Para leer el Nuevo Testamento - Etienne Charpentier - OpenDrive
Para leer el Nuevo Testamento - Etienne Charpentier - OpenDrive
Para leer el Nuevo Testamento - Etienne Charpentier - OpenDrive
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
160<br />
Se conoce a Jesús por los evang<strong>el</strong>ios. Hay pocos<br />
textos profanos que nos hablen de él. No es extraño: no<br />
había entonces reporteros ni periodistas; la muerte de<br />
un judío en un oscuro rincón d<strong>el</strong> imperio era por desgracia<br />
un suceso demasiado vulgar. Los escritores profanos<br />
no empiezan a interesarse por él más que cuando<br />
<strong>el</strong> movimiento que él lanzó muestra su fuerza yamenaza<br />
con poner en p<strong>el</strong>igro al propio imperio (véase <strong>Para</strong><br />
<strong>leer</strong> <strong>el</strong> AT, 38: «¿Qué es un acontecimiento histórico?»).<br />
He aquí los textos principales.<br />
Hacia <strong>el</strong> año 110, PUnio <strong>el</strong> joven, procónsul de Asia<br />
Menor, escribe a su amigo <strong>el</strong> emperador Trajano para<br />
exponerle su conducta con los cristianos que se multiplican<br />
hasta <strong>el</strong> punto de que los templos paganos quedan<br />
desiertos: él no los busca; cuando los denuncian,<br />
los castiga con la muerte si persisten en su fe: «Algunos<br />
aseguraban que habían dejado de ser cristianos... Afirmaban<br />
que todo su d<strong>el</strong>ito o todo su error se había<br />
limitado a reunirse habitualmente un día fijo, antes d<strong>el</strong><br />
amanecer, para cantar entre <strong>el</strong>los, alternativamente,<br />
un himno a Cristo como a un dios, y a comprometerse<br />
por juramento, no ya a cometer algún crimen, sino a no<br />
meterse en robos, ni bandidajes, ni adulterios, a no<br />
faltar a la palabra dada, a no negar un depósito cuando<br />
se lo reclamaban. Después de <strong>el</strong>lo, acostumbraban separarse<br />
para reunirse de nuevo a tomar un alimento,<br />
pero un alimento totalmente ordinario e inocente... Yo<br />
no he encontrado en <strong>el</strong>lo más que una superstición<br />
absurda».<br />
Hacia <strong>el</strong> año 115, <strong>el</strong> historiador romano Tácito describe<br />
las persecuciones de Nerón contra los cristianos<br />
después d<strong>el</strong> incendio de Roma en <strong>el</strong> año 64: «Este<br />
nombre viene de Cristo, a quien había entregado al<br />
suplicio <strong>el</strong> procurador Poncio Pilato bajo <strong>el</strong> principado<br />
de Tiberio. Reprimida de momento, esta detestable<br />
superstición se extendía de nuevo, no sólo en Judea<br />
PARA LEER EL NT<br />
TEXTOS NO CRISTIANOS<br />
SOBREJESUS<br />
donde había tenido su origen <strong>el</strong> mal, sino incluso en<br />
Roma adonde afluye y encuentra client<strong>el</strong>a numerosa<br />
todo lo que hay de más afrentoso y vergonzoso... ».<br />
Hacia <strong>el</strong> año 120, otro historiador romano, Suetonio,<br />
escribe en su Vida de Claudia que éste «expulsó de<br />
Roma a los judíos que se agitaban constantemente<br />
bajo <strong>el</strong> impulso de Chrestus».<br />
Así, pues, judíos y cristianos se confunden entre sí y<br />
Cristo es considerado como un agitador presente entre<br />
<strong>el</strong>los. (Puede r<strong>el</strong>acionarse este texto con Hch 18, 2).<br />
En su Vida de Nerón alude también a <strong>el</strong>los: «Se<br />
entregó al suplicio a los cristianos, una especie de individuos<br />
dedicados a una superstición nueva y crimina¡".<br />
Flavio Josefa es un historiador judío que combatió<br />
primero contra los romanos y luego pasó a su servicio.<br />
Murió en Roma hacia <strong>el</strong> año 98 después de escribir<br />
varias obras para presentar <strong>el</strong> judaísmo a los romanos.<br />
Se habla de Jesús en un pasaje de las Antiquitates<br />
judaicae. Este texto ha llegado a nosotros bajo diversas<br />
formas, y unas manos cristianas han arreglado manifiestamente<br />
<strong>el</strong> texto original. La versión que aquí damos<br />
tiene ciertas oportunidades de ser la más antigua;<br />
la encontramos en la Historia universal compuesta en<br />
árabe, en <strong>el</strong> siglo X, por Agapios, obispo de Hierápolis:<br />
«Por esta época, hubo un hombre sabio, llamado Jesús,<br />
de buena conducta; sus virtudes fueron reconocidas. Y<br />
muchos judíos y hombres de otras naciones se hicieron<br />
discípulos suyos. Pilato lo condenó a ser crucificado y a<br />
morir. Pero los que se habían hecho discípulos suyos<br />
predicaron su doctrina. Contaron que se les había aparecido<br />
tres días después de su crucifixión y que estaba<br />
vivo. Quizás era <strong>el</strong> Mesías de quien los profetas habían<br />
dicho cosas prodigiosas».