25.06.2013 Views

II. ATLAS «Portar el mundo entero de los sufrimientos - Museo ...

II. ATLAS «Portar el mundo entero de los sufrimientos - Museo ...

II. ATLAS «Portar el mundo entero de los sufrimientos - Museo ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

136. Véase P. Gassier, 1973-1975,<br />

I, pp. 403, 438, 464, 523, 525, 611<br />

(«encuadres» documentales). Ibíd.,<br />

I, pp. 149, 151, 159, 514-515 y <strong>II</strong>,<br />

pp. 123, 137 («montajes» alegóricos).<br />

137. Véase R. Wolf, 1991.<br />

Kant, si se quiere, y que convierte la pintura, a juicio <strong>de</strong> Goya, en una actividad<br />

fi<strong>los</strong>ófica que apunta a lo «universal» (nótese la habilidad política <strong>de</strong> Goya<br />

cuando emplea, para justificarse en <strong>el</strong> Diario <strong>de</strong> Madrid, la palabra <strong>de</strong> lo que<br />

teme por encima <strong>de</strong> todo, a saber, la censura <strong>de</strong> la Inquisición).<br />

En suma, no se revoca la imaginación: tenemos que portarla –como Atlas porta<br />

<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o para convertirse en su experto por antonomasia– y reportarla a una<br />

mesa <strong>de</strong> trabajo o una lámina <strong>de</strong> grabado. Lo cual se lleva a cabo a partir <strong>de</strong> una<br />

opción razonada, una «combinación» que <strong>de</strong>signa ya <strong>el</strong> «artificio» figurativo<br />

más importante como un montaje <strong>de</strong> cosas diversas y confusas que, «ingeniosamente<br />

dispuestas», permiten que una imagen pintada o grabada alcance lo universal.<br />

Los «monstruos» <strong>de</strong> Goya nada tienen en absoluto d<strong>el</strong> <strong>de</strong>sahogo personal,<br />

sentimental o frívolo que sugeriría una mala lectura <strong>de</strong> la palabra fantasía:<br />

son obra <strong>de</strong> un artista que entendía su trabajo como una «antropología d<strong>el</strong><br />

punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la imagen», o sea, una reflexión fundamental sobre las potencias<br />

<strong>de</strong> la imaginación en <strong>el</strong> hombre, reflexión que toma su método <strong>de</strong> su objeto,<br />

la imaginación pensada como herramienta –idónea, técnicamente <strong>el</strong>aborada,<br />

fi<strong>los</strong>óficamente construida– <strong>de</strong> un auténtico conocimiento crítico d<strong>el</strong><br />

cuerpo y <strong>el</strong> espíritu humanos.<br />

Este es, pues, <strong>el</strong> arte pensado por Goya como una verda<strong>de</strong>ra crítica fi<strong>los</strong>ófica d<strong>el</strong><br />

<strong>mundo</strong> y, <strong>de</strong> modo particular, <strong>de</strong> esa «sociedad civil» a la que se refiere en <strong>el</strong> Diario<br />

<strong>de</strong> Madrid. Para asumir tamaño reto, convendrá actuar dialécticamente en<br />

dos frentes a la vez: por su actividad crítica, <strong>el</strong> artista ha <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r a justos encuadres<br />

<strong>de</strong> la realidad que observa y, por en<strong>de</strong>, <strong>de</strong> esa verdad <strong>de</strong> la que <strong>de</strong>sea dar<br />

testimonio; por su actividad estética, se toma la libertad, la fantasía, <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r<br />

a montajes entre las cosas más dispares. Así, advertimos que Goya proce<strong>de</strong> con<br />

frecuencia a encuadres patéticos <strong>de</strong> lo que observa para criticarlo mejor: por citar<br />

ejemp<strong>los</strong> r<strong>el</strong>ativos al motivo corporal –o a la «fórmula <strong>de</strong> pathos»– que aquí<br />

nos interesa, señalemos la amplitud en Goya <strong>de</strong> motivos don<strong>de</strong> se ve a un personaje<br />

doblado por una carga. Basta, para <strong>el</strong>lo, con «encuadrar», aislar en la calle –y<br />

en una hoja <strong>de</strong> dibujo– a un cargador haciendo su trabajo [fig. 32]. Pero también<br />

será preciso emplear la fantasía crítica inventando «montajes» alegóricos don<strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>mos ver, entre otros, a un campesino trabajando la tierra con un eclesiástico<br />

a cuestas [fig. 33] o bien a una mujer doblegada por <strong>el</strong> peso <strong>de</strong> su marido o a un<br />

asno cargado con su amo 136 [fig. 34].<br />

Esos montajes alegóricos su<strong>el</strong>en ser tan brutales como las figuras satíricas creadas<br />

en una óptica <strong>de</strong> propaganda política (tema capital, recordémoslo, d<strong>el</strong> trabajo <strong>de</strong><br />

Warburg cuando concebía su atlas <strong>de</strong> imágenes). Están emparentados, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este<br />

punto <strong>de</strong> vista, con las imágenes chirriantes <strong>de</strong> William Hogarth y, en general,<br />

con las caricaturas alegóricas que florecen por doquier en Europa a mediados d<strong>el</strong><br />

siglo XV<strong>II</strong>I 137 . Pero en Goya encontramos a<strong>de</strong>más todo lo que no su<strong>el</strong>e existir en<br />

tales imágenes, a saber, una intensidad psíquica que, a nadie extrañará, fue reconocida<br />

y admirada por <strong>los</strong> románticos franceses. Théophile Gautier, a la cabeza,<br />

da cuenta ya en 1838, <strong>de</strong> <strong>los</strong> Caprichos y ve en Goya a «un artista <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n»<br />

pese a una «manera <strong>de</strong> pintar […] excéntrica», más allá <strong>de</strong> cualquier «fogosidad»:<br />

91

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!