alimentación y salud según la naturaleza y la enseñanza del ...

No mezclaremos proteínas y grasas pues la presencia de éstas retrasa
como mínimo dos horas la asimilación de las proteínas.
Las desagradables consecuencias de la carne grasa y frita pueden ser
aliviadas acompañadas con gran cantidad de ensaladas de hojas crudas.
Las bebidas frías y el helado son perjudiciales puesto que atrasan e
incluso detienen la acción de la pepsina.
El pan con mantequilla es una buena combinación como también las
papillas y las patatas con todo tipo de grasas.
La leche debe consumirse separada de cualquier otro tipo de alimento.
La col roja, las zanahorias, las acelgas, las calabazas y otras frutas y
verduras que contienen almidón se combinan bien con cualquier otro
alimento que lo contenga.
Los melones y las sandías deben comerse separadas de los demás
alimentos. Lo mismo se refiere a las frutas.
La masticación
La importancia de la masticación crece según la evolución de los
organismos. Se sabe que los peces y las aves no mastican mientras que los
mamíferos, es decir, los animales superiores, sí lo hacen. Algunas especies
rumian como la vaca que incluso devuelve la comida que ha ingerido para
poder volverla a masticar. Este proceso tan raro no existiría si la
masticación no fuese algo de gran importancia.
Indiscutiblemente, el desmenuzamiento mecánico es la primera
destinación de los dientes y la masticación. La saliva que se añade y
mezcla con la comida es la segunda tarea de la masticación. Ésta ayuda a
la digestión y se puede usar para heridas externas, Cristo se sirvió de este
método.
Pocos sabrán que durante la masticación de la comida se asimila una
energía vital, más fina, a la que los yoguis llaman “Prana”. El prana es
algo muy importante. Se asimila por la lengua y el paladar, por eso es
esencial la masticación.
La práctica nos enseña que existen casos de curación total como resultado
de la aplicación de una masticación más prolongada.
Los partidarios de la medicina natural dan como ejemplo al famoso
médico americano Profesor Flecher refiriéndose a la masticación. Cuando
tenía 45 años, los años 30 del siglo veinte, el Profesor Flecher sufría varias
enfermedades como gota, mala digestión, reuma, eccemas, etc. Debilitado
físicamente, estaba desesperado y sin fe. Empezó a masticar mucho la
16