alimentación y salud según la naturaleza y la enseñanza del ...

las verduras influyen positivamente y estimulan todos los sistemas y
órganos del organismo humano.
Se recomienda su consumo de forma cruda siempre que esto sea posible.
Las verduras se pueden comer según la estación: en primavera las de hojas
y más tarde, durante el verano, otoño e invierno, las raíces o bulbos.
Las hojas verdes de las verduras son algo más que un laboratorio
químico, y cuando se consumen crudas el cuerpo adquiere un tipo de
energía solar, y también los micro elementos (yodo, ciprum, zinc,
manganeso, cobalto), sales, vitaminas, substancias aromáticas, substancias
de necesidad vital, calcio, fósforo, magnesio hierro y otros.
El biólogo ruso Gurvichi ha descubierto un tipo de rayos que emiten las
células vivas de las plantas. Estos rayos, llamados en su honor “Rayos
Gurvichi”, se parecen a los ultravioletas, pero se pierden enseguida con
tratamiento térmico. La temperatura alta es la causa del deterioro de todas
las substancias vegetales aunque se provoquen en grados distintos. Así
pues, os recomiendo, en la medida de lo posible, que las hojas verdes se
sequen y empleen como guarnición de los platos. Me refiero a los
condimentos y las hierbas: perejil, hinojo, hierbabuena, ajedrea, apio,
orégano, albahaca, ortiga, acedera, tomillo, aquilea y otros.
Existen casos en los cuales las verduras son contraindicadas a algunas
enfermedades y no pueden consumirse crudas por falta de dientes sanos.
La patata y la cebolla
Las patatas son de gran importancia pero es difícil tratarlas.
El Dr. Hinchede ha comprobado su utilidad y la falta de sentido existente
en las reglas establecidas de la alimentación. Dicho Dr. vivió a principios
del siglo XX, fue ministro de la salud de Dinamarca. Hacía pruebas
consigo mismo y su familia, su alimentación era simple y casi vegetariana,
con poca proteína. A pesar de ello sus hijos eran sanos y
sorprendentemente fuertes.
En el año 1912 él y dos voluntarios empezaron a alimentarse sólo de
patatas y margarina, a pesar de las sospechas, no les ocurrió nada malo. Su
asistente Madsen vivió seis meses sólo comiendo patatas, margarina y
agua. Durante ese tiempo, trabajó siete horas diarias en su laboratorio y
otras tantas en su jardín, comiendo dos kilos de patatas y 150gr. de
margarina al día. Trabajaba incluso como dos personas, en una ocasión
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