 20 minutos hasta lograr<br />

una adecuada hemostasia.<br />

Seguimiento postprocedimiento<br />

Todas las pacientes permanecieron en sala de recuperación durante las siguientes 8 a 12 hs.<br />

efectuándose control clínico, de laboratorio básico, curva de temperatura y escala de dolor.<br />

El laboratorio solicitado fue hemograma completo, eritrosedimentación y orina completa. Los<br />

dosajes hormonales incluyeron LH, FSH y E2.La escala de dolor se construyó con un rango de<br />

1 a 10, siendo 1 el menor dolor imaginado y 10 el mayor que pueda imaginar.<br />

El esquema analgésico se adecuó a las necesidades clínicas de cada paciente.<br />

Criterios de alta de internación:<br />

- temperatura axilar menor de 38°C<br />

- ausencia de vómitos<br />

- ausencia de hematoma significativo en el sitio de punción<br />

- dolor controlable con analgésicos orales<br />

Todas las pacientes fueron externadas con indicación de consultar en caso de presentar dolor<br />

severo, fiebre o genitorragia.<br />

6


Las pacientes fueron monitoreadas sistemáticamente al:<br />

- Tercer día: control clínico, laboratorio, escala de dolor<br />

- Séptimo día: control clínico, laboratorio, escala de dolor<br />

- Quinceavo día: control clínico.<br />

- Un mes: control clínico.<br />

- Tercer mes: control clínico, laboratorio con dosaje hormonal. Ecografía y RMN<br />

- Sexto mes: control clínico, dosaje hormonal. Ecografía con doppler color de arterias<br />

uterinas y ováricas, y RMN<br />

Resultados<br />

Se presentan a continuación los datos clínicos de las primeras tres pacientes que<br />

completaron el protocolo de seguimiento a seis meses:<br />

- Caso 1: paciente de 41 años, tercigesta, tercípara, que consulta por hipermenorreas de<br />

larga data que no respondieron a la medicación hormonal, y dismenorrea severa<br />

comparable en intensidad a los dolores del parto. Ecografía que informa útero de 120<br />

mm de diámetro longitudinal con núcleo miomatoso de 60 x 50 x 50 mm.<br />

- Caso 2:paciente de 44 años, secundigesta, secundípara, que consulta por<br />

hipermenorreas, sin repuesta a la medicación y dismenorrea. Ecografía útero de 100<br />

mm de diámetro longitudinal con núcleo miomatoso de 22 x 25 x 25 mm.<br />

- Caso 3:paciente de 43 años, secundigesta, secundípara, que consulta por<br />

hipermenorreas de larga data que la llevaron a una anemia crónica que requirió<br />

transfusiones en varias oportunidades. Dismenorrea moderada. Ecografía útero de 141<br />

mm de diámetro longitudinal con núcleo miomatoso de 48 x 33 x 33 mm.<br />

Todos los miomas eran intramurales.<br />

El procedimiento de embolización tuvo una duración aproximada de 45 minutos, lográndose la<br />

cateterización superselectiva de ambas arterias uterinas hasta el nivel deseado(posterior a las<br />

ramas cervicovaginales)en todas las pacientes a pesar de las tortuosidades y sin necesidad de<br />

utilizar microcatéteres.<br />

Caso 3:Arteria uterina derecha con gran tortuosidad.<br />

Sin embargo en una de las pacientes (caso 2) debido a observar una anatomía angiográfica<br />

poco alterada (sin desplazamiento de los vasos, ni objetivación de impregnación secundaria del<br />

mioma con la sustancia de contraste) en el territorio de la arteria uterina derecha y en la que la<br />

RMN mostraba un mioma lateralizado hacia el hemisferio uterino izquierdo, por consenso entre<br />

ginecólogos e intervencionistas decidimos realizar embolización unilateral (izquierda) con el<br />

afán de lograr el objetivo, preservando la mayor cantidad de parénquima posible.<br />

7


Caso 2: Arteria uterina derecha de aspecto normal Caso 2: Arteria uterina izquierda<br />

Las pacientes fueron dadas de alta de internación dentro de las 12 hs postprocedimiento<br />

realizándose el seguimiento según protocolo.<br />

Se observó dolor leve en la paciente en que se embolizó solo una de las arterias uterinas (caso<br />

2) y moderado a severo en las dos restantes alcanzando en el caso 1 un máximo de 9 en la<br />

escala de dolor a las 48 hs postembolización (Tabla 1).<br />

Evolución del dolor según escala<br />

Tiempo postprocedimiento Caso 1 Caso 2 Caso 3<br />

6 hs 5 1 6<br />

24 hs 3 1 2<br />

48 hs 9 2 2<br />

72 hs 7 2 4<br />

7° día 0 0 0<br />

Tabla 1<br />

En ningún caso fue observada la tríada clásica del síndrome postembolización (náuseas, fiebre<br />

y dolor) en forma completa. Dos de las pacientes presentaron leucocitosis significativa al tercer<br />

día, habiéndose normalizado al séptimo día (Tabla 2).<br />

Leucocitos en sangre (mm3)<br />

Caso 1 Caso 2 Caso 3<br />

Pre-embolización 8.300 5.200 7.400<br />

Postprocedimiento inmediato 10.000 7.700 8.000<br />

3° día 20.300 6.200 13.000<br />

7° día 10.800<br />

Tabla 2<br />

6.000 6.800<br />

En las tres pacientes se observó una notable mejoría clínica con desaparición del dolor y<br />

disminución del sangrado menstrual, sin observarse reaparición de la sintomatología durante el<br />

período de seguimiento evaluado (7.66 ± 1.15 meses).Ninguna paciente evidenció trastornos<br />

en su ciclo menstrual durante el tiempo de seguimiento realizado.<br />

Todas las pacientes mostraron al sexto mes una marcada disminución del volumen uterino total<br />

y del volumen del mioma principal (definido así por ser el de mayor tamaño).<br />

8


Caso 1:RMN inicial y a los 6 meses postembolización.<br />

La disminución del volumen uterino total alcanzó un promedio de 32%(Tabla 3).<br />

Volumen uterino total (Inicial y 6 meses)<br />

Caso 1 Caso 2 Caso 3 Media DS<br />

Vol.uterino inicial (cm3) 187 113 258 186 72.51<br />

Vol.uterino 6 meses(cm3) 109 96 156 120.33 31.56<br />

Reducción (cm3) 78 17 102 65.67 43.82<br />

Reducción (%) 42% 15% 40% 32% 15%<br />

Tabla 3<br />

Concomitantemente el mioma principal mostró una disminución media del 56% (Tabla 4).<br />

Volumen mioma principal (Inicial y 6 meses)<br />

Caso 1 Caso 2 Caso 3 Media DS<br />

Vol.inicial (cm3) 45 7 27 26.33 19.01<br />

Vol.6 meses (cm3) 31 2.4 7.8 13.73 15.20<br />

Reducción (cm3) 14 4.6 19.2 12.6 7.4<br />

Reducción (%) 31% 66% 71% 56% 22%<br />

Tabla 4<br />

Los dosajes hormonales se encontraron siempre dentro del rango normal(Tabla 5)<br />

Dosajes hormonales<br />

Pre-embolización<br />

3° mes<br />

6° mes<br />

Caso 1 Caso 2 Caso 3<br />

FSH (mUI /ml) 9.5 12 4.9<br />

LH (mUI / ml) 4.8 5,3 9.6<br />

E2 (ρg / ml) 53 93 171<br />

FSH (mUI / ml) 8.4 6.5 3.6<br />

LH (mUI / ml) 6.5 8.7 1.9<br />

E2 (ρg / ml) 38 123 202<br />

FSH (mUI / ml) 13 7.1 6<br />

LH (mUI / ml) 3.1 9 8<br />

E2 (ρg / ml)<br />

Tabla 5<br />

27 130 270<br />

9


En el caso 2 el mioma que inicialmente era intramural se hizo submucoso objetivándose por<br />

RMN a los 6 meses de seguimiento.<br />

Caso 2:RMN de mioma inicialmente intramural que se hace submucoso a los 6 meses.<br />

Efectuamos eco-doppler color al sexto mes en todas las pacientes con el fin de objetivar la<br />

perfusión uterina observándose normalidad de la misma en todas las pacientes.<br />

Discusión<br />

Caso 1:Eco-doppler a los 6 meses<br />

El mioma, es el tumor pelviano benigno más común en las mujeres, compuesto por fibras<br />

musculares lisas, fibroblastos y colágeno, originado cada uno a partir de una sola célula<br />

miometrial mutada, siendo por lo tanto diferentes células las que originan los distintos núcleos<br />

de miomas en aquellos úteros polimiomatosos. Clásicamente se describen según su<br />

localización miomas subserosos, intramurales y submucosos. Más recientemente se los<br />

clasifica según Buttram (4) como:<br />

I.-Seroso pedunculado<br />

II.-Intramural -Subseroso<br />

-Puro<br />

-Submucoso<br />

III.-Intracavitario -Con protrusión<br />

-Pedunculado<br />

10


Los estudios clínicos muestran que la incidencia de leiomiomas en las mujeres en edad<br />

reproductiva oscila entre 20 y 25 %, con un índice de prevalencia en material de autopsias de<br />

hasta 77% (8,20).<br />

Los miomas están compuestos por dos fracciones, una que produce su crecimiento, es<br />

metabólicamente activa y está formada por células de músculo liso y fibroblastos, y otra<br />

extracelular y funcionalmente inerte. La proporción entre ambas se relaciona con la respuesta,<br />

en términos de reducción de volumen, al tratamiento con análogos GnRH o con los diferentes<br />

métodos de oclusión de la arteria uterina: a mayor proporción de tejido metabólicamente<br />

activo mayor reducción del volumen del miom a (2).<br />

Los miomas sufren un proceso de degeneración que se produce porque crecen mas<br />

rápidamente que los vasos sanguíneos que los irrigan excediendo la capacidad nutricia de los<br />

mismos, estando por esta razón el tejido miomatoso más pobremente vascularizado, en<br />

general, que el miometrio circundante (2). Por la misma razón es que los miomas de mayor<br />

tamaño se encuentran sometidos a mayores cambios degenerativos que los de menor tamaño.<br />

El miometrio está formado por fibras de músculo liso y posee una trama vascular que le permite<br />

redireccionar el flujo sanguíneo según los distintos requerimientos funcionales; esto se<br />

evidencia por el hecho, que pese a la enorme demanda adicional del útero durante la<br />

gestación, este, nunca sufre infartos, a diferencia de los miomas y la placenta que<br />

ocasionalmente si los sufren (17,30). La irrigación uterina se realiza primariamente por las<br />

arterias uterinas y en forma secundaria por ramas colaterales anastomóticas de las arterias<br />

ováricas; estas comunicantes son tan pequeñas que solo se ven en el 10% de los casos de las<br />

angiografías abdominales y en el 17% al realizar angiografías selectivas de las arterias uterinas<br />

(25). Estas comunicantes pueden potencialmente proveer la irrigación tanto al útero como a sus<br />

miomas. La disposición de las arterias intrauterinas permite a través de las arterias arcuatas,<br />

que el flujo sanguíneo se distribuya libremente desde el hemiútero izquierdo hacia el derecho y<br />

viceversa. Finalmente colaterales menos conocidas provenientes de la aorta, ilíaca externa y<br />

epigástrica completan la red vascular uterina (18,19). Esta disposición anatómica hace que,<br />

para obturar el flujo sanguíneo uterino primario, la oclusión deba realizarse en forma distal a<br />

las arterias iliacas internas, dado que la obstrucción de estas arterias no detiene en forma total<br />

el flujo sanguíneo anterógrado en las arterias uterinas (3). Dicho flujo, persiste a través de<br />

colaterales anteriores o posteriores, aunque con su presión de pulso disminuida a tal punto que<br />

se asemeja a un sistema venoso y no arterial. Este mecanismo modifica la irrigación del útero<br />

pero no produce isquemia. Los miomas uterinos reciben su irrigación a través de ramas<br />

capsulares y centrales provenientes de las arterias arcuatas siendo su vascularización variable,<br />

en algunos casos mayor que en el miometrio circundante y en otros lo contrario, no obstante la<br />

mayoría de las veces el miometrio periférico tiene mayor número de arterias por volumen tisular<br />

que el tejido miomatoso (26,27).<br />

La mayoría de los miomas son asintomáticos, oscilando el porcentaje de los sintomáticos entre<br />

10 y 40 % (5,12).El síntoma más comúnmente asociado es el sangrado anormal, que típicamente<br />

se presenta como hipermenorrea. Si bien se desconoce la fisiopatología precisa de este<br />

síntoma se han postulado diversos mecanismos para su producción que incluyen:<br />

- Ulceraciones en el endometrio suprayacente al tumor.<br />

- Aumento de la superficie endometrial<br />

- Déficit en la contracción del útero.<br />

- Alteraciones en la microvasculatura endometrial, particularmente ectasia venular, lo<br />

que dificultaría la acción de los mecanismos hemostáticos endometriales normales<br />

siendo esta la explicación fisiológica más aceptada actualmente (10).<br />

El dolor pelviano difícilmente esté causado directamente por el mioma excepto en raros y<br />

específicos casos en los que suele estar vinculado a degeneraciones agudas (23). Los síntomas<br />

provocados por el aumento del volumen uterino, sensación de presión pelviana y compresión<br />

de vísceras adyacentes, son referidos por hasta un tercio de las mujeres que llegan a la<br />

consulta. Ocasionalmente se observan incremento de la frecuencia urinaria, urgencia o<br />

incontinencia miccional. De igual forma un tumor grande en la región posterior del útero puede<br />

asociarse a sensación de presión rectal. Pese a que se ha observado ocasionalmente<br />

hidronefrosis, nunca han sido informados casos de obstrucciones ureterales completas<br />

secundarias a miomas.<br />

Actualmente no existen datos controlados que sustenten una asociación causal entre<br />

leiomiomas e infertilidad, sin embargo es habitual encontrar atribuidos a este tumor casos de<br />

esterilidad, abortos habituales, partos prematuros y distocia (29). La asociación de miomas y<br />

embarazos es una eventualidad poco frecuente, describiéndose una incidencia del 2 al 4 %<br />

presentándose complicaciones en el 10% de los mismos (1).<br />

11


El diagnóstico de miomatosis uterina puede presumirse en un 95% de los casos sobre la base<br />

del examen físico (12). Esta patología se sospecha al realizar un examen bimanual que revela<br />

un agrandamiento uterino firme e irregular.<br />

El diagnóstico por imágenes de los miomas uterinos puede realizarse por distintos métodos,<br />

dependiendo de los síntomas y del plan terapéutico, cuál será el de elección para cada<br />

paciente en particular. En su forma transabdominal y transvaginal, la ecografía, es el<br />

procedimiento más asequible para confirmar el diagnóstico, siendo el más operador -<br />

dependiente de los métodos. La imagen ecográfica del mioma ha sido perfectamente descripta<br />

como una masa única o múltiple, de bordes netos con ecogenicidad variable y dependiente de<br />

la relación entre el tejido fibroso, el músculo liso y la extensión de los cambios degenerativos.<br />

Pese a la alta sensibilidad debido a las variaciones en la ecogenicidad en el examen<br />

ultrasónico, en un estudio norteamericano se reporta un 22% de resultados falsos negativos(13).<br />

El método de diagnóstico por imágenes mas preciso para detectar la presencia de miomas, su<br />

tamaño y localización es la RMN (31). La RMN tiene capacidad de imagen multiplanar y es<br />

relativamente independiente del operador. Las imágenes típicas de los miomas son<br />

redondeadas con una intensidad de señal similar al miometrio adyacente y al músculo<br />

esquelético en T1, siendo por lo tanto de difícil diagnóstico en esta secuencia. Las secuencias<br />

en T2 muestran a los leiomiomas sin cambios degenerativos como lesiones bien definidas y de<br />

baja intensidad de señal con respecto al miometrio circundante. La presencia de cambios<br />

degenerativos producen señales alteradas, no pudiendo diferenciarse entre cambios hialinos,<br />

mixomatosos o degeneración quística. Los miomas con alto contenido celular pueden tener una<br />

señal relativamente alta en T2 y mostrar un aumento de la misma con el uso del gadolinio (15).<br />

Es el único método capaz de realizar diagnóstico diferencial con la adenomiosis.<br />

Caso 1: RMN mioma uterino (corte sagital)<br />

Clásicamente el tratamiento de los miomas uterinos presenta distintas alternativas médicas o<br />

quirúrgicas. La técnica quirúrgica utilizada con mas frecuencia es la histerectomía total. Se<br />

estima que de la población femenina de Estados Unidos, 200.000 mujeres al año son<br />

sometidas a esta cirugía (16), siendo la miomectomía con 118.000 procedimientos / año, la que<br />

le sigue en frecuencia (21). El tratamiento médico incluye como alternativas la conducta<br />

expectante con controles periódicos para monitorizar síntomas y tamaño uterino, y el manejo<br />

hormonal, siendo el empleo de análogos GnRH la terapia médica más empleada actualmente.<br />

En la última década han sido reportados nuevos abordajes terapéuticos basados en los efectos<br />

producidos en el mioma al someter al útero a isquemia transitoria (2,24).<br />

Existen diferentes alternativas para ocluir la arteria uterina, siendo las más frecuentemente<br />

utilizadas:<br />

• La embolización endovascular con diferentes partículas: polyvinyl alcohol, esponja de<br />

gelatina absorbible.<br />

• La oclusión quirúrgica mediante el empleo de suturas de seda, clip vasculares y<br />

coagulación con radiofrecuencia.<br />

Durante el procedimiento de embolización, el trayecto que siguen las partículas inyectadas en<br />

las arterias uterinas está determinado por la distribución anatómica de dicha arteria y los<br />

12


cambios fisiológicos que en ella ocurren; anatómicamente debido a la red vascular uterina las<br />

partículas inyectadas en la arteria uterina pueden llegar a cualquier territorio irrigado por las<br />

mismas. El flujo sanguíneo proveniente de dicha arteria determina que cantidad de partículas<br />

alcanzan el miometrio, los miomas u otros órganos. Las partículas no presentan afinidad tisular,<br />

simplemente siguen el torrente sanguíneo. Si el 10% del flujo va hacia el cervix, el 60% a un<br />

mioma, el 15% al miometrio y el 15% a las arterias comunicantes, los territorios irrigados por<br />

este flujo sanguíneo recibirán el mismo porcentaje de las partículas inyectadas. La distribución<br />

de las partículas en los tejidos se reflejará según el número de arterias por gramo de tejido,<br />

como generalmente el miometrio tiene mayor irrigación, la distribución relativa de las partículas,<br />

será mayor para el tejido uterino que para los miomas, aunque los mismos estén irrigados por<br />

vasos de mayor calibre. Mediante la marcación de partículas de polyvinyl alcohol, se ha<br />

observado que en caso de conexiones arteriovenosas lo suficientemente grandes para permitir<br />

su pasaje, las mismas pueden fluir y llegar hasta los pulmones (9). Sin embargo, a menos que el<br />

útero mostrara este tipo de malformaciones, se detendrán en algún lugar del miometrio. Las<br />

partículas se localizarán en la pared de dichos vasos produciendo el enlentecimiento del flujo<br />

circulatorio y la consiguiente formación de coágulos que finalmente terminarán ocupando hasta<br />

la arteria uterina misma.<br />

En nuestra experiencia la técnica de embolización nos resulta sencilla y segura con el material<br />

empleado, siendo perfectamente posible cateterizar ambas arterias uterinas desde un solo sitio<br />

de abordaje, si bien no descartamos en casos seleccionados (probablemente con arterias<br />

ilíacas muy tortuosas) la necesidad de utilizar ambas vías femorales. A pesar de las<br />

flexuosidades y pequeño diámetro (alrededor de 2mm) de la arteria uterina, en esta<br />

experiencia, no fue necesario el uso de microcatéteres, no descartándose la posibilidad de<br />

utilizarlos en procedimientos posteriores. Pensamos que es de importancia la angiografía con<br />

sustracción digital con el objeto de identificar el “blush” (impregnación del parénquima con<br />

sustancia de contraste) del mioma el cual hemos logrado diferenciar del miometrio subyacente<br />

correlacionando los hallazgos angiográficos con los de la RMN; esto permitiría en algunas<br />

pacientes seleccionadas como el caso 2, la embolización unilateral con lo que probablemente<br />

disminuiríamos el síndrome posembolización, asegurando además la viabilidad de útero y<br />

ovarios proyectándonos en un futuro a pacientes de menor edad con expectativas de<br />

embarazo, sin embargo debido al carácter múltilple de los miomas esta conducta nos pondría<br />

en la necesidad de un segundo procedimiento ante recidivas. Este es para nosotros en la<br />

actualidad uno de los interrogantes no resueltos, puesto que si bien en la literatura<br />

internacional se recomienda la embolización bilateral (2), en nuestra experiencia hasta el<br />

momento la embolización unilateral fue igualmente exitosa para el control de los síntomas y<br />

reducción de los miomas como en el caso 2 donde se observó un mioma único localizado en el<br />

hemiútero izquierdo. Es necesario llegar con el catéter hasta atravesar el nivel de emergencia<br />

de las ramas cervicovaginales debido a que la embolización de las mismas fue relacionada con<br />

alteraciones posteriores en el orgasmo; si bien el mecanismo fisiopatológico no está totalmente<br />

aclarado. Durante la embolización existe algún grado de reflujo hacia dichas ramas, habiendo<br />

comprobado en todos los casos la permeabilidad de al menos de una de ellas al final del<br />

procedimiento, no habiéndose manifestado hasta el momento en nuestras pacientes dicha<br />

alteración. Hemos utilizado partículas de polivinilalcohol y no esponja de gelatina debido a su<br />

más lenta repermeabilización (semanas a meses) con el objeto de lograr una isquemia de<br />

mayor duración, y con ella la necrosis del mioma (si bien no estamos seguros cuanto tiempo de<br />

isquemia es necesario para lograr este efecto); las elegimos de 500 a 710 µ debido a que<br />

hemos encontrado reportes en los que con las de menor tamaño se observó alguna incidencia<br />

de infecciones endometriales postembolización probablemente relacionadas con obstrucción<br />

de los vasos a dicho nivel, dificultades para el reclutamiento de circulación colateral, daño<br />

endometrial y posterior infección.<br />

Luego de la oclusión de las arterias uterinas, la irrigación dependerá fundamentalmente de las<br />

arterias ováricas. Esta transición es producida como respuesta a la isquemia. En ciertos casos,<br />

anomalías anatómicas transforman a los vasos ováricos en los responsables de la irrigación<br />

primaria del útero (22). En estos casos la oclusión de las arterias uterinas no producirá isquemia<br />

miometrial ni miomatosa. El estudio anatomopatológico de piezas de histerectomía y<br />

miomectomía, demostró la localización final de las partículas inyectadas. Las piezas de<br />

miomectomías fueron examinadas entre un día y dos años luego de la oclusión con partículas<br />

de polyvinyl alcohol (7). Entre cuatro días y una semana, la histología demostró degeneración<br />

roja de los miomas (necrosis hemorrágica). Luego de una semana fueron observados cambios<br />

fibróticos hialinos, todos ellos estrictamente limitados a los fibromas. La anatomía vascular<br />

permite afirmar que las partículas endoarteriales alcanzarán el miometrio, los fibromas y los<br />

ovarios, por lo tanto la oclusión por embolización no es selectiva de los fibromas. Sin embargo<br />

y por razones no conocidas los mismos no resisten la isquemia transitoria, a diferencia del<br />

13


miometrio que si lo hace. Esto ha sido confirmado por estudios anatomopatológicos (2,7).<br />

Estudios realizados con RMN y TAC demuestran que el músculo uterino sufre la isquemia en<br />

forma inmediata luego de la oclusión arterial, pero dentro de la semana posterior la circulación<br />

colateral permite la revascularización del mismo no observándose daño residual en la mayor<br />

parte del tejido (2). Esta es una posible explicación al hecho de que, si bien la preservación de la<br />

fertilidad no ha sido un objetivo buscado por la mayoría de los autores, han sido reportadas<br />

gestaciones con buenos resultados perinatales en pacientes sometidas a procedimientos de<br />

embolización uterina para el tratamiento del mioma.<br />

En estos tres primeros casos realizamos eco-doppler de arterias uterinas y ováricas a los 6<br />

meses de seguimiento objetivándose perfusión uterina normal, este hallazgo nos hace pensar<br />

firmemente en la transitoriedad de la isquemia ya sea por repermeabilización de la arteria<br />

uterina ocluida durante el procedimiento o por reclutamiento de circulación colateral. Con el<br />

objeto de poder diferenciar lo antes mencionado (repermeabilización versus circulación<br />

colateral) e intentar establecer el momento probable de reperfusión hemos decidido modificar<br />

ligeramente nuestro protocolo inicial incorporando el eco-doppler previo al procedimiento de<br />

embolización, a la semana, al mes y a los tres y seis meses de seguimiento.<br />

Cuando se efectúa la obturación completa de ambas arterias no existe flujo sanguíneo primario<br />

hacia el miometrio ni hacia los fibromas ya que el flujo sanguíneo proveniente de la red<br />

vascular colateral inicialmente es insuficiente para irrigar dichos tejidos; por lo que permanecen<br />

isquémicos hasta que dicho flujo alcanza los niveles adecuados. Es durante este período<br />

cuando se produce el infarto del mioma. Este hecho determina que casi todas las pacientes<br />

sometidas a la oclusión de la arteria uterina tengan un intenso dolor pelviano postprocedimiento<br />

inmediato, el mismo está causado por la isquemia del miometrio mas que por la del mioma. Se<br />

ha correlacionado este dolor con el tiempo de reperfusión, transcurrido el cual comienza a<br />

disminuir. En los casos presentados se observó el mayor dolor a las 48 hs postprocedimiento<br />

(9 de intensidad en la escala de dolor). El llamado dolor tardío (de ocurrencia hasta el 7día) que<br />

se correlaciona junto con la fiebre y la leucocitosis con la necrosis del mioma en nuestra<br />

casuística no se presentó.<br />

Durante el tiempo que el miometrio se encuentra en situación de isquemia, los fibromas se<br />

infartan irreversiblemente, siendo probable que el miometrio tenga una capacidad de reserva<br />

de oxígeno que le permita soportar el período más intenso de isquemia que dura<br />

aproximadamente 24 horas. Algún mecanismo en las células del mioma las vuelve más<br />

sensibles a la isquemia o les impide lisar los coágulos para recuperar flujo sanguíneo a través<br />

de la circulación colateral. Si el fibroma está compuesto por una proporción mayor de tejido<br />

metabólicamente activo que de tejido en degeneración, la reducción del volumen será muy<br />

notable; inversamente si existe una mayor proporción de tejido fibroso, el cambio de volumen<br />

será menos notorio. La reducción en el tiempo del volumen uterino total en los casos<br />

presentados alcanzó en promedio a un 32% y de manera semejante en los miomas principales<br />

se observó una reducción del 56%. Este hecho trae aparejado un beneficio asociado en<br />

relación con el “efecto de masa” por compresión de órganos vecinos.<br />

La oclusión de las arterias uterinas por cualquier método causa la formación de coágulos<br />

bilaterales en las arterias intrínsecas y extrínsecas del útero. Las arterias ocluidas producen<br />

una severa isquemia transitoria que emite una señal de hipoxia que produce un aumento del<br />

flujo sanguíneo colateral a través de las arterias ováricas el cual produce la lisis de los<br />

coágulos y reestablece el flujo sanguíneo uterino. Durante el período isquémico se produce el<br />

infarto definitivo de los miomas.<br />

Las grandes series internacionales muestran resultados satisfactorios en el 81% al 96% (6,11) de<br />

los pacientes. Esto indica que entre el 4% y el 19% de las pacientes sometidas a embolización<br />

no mostrarán una adecuada respuesta clínica. El fracaso terapéutico se define como la<br />

ausencia de beneficios clínicos demostrables luego de un procedimiento técnicamente exitoso<br />

de embolización de ambas arterias uterinas; el mismo, puede deberse a: embolización<br />

incompleta, leiomiomas extremadamente voluminosos, leiomiosarcoma uterino, adenomiosis<br />

coexistente o presencia de circulación colateral.<br />

Si bien se han observado éxitos con la embolización en pacientes con fibromas muy<br />

voluminosos y/o con adenomiosis, la posible persistencia de los síntomas deben ser tenidos en<br />

cuenta antes de indicarla. La falta de reducción del volumen uterino total y/o de los miomas<br />

debe hacer presumir la presencia de un leiomiosarcoma.<br />

Las potenciales complicaciones de la embolización (28) de las arterias uterinas aunque no<br />

observadas en los casos aquí expuestos deben dividirse en 3 grupos: a) Fallas técnicas,<br />

b) Complicaciones inmediatas y c) Complicaciones alejadas. Las fallas técnicas, definidas<br />

como la imposibilidad de cateterizar y/o embolizar ambas arterias uterinas, ocurren en el 1% a<br />

2% de los casos influidas por factores anatómicos producidos por grandes miomas uterinos,<br />

obesidad o inexperiencia del operador. Las complicaciones inmediatas postprocedimiento<br />

14


incluyen aquellas relacionadas con la embolización no deseada de órganos vecinos o las<br />

comunes a procedimientos angiográficos en general que incluyen reacciones alérgicas al<br />

medio de contraste, hematomas, seudoaneurismas, etc. Aunque todas las ramas de las<br />

arterias ilíacas internas pueden sufrir embolización no deseada, estas complicaciones se evitan<br />

mediante el conocimiento detallado de la anatomía vascular arterial y con una cuidadosa<br />

técnica angiográfica. Dentro de las complicaciones inmediatas han sido reportados dos casos<br />

con desenlace fatal, atribuidos, uno a sepsis por E. coli y el otro a tromboembolismo pulmonar<br />

(2). La endometritis potsprocedimiento se reporto con una incidencia menor al 1%. Dentro de las<br />

complicaciones tardías se pueden mencionar: amenorrea (2% al 14%) (28), injuria isquémica<br />

uterina y expulsión transcervical de los fibromas embolizados. La amenorrea transitoria puede<br />

ocurrir por efecto de la atrofia endometrial; estos cuadros se asocian al retorno de la<br />

menstruación normal dentro de los 3 a 6 meses postprocedimiento y cursan con valores<br />

normales de FSH y LH. Por el contrario la trombosis de la arteria ovárica producida por la<br />

inyección de partículas en dicho territorio explicarían el mecanismo de producción de<br />

amenorrea definitiva luego de la embolización endovascular de la arteria uterina (esta<br />

complicación no ocurre con los otros métodos de oclusión de la arteria uterina). Nuestras<br />

pacientes conservaron sus ciclos menstruales post procedimiento, lo que en conjunto con<br />

valores normales de FSH, LH y E2 durante todo el período de seguimiento, indicó que la<br />

función ovárica al igual que la viabilidad uterina habían sido preservadas.<br />

La expulsión de los miomas embolizados es más probable con la presencia de miomas<br />

submucosos, este hecho aunque generalmente no provoca secuelas puede requerir de la<br />

histeroscopía o del raspado evacuador para retirar el tejido miomatoso retenido en el útero<br />

minimizando así los riesgos de infección.<br />

Conclusiones<br />

La embolización de las arterias uterinas es una nueva alternativa para el tratamiento de<br />

pacientes con miomas sintomáticos. La experiencia internacional inicial con este procedimiento<br />

mínimamente invasivo, ha mostrado promisorios resultados al controlar la sintomatología<br />

hemorragípara y los efectos compresivos producidos por la masa del útero miomatoso. Con el<br />

seguimiento a largo plazo de estas pacientes y con protocolos randomizados (ya en curso) que<br />

comparen este método con la miomectomía se podrá evaluar la eficiencia y durabilidad de los<br />

resultados obtenidos. En conclusión este procedimiento ofrece a aquellas pacientes portadoras<br />

de miomas sintomáticos una opción de tratamiento que muestra eficacia, seguridad y bajo<br />

riesgo de complicaciones significativas permitiendo la conservación del útero. La aplicación<br />

terapéutica de la isquemia uterina aparece como una alternativa promisoria para el tratamiento<br />

de los miomas, por lo que continuaremos con el desarrollo del protocolo delineado en este<br />

trabajo.<br />

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