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LA VOCACIÓN Un llamamiento al amor - Autores Catolicos

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enorgullecerme de mis obras o de mis éxitos, no quiero olvidarme que todo se debe, no<br />

a mis méritos, sino a las oraciones de esa simple hermana, que trabaja en la cocina, en<br />

el g<strong>al</strong>linero y en las cosas más humildes del convento. Y esas cosas pequeñas tienen<br />

tanto v<strong>al</strong>or ante Dios que han podido dar un obispo a la Iglesia 3 .<br />

La beata Alexandrina da Costa (1904-1955) fue beatificada el 25 de abril de<br />

2004. Vivió los últimos 13 años de su vida sin comer ni beber. Sólo recibía la comunión<br />

cada día. Fue sometida a una observación exhaustiva en un hospit<strong>al</strong> de Oporto<br />

(Portug<strong>al</strong>), vigilada las 24 horas del día por testigos imparci<strong>al</strong>es. Y, <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> de los 40<br />

días de prueba, ella había mantenido su peso, temperatura y presión arteri<strong>al</strong>. Los<br />

médicos no pudieron encontrar explicación científica o médica a estos hechos.<br />

Ella vivió muchos años enferma en cama. <strong>Un</strong> día de 1941 le escribió a su padre<br />

espiritu<strong>al</strong>, padre Mariano Pinho: Jesús me ha dicho que en Lisboa hay un sacerdote que<br />

está en peligro de condenación eterna. “El me ofende gravemente. Llama a tu padre<br />

espiritu<strong>al</strong> y pídele permiso para sufrir de modo particular por esa <strong>al</strong>ma”.<br />

Recibido el permiso de su director espiritu<strong>al</strong>, Dios le mandó sufrimientos para<br />

reparar por aquel sacerdote pecador. Y ella le decía a Jesús: No, que no vaya <strong>al</strong> infierno.<br />

Me ofrezco como holocausto hasta que Tú quieras Señor. Jesús le reveló el nombre y<br />

apellido de aquél sacerdote. Y su director quiso investigar quién era ese sacerdote y le<br />

preguntó <strong>al</strong> carden<strong>al</strong> de Lisboa si lo conocía. Y le confirmó que sí lo conocía y que era<br />

un sacerdote que le daba muchas preocupaciones por su m<strong>al</strong> comportamiento.<br />

Poco tiempo después, el padre David Novais le contó <strong>al</strong> padre Pinho, director de<br />

Alexandrina, que había dado ejercicios espiritu<strong>al</strong>es en Fátima y que había participado<br />

un señor muy reservado que había tenido un comportamiento ejemplar. La última tarde<br />

de los ejercicios tuvo un ataque <strong>al</strong> corazón, pero hubo tiempo de llamar a un sacerdote,<br />

que lo confesó y le dio la comunión. Al poco rato, murió reconciliado con Dios. Y se<br />

descubrió que ese señor, vestido de laico, era el sacerdote por el cu<strong>al</strong> tanto había rezado<br />

y sufrido Alexandrina 4 .<br />

Berthe Petit (1870-1943) fue una gran mística belga, un <strong>al</strong>ma víctima. Desde que<br />

tenía 15 años se acostumbró a pedir a Jesús, en cada misa a la que asistía, que hiciera<br />

santo <strong>al</strong> sacerdote que celebraba la misa. Cuando tenía 17 años, pensó en hacerse<br />

religiosa, pero su director espiritu<strong>al</strong> le dijo que su vocación era quedarse en el mundo a<br />

cuidar a sus padres ancianos y enfermos. Ella aceptó esta situación con sacrificio y cada<br />

día le pedía a Jesús por intercesión de María que, en lugar de su vocación, llamara a<br />

<strong>al</strong>guien para ser sacerdote santo.<br />

Esto sucedió con el joven abogado de 22 años doctor Louis Decorsant. Estando<br />

rezando un día delante de una imagen de la Virgen Dolorosa, de pronto, tuvo la certeza<br />

de que era llamado <strong>al</strong> sacerdocio. Dejó todo y entró <strong>al</strong> Seminario. Después de sus<br />

estudios en Roma, fue ordenado sacerdote en 1893, a los 27 años.<br />

3 Ib. pp. 26-28.<br />

4 Ib. p. 20.<br />

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